Texto del año para 1982
“Háganse constantes, inmovibles, siempre teniendo mucho que hacer en la obra del Señor.”—1 Cor. 15:58.
Esta amonestación inspirada del apóstol Pablo es especialmente significativa para nosotros en la actualidad. Sea que hayamos estado mucho tiempo en la verdad o recientemente hayamos entrado en la carrera por la vida, todos tenemos que ser “constantes,” estar firmes en nuestra posición, sólidos en la fe. Tenemos que ser “inmovibles,” sin vacilación en nuestra lealtad a Jehová. Nunca debemos permitir que las dudas nos invadan y socaven nuestra integridad o hagan que caigamos en delincuencia respecto a observar los mandamientos de Jehová.—Efe. 4:14; Sant. 1:6-8.
Una de las cosas que más nos ayudan a ser constantes e inmovibles en nuestra lealtad a Jehová es el ‘siempre tener mucho que hacer en la obra del Señor.’ La persona indolente, ociosa o perezosa no tiene el amor ni la bendición de Jehová. Por otra parte, una persona puede ser muy industriosa y estar enérgicamente ocupada en sus propios proyectos y programas... lo que le dicta su propio gusto. O quizás esté afanada a tal grado con las preocupaciones de esta vida y las inquietudes de este sistema de cosas, que no tenga tiempo para “la obra del Señor.” Esto, también, es algo de lo cual guardarse. Bajo las presiones del modo de vida apresurado de este siglo veinte, no debemos permitir que las inquietudes cotidianas nos venzan o distraigan. ¿Para qué se nos llamó de la oscuridad a la luz maravillosa del favor de Jehová? Para que mostráramos la gloria de su nombre y su reino. Por eso, asegurémonos de no pasar por alto el propósito de la bondad inmerecida de Dios, sí, asegurémonos de tener “mucho que hacer” al servir en el interés del Reino.—2 Cor. 6:1; 1 Ped. 2:9.
Ciertamente hay “mucho que hacer” en la obra actual de predicar el Reino y hacer discípulos. Jesús dijo que estas buenas nuevas “primero tienen que predicarse” en todo el mundo antes del fin del sistema de cosas satánico actual.—Mar. 13:10.
¡Qué privilegio tenemos en cualquier participación que tengamos en esta obra bajo dirección divina! Por lo tanto, trabajemos de toda alma como para Jehová, sabiendo que nuestra labor “no es en vano en lo relacionado con el Señor.” Y no solo durante 1982. Trabajemos con la mira puesta en toda la eternidad... cuando la gobernación del Reino se extienda hasta los límites de toda la Tierra, cuando la Tierra sea convertida en un paraíso y los muertos sean resucitados. Al trabajar así, seremos felices y disfrutaremos de contentamiento y, sobre todo, la palabra y el nombre de Jehová serán honrados y alabados.