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  • Los campos están blancos para la siega

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  • Los campos están blancos para la siega
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Nuestro Ministerio del Reino 2010
km 11/10 págs. 1-2

Los campos están blancos para la siega

1. ¿Qué importante labor se realiza hoy?

1 Tras predicarle a una mujer de Samaria, Jesús les dijo a sus discípulos: “Alcen los ojos y miren los campos, que están blancos para la siega” (Juan 4:35, 36). Así es, se estaba efectuando una cosecha espiritual, y Jesús podía ver su alcance mundial. Hoy, desde su puesto en los cielos, él todavía está muy envuelto en la cosecha (Mat. 28:19, 20). ¿Qué indicaciones tenemos de que la labor sigue intensificándose a medida que se aproxima su culminación?

2. ¿Qué acontecimientos demuestran que la cosecha mundial se está intensificando?

2 La cosecha mundial. Durante el año de servicio 2009 hubo un aumento del 3,2% en el número de publicadores de todo el mundo. En los países donde la obra está restringida el aumento fue del 14%. Cada mes se informaron más de 7.619.000 estudios bíblicos, cifra que supera al máximo de publicadores y sobrepasa casi por medio millón a la cantidad de estudios informados el año anterior. Al ir creciendo la obra en muchas zonas, aumentan las peticiones de misioneros graduados de Galaad. El campo de idiomas extranjeros está produciendo una gran cosecha en país tras país. Es evidente que Jehová está acelerando la obra durante la etapa final de la siega (Isa. 60:22). ¿Ve usted los campos con actitud positiva?

3. ¿A qué conclusión quizás lleguen algunos respecto a la cosecha en su territorio?

3 La cosecha local. Tal vez haya quien diga: “Sí, pero mi territorio no es muy productivo”. Y es verdad, hay territorios que parecen no rendir tanto como otros —o como en el pasado—, de modo que algunos hermanos concluyen que el grueso de la cosecha allí ya acabó, y que ahora la tarea consiste nada más en ir juntando lo poco que queda. Pero ¿es realmente así?

4. ¿Cómo deberíamos ver nuestro ministerio, y por qué?

4 De principio a fin, la cosecha es un período de intensa actividad. Fíjese en el sentido de urgencia en estas palabras de Jesús: “La mies es mucha, pero los obreros son pocos. Por lo tanto, rueguen al Amo de la mies que envíe obreros a su siega” (Mat. 9:37, 38). Jehová, el Amo de la mies, es quien decide cuándo y dónde habrá producción (Juan 6:44; 1 Cor. 3:6-8). Y a nosotros, ¿qué nos toca hacer? La Biblia contesta: “Por la mañana siembra tu semilla, y hasta el atardecer no dejes descansar la mano” (Ecl. 11:4-6). En efecto, la cosecha está llegando a su punto culminante, ¡no es momento de aflojar el paso!

5. ¿Por qué deberíamos seguir predicando con entusiasmo aun si el territorio parece improductivo?

5 La cosecha no ha terminado. Aun si el territorio de la congregación ya se ha abarcado en repetidas ocasiones y al parecer nadie responde, hay buenas razones para mantener el entusiasmo y el sentido de urgencia (2 Tim. 4:2). Las violentas sacudidas en el escenario mundial hacen que la gente cambie su modo de pensar y reflexione seriamente sobre el futuro. Los jóvenes ven la necesidad de encontrar paz mental y seguridad a medida que crecen. También puede ser que nuestra persistencia impresione a algunos, y quienes en el pasado no quisieron escucharnos tal vez ahora estén más dispuestos a saber de nosotros. Además, aun aquellos que con toda intención rechazan nuestro mensaje deben ser advertidos (Eze. 2:4, 5; 3:19).

6. ¿Qué nos permitirá conservar el entusiasmo en el ministerio?

6 Si nuestro territorio es difícil, ¿qué nos permitirá conservar el entusiasmo? Complementar la predicación de casa en casa con otros rasgos del ministerio, como predicar en los negocios o por teléfono. También podemos variar nuestra presentación y darle un enfoque fresco. O cambiar el horario y salir a predicar al atardecer o en algún otro momento en que sea más probable encontrar a la gente en casa. Quizás hasta estudiar un nuevo idioma para llegar a más gente con las buenas nuevas. Si nos hacemos precursores regulares, podremos ampliar nuestro servicio. Algo más que podemos hacer es mudarnos a un lugar donde haya menos obreros espirituales. Si vemos la cosecha desde la perspectiva apropiada, haremos todo esfuerzo por participar en ella al mayor grado posible.

7. ¿Hasta cuándo debemos seguir trabajando en la cosecha?

7 Los agricultores tienen un tiempo limitado para recoger sus cosechas, así que no descansan ni aflojan el paso sino hasta que terminan el trabajo. La cosecha espiritual exige el mismo sentido de urgencia. ¿Hasta cuándo seguiremos en esta obra? “Hasta la conclusión del sistema de cosas” y hasta que llegue “el fin” (Mat. 24:14; 28:20). Lo mismo que el principal Siervo de Jehová, queremos terminar la obra que se nos ha confiado (Juan 4:34; 17:4). Por tanto, continuemos efectuando nuestro ministerio con celo, gozo y optimismo hasta el fin (Mat. 24:13). ¡La cosecha aún no termina!

[Comentario de la página 2]

De principio a fin, la cosecha es un período de intensa actividad

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