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Anuario de los testigos de Jehová 2000
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Aspectos sobresalientes del año pasado

Las asambleas anuales de los testigos de Jehová se cuentan siempre entre los acontecimientos más destacados. La serie de asambleas de distrito que empezó a mediados de 1999 giró en torno al tema “La palabra profética de Dios”. El programa subrayó el valor de la lectura diaria de la Biblia y lo reafirmó con un drama sobre Jacob y Esaú. Los discursos abarcaron un examen general de las profecías del libro de Daniel y un análisis detallado del libro de Habacuc. Pusieron de relieve la proximidad del fin de este viejo sistema, comentaron la predicación que se está efectuando y dirigieron nuestra atención a las emocionantes perspectivas que encierra la alentadora promesa de “hacer nuevas todas las cosas” (Rev. 21:5).

Los asistentes se alegraron de recibir el nuevo libro Prestemos atención a las profecías de Daniel, editado en 47 idiomas. En Corea la alegría fue aún mayor, sí, desbordante, cuando se recibió la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras en coreano.

Por increíble que parezca, dados los estragos que la guerra había ocasionado por meses, en Yugoslavia se pudo presentar la Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Griegas Cristianas en serbio. Además, gracias a una buena coordinación internacional, fue posible presentar también las Escrituras Griegas Cristianas en croata y macedonio en países colindantes. Los hermanos recibieron estas publicaciones con lágrimas de gozo.

En Yugoslavia había motivos especiales para manifestar dicho gozo. El país se había estado preparando para la guerra desde marzo. Era obvio que el bombardeo de Belgrado interrumpiría las conexiones telefónicas y dificultaría el envío del texto traducido desde aquella ciudad a la imprenta de Alemania. De modo que el martes 23 de marzo, ante la inminencia de los ataques aéreos, los hermanos que trabajaban en Belgrado con la nueva publicación que saldría en aquella asamblea decidieron proseguir su labor durante toda la noche. Para la mañana siguiente ya se habían enviado los archivos electrónicos. Horas más tarde empezó el bombardeo, y el equipo de traductores tuvo que guarecerse en refugios antiaéreos, pero se sentían felices.

Su gozo se hizo pleno cuatro meses después en la asamblea de Belgrado, al presentarse la Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Griegas Cristianas. Tan pronto como todos obtuvieron su ejemplar, el lugar de asamblea se vació enseguida, ya que los hermanos se dirigieron a su hospedaje para leer la Biblia. En un entorno como el suyo, en el que las divisiones étnicas y religiosas han incitado tantos odios y matanzas, los Testigos estaban convencidos de que no podían haber recibido mejor regalo.

El siguiente fin de semana tuvo lugar la primera de una serie de ocho asambleas en Indonesia, extensa nación asiática que también se ha visto plagada de violencia por parte de facciones religiosas y políticas. A la de Yakarta asistieron 15.666 personas procedentes de diversas regiones del país. El bautismo se llevó a cabo por primera vez en el lugar de asamblea, y con la ayuda de grandes pantallas de televisión, el auditorio pudo ver la inmersión de los 430 nuevos discípulos, lo que despertó en todos gran entusiasmo. Pero fue aún más emocionante el anuncio de que ya se había impreso la Traducción del Nuevo Mundo completa en indonesio y que se esperaba disponer pronto de ella para su distribución.

Sigamos andando en el camino de Dios

Durante los primeros meses del año de servicio 1999 (que comenzó en septiembre de 1998) siguieron celebrándose asambleas internacionales “Andemos en el camino de Dios”. En Estados Unidos y Europa ya habían concluido muchas, pero de septiembre de 1998 a enero de 1999 tuvieron lugar otras trece en África, Asia, Australia y Latinoamérica.

La primera de ellas tuvo lugar en São Paulo (Brasil) del 18 al 20 de septiembre de 1998, y durante aquel mismo fin de semana hubo también asambleas en otros dieciséis lugares, incluido el gigantesco Estadio Maracaná de Río de Janeiro. Entre los miles de delegados procedentes de quince naciones hubo 54 misioneros, 23 de los cuales habían salido de Brasil para servir en Mozambique. El domingo, al presentarse la resolución en la que se declaraba que el camino de Dios es el mejor modo de vivir, las 516.333 personas reunidas en las diecisiete asambleas la adoptaron con un atronador Sim! (¡Sí!)

El mismo fin de semana atestaron el Estadio Olímpico de Seúl (Corea) 63.886 asambleístas. Durante los días precedentes, centenares de Testigos coreanos, incluidas hermanas que vestían los coloridos trajes típicos, recibieron en el aeropuerto a 3.046 representantes extranjeros. Después del discurso final, cuando estos se dirigían a sus autobuses, miles de asambleístas coreanos formaron un pasillo de amor —como lo llamaron algunos—, y al ir pasando los delegados, exclamaban: “¡Nos veremos en el Paraíso!”, “¡Los queremos!”. Muchos hermanos lloraron de alegría.

Apenas habían terminado las despedidas en Seúl, cuando el huracán Georges azotó Puerto Rico, donde el viernes siguiente tenía que iniciarse otra asamblea internacional. ¿Podría celebrarse? Todo indicaba que, a consecuencia del huracán, la isla entera estaría sin electricidad por semanas. Se cortó el suministro de agua, se cerró el aeropuerto de San Juan y los hogares de los hermanos locales que iban a acomodar a centenares de delegados extranjeros sufrieron desperfectos. En vista de la catástrofe, solo se pudo utilizar uno de los cuatro lugares de asamblea previstos, el Estadio Hiram Bithorn. No obstante, por sorprendente que parezca, se pudieron solucionar los problemas uno por uno, y hubo una asistencia máxima de nada menos que 15.065.

Un mes después, del 30 de octubre al 1 de noviembre, se celebraron tres asambleas internacionales en Australia —en Brisbane, Melbourne y Sydney—, a las que asistieron John Barr, Milton Henschel, Lloyd Barry y Theodore Jaracz, del Cuerpo Gobernante. Los dos últimos habían servido en Australia tiempo atrás. También estuvieron presentes muchos misioneros fieles procedentes de ese país.

A finales de 1998 hubo asambleas internacionales también en África. Entre los 24.502 asistentes a la de Nairobi (Kenia), que tuvo lugar en diciembre en el Polideportivo Internacional Moi, se encontraban hermanos de dieciséis países.

La semana siguiente se celebraron cuatro asambleas internacionales en la República Sudafricana (en Ciudad del Cabo, Durban, Johannesburgo y Pretoria), con una asistencia conjunta de 83.858 y un total de 1.626 bautizados. Después de las asambleas internacionales hubo una serie de dieciocho asambleas de distrito a las que asistieron 53.901 personas y en las que se bautizaron 1.065 nuevos discípulos. En esta ocasión se presentó la Traducción del Nuevo Mundo completa en tsonga. El amor y unidad que manifestaron los asambleístas fue una prueba tangible de que los Testigos verdaderamente encajan con la descripción de Jesús: “En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre sí” (Juan 13:35).

El mismo fin de semana, a finales de diciembre, se celebró una asamblea en África occidental, concretamente en Abidján (Côte d’Ivoire). El programa se presentó en francés, inglés y chi. Aunque solo hay unos seis mil publicadores en el país —y unos quinientos que llegaron del extranjero—, la asistencia alcanzó un asombroso máximo de 16.009 personas que deseaban aprender más acerca del camino de Dios.

Finalmente, para concluir esta serie mundial de 32 asambleas internacionales, los más de diecinueve mil publicadores de Costa Rica se regocijaron de ver a 34.431 personas congregadas los tres primeros días de 1999. Con el fin de recibir a los delegados, que llegaron en 42 vuelos internacionales, acudieron al aeropuerto unos cuatro mil Testigos locales. Estos formaron un pasillo humano en el que se aplaudía y saludaba a los recién llegados con un “¡Bienvenidos, hermanos!”. Fue tal el cariño que demostraron todos, que un vendedor del aeropuerto decidió pedir un estudio bíblico en su hogar.

El amor manifestado por los Testigos con ocasión de la serie de asambleas internacionales tuvo un efecto positivo en muchos observadores que no eran Testigos. Las asambleas también contribuyeron a fortalecer los vínculos internacionales entre los propios testigos de Jehová. Fueron una prueba visible de que Dios realmente está recogiendo a “una gran muchedumbre [...] de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas” —personas que acuden a Jehová y a su Hijo, Jesucristo, con el fin de obtener la salvación— para que vivan en Su nuevo mundo de justicia (Rev. 7:9, 10).

Amemos “en hecho y verdad”

El amor que demuestran los testigos de Jehová supone mucho más que sonrisas y saludos en el Salón del Reino. Implica más que brindar hospitalidad a los asambleístas procedentes de otros países. Como estudiantes de la Biblia, los testigos de Jehová conocen bien lo que dice 1 Juan 3:17, 18: “Cualquiera que tiene los medios de este mundo para el sostén de la vida, y contempla a su hermano pasar necesidad, y sin embargo le cierra la puerta de sus tiernas compasiones, ¿de qué manera permanece el amor de Dios en él? Hijitos, [...] amemos [...] en hecho y verdad”. Durante el último año, muchos miembros del pueblo de Jehová pasaron necesidad a causa de las fuertes tormentas, las sequías y las guerras civiles. ¿Cómo ha respondido la hermandad internacional?

En septiembre de 1998, unas inundaciones asolaron el estado de Chiapas (México). Pocas semanas después, el huracán Georges arrasó San Cristóbal, Nieves, Puerto Rico, República Dominicana y Haití, y afectó también al sur de Estados Unidos. Alrededor de un mes más tarde, el huracán Mitch, con vientos de 290 kilómetros por hora [180 millas por hora], devastó Honduras, inundó regiones de Nicaragua y se abrió camino a través de El Salvador y Guatemala antes de amainar en México. Más de mil ochocientos hogares de testigos de Jehová, además de 50 Salones del Reino y dos Salones de Asambleas quedaron destrozados o sufrieron grandes daños. Se perdieron las cosechas y se arruinaron las propiedades. En algunos lugares se tuvieron que evacuar congregaciones enteras.

Una necesidad primordial era obtener comida, ropa y medicinas. Los Testigos que vivían en regiones donde las tormentas no habían causado estragos respondieron con rapidez. En algunos lugares, tan pronto como se supo de la catástrofe, empezaron a acudir a la sucursal con comida, ropa y dinero para socorrer a sus hermanos cristianos. Se utilizaron canoas, bicicletas y mochilas para llevar la ayuda humanitaria a las zonas siniestradas a las que no se podía acceder con automóviles o camiones. Los ancianos locales hicieron cuanto pudieron para volver a colocar los tejados en las casas de los hermanos. También hubo médicos Testigos que ofrecieron sus servicios.

El Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová coordinó la entrega de ayuda económica y los envíos urgentes de alimento, ropa y suministros de construcción procedentes de países próximos. Se utilizaron aeroplanos fletados, barcos y camiones para hacerles llegar la ayuda. Los hermanos damnificados expresaron repetidas veces su profundo agradecimiento por el amor que la hermandad mundial les había demostrado.

Se movilizó a los Comités Regionales de Construcción, que colaboran en la edificación de Salones del Reino, para que ayudaran en la limpieza y restauración de las casas. Siete equipos de unos treinta voluntarios cada uno viajaron desde Estados Unidos, cubriéndose sus gastos, para pasar una semana reparando los hogares de sus compañeros Testigos en las islas de San Cristóbal y Nieves. Otros seiscientos voluntarios se dirigieron a Puerto Rico para colaborar en la obra de reparación y reconstrucción. En armonía con la pauta bíblica de Gálatas 6:10, se concentraron principalmente en ayudar a sus hermanos y hermanas espirituales. Pero también arreglaron el techo de una escuela y los hogares de algunos vecinos mayores que no tenían hijos que los ayudaran. En la República Dominicana, los Testigos del lugar limpiaron los alrededores de un hospital.

En Puerto Rico, un grupo de hermanos viajó hasta el montañoso pueblo de Yabucoa para reconstruir la casa en que vivía una Testigo con su esposo no creyente. Los vecinos se burlaron de ella cuando aseguró que sus hermanos cristianos iban a ayudarla. Al llegar estos, la hermana rebosaba de alegría. En pocas horas, unos doscientos espectadores se habían congregado a lo ancho de la calle. Estuvieron todo el día viendo cómo trabajaba el equipo de voluntarios. Después de colocar la puerta principal, los hermanos ofrecieron a la hermana un ramo de flores y las llaves de su casa reconstruida. Al encenderse las luces, los vecinos rompieron en aplausos. A raíz de lo que vieron aquel día, muchos residentes de esa calle que anteriormente evitaban a los Testigos están ahora dispuestos a escuchar el mensaje del Reino.

Mientras tanto, se producían nuevos desastres: en Europa, el oeste de Ucrania sufrió graves inundaciones en noviembre, y en Sudamérica, un terremoto sacudió Colombia en enero. En ambas ocasiones, el pueblo de Jehová dio el mismo tipo de ayuda amorosa.

El recrudecimiento de la guerra civil en Angola durante 1999 generó más de un millón setecientos mil refugiados. Los hermanos han trabajado diligentemente para suministrar los artículos de primera necesidad a los refugiados Testigos y a muchas otras personas. Se distribuyeron las 34 toneladas de alimento y ropa que enviaron las sucursales de Italia, Portugal y Sudáfrica a todos los que se vieron obligados a dejar sus hogares y ciudades. Incluso se consiguió llevar parte de esta dotación a las zonas de guerra donde han proseguido los bombardeos durante meses.

Con el comienzo del año de servicio, la sucursal del Congo (Kinshasa) notificó al Cuerpo Gobernante que tras la guerra civil necesitaba ayuda humanitaria para socorrer a 200.000 personas. Inmediatamente, se dispuso que las sucursales de Bélgica, Francia, Gran Bretaña, Sudáfrica y Suiza enviaran alimentos, además de facilitar fondos para que se adquirieran más provisiones en otros países africanos. Se enviaron por avión más de 75 toneladas de ayuda humanitaria que los testigos de Jehová de Europa habían donado.

Pero el conflicto en el Congo distaba mucho de estar resuelto. Surgieron nuevas situaciones difíciles. El 7 de febrero de 1999 se presentó a la familia Betel de la central mundial en Nueva York este informe referente a las circunstancias reinantes en la República Democrática del Congo: “A causa de la guerra civil, 30.000 publicadores del este del país dependen de la ayuda humanitaria. A la sucursal de Kinshasa le es imposible ponerse en contacto con estos hermanos debido a la contienda. Sin embargo, el Cuerpo Gobernante ha aprobado que Bélgica suministre la ayuda por vía aérea. El primer vuelo saldrá esta semana, y se emprenderá una segunda misión el 20 de febrero, a la que se unirá un equipo médico”. Los hermanos de Europa cooperaron con los once comités de socorro de los testigos de Jehová que se nombraron oficialmente en el este del Congo.

Algunos refugiados habían huido a países limítrofes. Miles habían pasado a la cercana Zambia, donde organismos de socorro les proporcionaron mucha ayuda. Los Testigos les dieron, además, mantas, ropa y utensilios de cocina y labranza. Un hermano de edad se desmayó al recibir una manta nueva, ya que nunca antes le habían regalado algo así. De camino a Zambia, un superintendente de circuito se encontró con un hermano discapacitado debajo de un árbol. El superintendente lo cargó en su bicicleta y lo llevó en ella empujándola. Cuando las colinas eran muy pronunciadas, el hermano bajaba de la bicicleta y, atándose pedazos de goma a las rodillas y manos, caminaba a gatas con gran esfuerzo hasta que llegaba a la cumbre. Finalmente, llegaron a Kaputa (Zambia) sin contratiempos. Allí la sucursal suministraba publicaciones en swahili a todos para que las usaran en las reuniones de la congregación. En el mes de abril, los hermanos de la sucursal ofrecieron cariñosamente ánimo espiritual a más de dos mil refugiados congregados en una reunión. Y estos —tanto adultos como niños—, la mayoría sin cancioneros, entonaron de todo corazón los siguientes cánticos: “Jehová, proveedor de escape”, “Jehová es nuestro refugio”, “Gracias, Jehová” y “La promesa de Dios de un paraíso”.

Predican las buenas nuevas con celo

Aún más notable, sin embargo, es el amor que demuestran los testigos de Jehová al proclamar las buenas nuevas del Reino de Dios. En respuesta al mandato de Jesucristo, intentan hablar de esas buenas noticias a cuantas personas sea posible (Mar. 13:10). Al hacerlo, dan generosamente de sí mismos y de sus recursos. Durante el pasado año, un máximo de 5.912.492 publicadores dedicaron 1.144.566.849 horas a esta actividad. Muchos Testigos organizaron su vida a fin de servir de precursores regulares o auxiliares.

Las circunstancias en que se hallan dichos precursores varían. Miles de ellos son jóvenes que han terminado sus estudios o que han planificado el horario de clases para hacer el precursorado mientras van a la escuela. Entre ellos hay también amas de casa y hombres que trabajan para mantener a su familia. Un anciano cristiano y padre de familia de Santa Lucía es precursor debido a que procura ‘mantener el ojo sencillo’ (Mat. 6:19-22). Recientemente le ofrecieron un puesto prometedor con un buen sueldo, pero lo rechazó porque aceptarlo hubiera significado trabajar más horas, perderse las reuniones cristianas, separarse de los suyos por seis meses y dejar el servicio de precursor. Optó por buscar primero el Reino y confiar en que Jehová seguirá bendiciendo su esfuerzo por mantener a la familia.

Una Testigo de 95 años residente en Antigua lleva participando en el servicio de precursor auxiliar una o dos veces al año desde hace tanto tiempo que ni se acuerda. Con relación a por qué sigue haciéndolo, dice: “Jehová me ha dado más fuerza y vitalidad, lo que me brinda la oportunidad de demostrarle el amor que siento por él”.

Una hermana de Dinamarca de unos 65 años decidió ser precursora auxiliar. ¿Por qué? Ella relata: “Creo que fue la lectura de la Biblia lo que me impulsó a hacerlo. [...] Estoy segura de que así como la televisión, por ejemplo, puede influir de forma negativa en nosotros, la lectura diaria de la Palabra de Jehová puede ejercer una buena influencia. A mí me ha motivado mucho”.

Puesto que en todas partes resulta cada vez más difícil conseguir lo necesario para vivir, en enero de 1999 el Cuerpo Gobernante redujo la cuota de horas de los precursores regulares (de 90 a 70 horas mensuales) y de los auxiliares (de 60 a 50). Este cambio ha sido, indudablemente, una bendición. Ha ayudado a un gran número de precursores a seguir adelante y a miles de publicadores a emprender este servicio. Para muchos hermanos, ha constituido una prueba más de que “el Señor es bondadoso” (1 Ped. 2:3).

Durante los meses que siguieron a la reducción de horas, la sucursal de Australia vio aumentar en un 400% la cantidad de personas que emprendieron el precursorado regular. Colombia experimentó un crecimiento del 300%. En Ucrania, la cantidad de precursores creció todos los meses, y los informes revelan un aumento del 42% con relación al año pasado. Como promedio, cada congregación de Micronesia vio incrementarse en más de uno la cantidad de precursores. En Liberia, donde la mayoría de los hermanos viven precariamente y subsisten día a día con lo que ganan realizando pequeñas ventas, hubo ocho máximos consecutivos de precursores regulares después del cambio.

Muchos hermanos hicieron también el precursorado auxiliar. Durante los tres primeros meses de 1999, hubo en Austria un 56% de aumento con relación al año pasado, y en Malaysia, un 103%. Dinamarca experimentó un incremento del 91% durante los primeros seis meses del año. En Corea, el 57% de los publicadores participó en alguna faceta del servicio de precursor durante enero, mes propicio en el país para aumentar la actividad.

Mientras tanto, el programa “Los precursores prestan ayuda” sigue produciendo buenos resultados. Una hermana de la congregación filipina de Anchorage (Alaska) dijo: “Llevo en la verdad once años. El servicio del campo se había convertido en algo rutinario para mí; participaba en él sin ninguna meta concreta”. Sin embargo, después de salir a predicar por algún tiempo con una precursora de la localidad, la predicación cobró más sentido para ella. Se dio cuenta de la urgencia de la obra. Empezó a interesarse más por las personas y logró comenzar estudios bíblicos. En la República Sudafricana, una precursora enseñó a una publicadora a hallar mayor satisfacción en el ministerio abordando a los transeúntes, en vez de esperar a que la gente contestara por el intercomunicador. Ambas se sentaban y hablaban sobre varias metas que podían tener presentes en la predicación. Al cabo de los seis meses que duró el programa, la publicadora era precursora regular. Y junto con la hermana que la ayudó, ahora obtiene en el ministerio más gozo que nunca.

Se imprimen las verdades bíblicas

Desde los tiempos de Moisés, Jehová ha proporcionado instrucción espiritual por escrito, la cual siempre se ha reforzado oralmente. En la actualidad, la página impresa desempeña un importante papel en la difusión de las buenas nuevas. Se han publicado grandes cantidades de Biblias y publicaciones bíblicas. Tan solo el pasado año, los testigos de Jehová imprimieron 1.026.706.628 revistas La Atalaya y ¡Despertad!, 41.579.805 libros y 71.221.759 folletos, junto con un gran número de tratados. Y todo ello en un total de 332 idiomas.

Esta actividad ha beneficiado a gente de muchos lugares. Por ejemplo, en los atolones coralinos de Tuvalu viven tan solo 9.403 personas. Sin embargo, La Atalaya se imprime en su idioma, y actualmente hay 45 adoradores de Jehová en el archipiélago. Aunque la República Centroafricana se halla alejada del mundo industrializado, La Atalaya y ¡Despertad! se distribuyen allí ampliamente en árabe, francés, inglés, lingala, sango y zande. Solo viven 2.305 Testigos en el país, pero la asistencia a la Conmemoración del año pasado superó más de cinco veces esa cantidad. En Angola, nación desgarrada por la guerra civil, donde muchas personas viven en la indigencia, comenzó a publicarse mensualmente La Atalaya en umbundú el pasado año, para beneficio de los dos circuitos de testigos de Jehová angoleños y el gran número de personas que reciben su ayuda espiritual. El año pasado se distribuyeron en Ucrania más de veintiséis millones de revistas. Después de buscar al Dios verdadero durante dos décadas, un señor se convenció de que había encontrado la verdad tras leer un solo número de ¡Despertad! Los 107.045 publicadores ucranianos se alegraron mucho de ver a otros 12.320 bautizarse a lo largo del año.

En Colombia, una mujer angustiada recibió el tratado ¿Qué esperanza hay para los seres queridos que han muerto? Nunca se había interesado en la religión, pero su hijo había fallecido en un terremoto, y el tema del tratado captó su atención. Finalmente, aceptó un estudio bíblico. Un Testigo de Lituania dejó en manos de una señora el folleto ¿De veras se interesa Dios por nosotros? Esta necesitaba desesperadamente la ayuda que solo Dios puede dar. Por ello, accedió a estudiar la Biblia en su hogar y progresó rápidamente hasta la dedicación y el bautismo. En efecto, muchas personas aprecian las publicaciones, que son instrumentos valiosos para la difusión de las buenas nuevas.

Enseñados por Jehová

Jehová continúa enseñando a sus siervos de muchas y diversas formas, con el fin de prepararlos para la labor que ya están efectuando y con vistas al trabajo que les espera (Isa. 54:13). Además, Jehová ha cursado una invitación personal a gente de más de doscientos treinta países para que se beneficie de Su maravilloso programa educativo. Millones de personas ‘correctamente dispuestas para vida eterna’ han respondido a dicha invitación, por lo que el pasado año se condujeron mensualmente, como promedio, 4.433.884 estudios bíblicos gratuitos (Hech. 13:48). ¡Qué bendición recibieron estas personas cuando por fin alguien les explicó las Escrituras de un modo fácil de entender!

La enseñanza que proporciona Jehová por medio de su organización también incluye varios tipos de formación especializada. Un año más, miles de hermanos se han beneficiado de la Escuela del Servicio de Precursor tras cumplir su primer año en el precursorado regular. Durante el pasado año de servicio se celebró también en 40 sucursales de todo el mundo la Escuela de Entrenamiento Ministerial, a la que asistieron 2.174 hermanos capacitados de un total de 89 países de América, Asia, Europa y África, así como de algunas islas. Además, se invitó a los miembros de los comités de sucursal de 43 países al Centro Educativo de la Watchtower, situado en Patterson (Nueva York), para recibir dos meses de preparación especial. Por otro lado, los estudiantes que asistieron a la Escuela de Galaad, donde disfrutaron de un curso exhaustivo de la Biblia que duró cinco meses, fueron asignados como predicadores y maestros de la Palabra de Dios a 31 países.

Por si fuera poco, se puso en marcha en el Centro Educativo de la Watchtower una nueva escuela, de ocho semanas de duración, para los superintendentes viajantes. Los 48 estudiantes de la primera clase —superintendentes de circuito y distrito de Estados Unidos y Canadá— se matricularon en mayo. El curso constó de dos partes: formación teórica en el aula y trabajo en el Departamento de Servicio. Se prestó atención a todos los aspectos de su labor, lo que beneficiará muchísimo a los miles y miles de hermanos de las congregaciones y circuitos en los que sirven. Durante el tiempo que estuvieron en Patterson, las esposas de los superintendentes viajantes, que acompañaron a sus esposos, trabajaron en Betel y salieron a predicar con las congregaciones vecinas. Además, todas las semanas asistieron, junto con sus esposos, a una conferencia muy beneficiosa tanto para ellas como para ellos.

“Resultará [...] en testimonio”

Jesús predijo que sus seguidores serían “llevados ante reyes y gobernadores”. El alcance del cumplimiento de esta profecía por todo el globo terráqueo durante el siglo XX, es una prueba más de que vivimos en los últimos días. ¿Por qué ocurre esto? No se debe a que los testigos de Jehová no respeten la ley. Al contrario, es ‘por causa del nombre de Jesucristo’, porque lo reconocen como Rey celestial y, al igual que él, “no son parte del mundo”. Jesús también profetizó que ‘resultaría en testimonio’ (Luc. 21:12, 13; Mat. 24:9; Juan 17:16). Así fue durante el pasado año de servicio. Los testigos de Jehová dieron testimonio a funcionarios de muchos países al defender concienzudamente el derecho de practicar su religión sin impedimentos.

En 1998, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos vio un caso en el que estaban implicados los testigos de Jehová de Bulgaria. ¿Cómo se llegó a esa situación? El gobierno búlgaro había rehusado conceder reconocimiento legal a los testigos de Jehová y a unas veinte confesiones más. Asimismo, se había desestimado una apelación al Tribunal Supremo de Bulgaria porque, entre otras cosas, los Testigos no creen en la Trinidad ni en otras doctrinas no bíblicas de la cristiandad. Como consecuencia, hubo detenciones, se interrumpieron reuniones religiosas y se confiscaron publicaciones bíblicas. El Tribunal Europeo instó a Bulgaria a llegar a un acuerdo amistoso con los testigos de Jehová. Por tanto, en octubre de 1998, ese país volvió a otorgarles reconocimiento legal. Gracias a ello fue posible enviar a cuatro misioneros de la clase 106 de Galaad para ayudar a los publicadores búlgaros a llevar las buenas nuevas del Reino a sus conciudadanos.

Los problemas legales de los testigos de Jehová de Francia también han resultado en un extenso testimonio. En este país se ha difamado públicamente a los Testigos, y las asociaciones antisectas han fomentado la publicación de reportajes periodísticos negativos sobre ellos. En 1996, un informe parlamentario los calificó de “secta peligrosa”, y en enero de 1999, el gobierno gravó con un impuesto del 60% todas las donaciones recibidas por este grupo religioso, una medida que no se ha adoptado con ninguna otra religión. Los testigos de Jehová respondieron con una campaña de tres días que dio comienzo el 29 de enero de 1999, durante la cual se distribuyeron 12.000.000 de ejemplares de un tratado titulado Franceses, se os está engañando.

El primer día de la campaña se convocó una conferencia de prensa para explicar lo que iba a hacerse. A mediodía, las emisoras de radio y televisión trasmitieron la noticia. Informaron sobre la campaña más de sesenta periódicos y revistas nacionales y regionales, con titulares como “Jehová toma Francia para dar testimonio” y “La operación ‘verdad’ de los testigos de Jehová”.

El primer día, decenas de miles de publicadores distribuyeron el tratado en el exterior de las estaciones de tren, las fábricas, las oficinas, las tiendas, los mercados y otros lugares. Pocas personas lo rechazaron.

Un guardia se acercó a un hermano que predicaba en las proximidades de una cárcel. Cuando el Testigo le ofreció el tratado, el funcionario dijo: “Necesitaré algunos más; hay mucha gente ahí dentro”. En otro caso, algunas personas mayores que regresaban en autobús a su hogar de jubilados manifestaron su desilusión porque no habían recibido el tratado. El conductor pidió que levantaran la mano los que quisieran uno, tras lo cual condujo el vehículo hasta un lugar donde había visto a un Testigo y le pidió los que necesitaba.

Por otro lado, en un mercado de la ciudad de Grenoble, una mujer se puso a insultar al Testigo que le dio el tratado. El hermano permaneció en calma. Pero los vendedores de los puestos y sus clientes, atraídos por las voces de la mujer, comenzaron a gritar: “¡Viva Jehová!”. Ante eso, la opositora se marchó.

¿Cuál fue el resultado general? Las congregaciones de toda Francia se entusiasmaron con la campaña. Cientos de hermanos que habían estado inactivos sintieron que el corazón los impelía a participar en esta campaña especial. Los publicadores de todo el país expresaron su profunda satisfacción por haber tenido la oportunidad de defender su fe de esta manera. La sucursal recibió miles de llamadas telefónicas y cartas del público. Algunas de ellas revelaron intolerancia, pero muchas fueron de apoyo. Durante todo el fin de semana, hubo gente que pidió que la visitaran, y se empezaron muchos estudios bíblicos.

¿Qué ha ocurrido con el tributo que impuso el gobierno? En respuesta a la acción emprendida, se ha presentado a altos funcionarios una gran cantidad de documentación legal sobre los testigos de Jehová: verdaderamente, un testimonio. Se ha apelado contra la normativa fiscal y, si es necesario, se llevará el caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

El distrito de Oradell (Nueva Jersey, E.U.A.) ha obstaculizado durante años la predicación de las buenas nuevas. Adoptó la decisión de no permitir a los testigos de Jehová efectuar su ministerio público a menos que obtuvieran un permiso y llevaran una insignia distintiva. Se luchó repetidamente por convencer al alcalde y a los concejales del carácter anticonstitucional de estas normas, pero sin resultados. Finalmente, se presentó una demanda ante el Tribunal Federal de Primera Instancia de Nueva Jersey para impugnar la ley local. Era la primera vez en los últimos cincuenta años que se tomaba tal acción en Estados Unidos con el fin de hacer valer nuestro derecho a efectuar el ministerio público. En la denuncia presentada ante el tribunal, se consideró conveniente explicar la naturaleza de nuestra obra y su fundamento bíblico; de ese modo se dio un buen testimonio.

El 8 de marzo de 1999, el juez del Tribunal Federal de Primera Instancia se reunió con representantes del Departamento Legal de la Sociedad y del distrito de Oradell, y le ordenó a este último cambiar sus leyes. El 16 de marzo, en una reunión del concejo, este y el alcalde aprobaron una resolución para eximir a las organizaciones religiosas de las normas sobre el permiso y la insignia. Una vez más pueden predicarse las buenas nuevas en Oradell sin restricciones anticonstitucionales.

Siempre que se menciona el nombre de Jehová o el de su pueblo en un tribunal, durante una sesión parlamentaria o en una audiencia del Congreso, se da testimonio a personas que están “en alto puesto”, quienes quizá no escuchen las buenas nuevas con frecuencia (1 Tim. 2:2). Pero, en ocasiones, la oportunidad de dar testimonio es mucho más directa y amplia, como ha ocurrido en Rusia.

En la atestada sala de un tribunal de Moscú (Rusia), desde septiembre de 1998 hasta marzo de 1999 se hizo todo lo posible por que se proscribieran las actividades religiosas de los testigos de Jehová en Moscú. Pero lejos de silenciar a los Testigos, la sala se convirtió en un marco singular para dar un extraordinario testimonio.

La fiscalía de Moscú, a la que posteriormente se unió el Departamento de Justicia de la ciudad, en colaboración con una organización antisectas relacionada con la Iglesia Ortodoxa Rusa, formuló acusaciones infundadas con la intención de suprimir la Congregación de los Testigos de Jehová de Moscú. Por lo general, los tribunales que se encargan de casos civiles no consideran apropiado que se haga en la sala un análisis crítico de las enseñanzas y creencias de una religión. Pero como en este caso las acusaciones tenían que ver con las creencias y prácticas de los testigos de Jehová, estas fueron el centro de atención en el juicio.

En la audiencia, la fiscal sostuvo que nuestras publicaciones incitan a la enemistad religiosa. ¿De qué manera? Enseñamos que tenemos la religión verdadera. Ante eso, el abogado defensor, testigo de Jehová él mismo, entregó Biblias a la juez y a la fiscal, y leyó Efesios 4:5: “[Hay] un Señor, una fe, un bautismo”. El hermano ruso prosiguió con su defensa bíblica y refutó otras acusaciones vertidas en la demanda de la fiscal, citando textos como Santiago 1:27, Juan 17:16 y Revelación 18:1-4, que ponen de relieve la necesidad de estar ‘separados del mundo’. La fiscal respondió con el argumento de que ese último texto, que habla de Babilonia la Grande, supone un insulto cuando se aplica a personas de otras religiones. Pero, posteriormente, un profesor universitario de Filosofía comentó: “Cuando los expertos acusan a los testigos de Jehová por sus enseñanzas, no se dan cuenta de que en realidad están haciendo acusaciones contra la Biblia”.

El juicio proporcionó la oportunidad de leer al tribunal secciones de las publicaciones de los testigos de Jehová que la fiscal había incluido en su demanda, pero esta vez en su contexto, de modo que nuestras creencias se expusieron correctamente, eliminando así el fundamento para acusaciones legítimas de delito. Se presentaron hasta cinco estudios científicos de importantes profesionales rusos que refutaban las afirmaciones de la fiscal. También se hizo hincapié en las decisiones y los convenios de los tribunales internacionales que piden el respeto a la libertad religiosa.

¿Cómo le hubiera ido a Jesús bajo la ley rusa de 1997 que suministró la base para la acción legal de la fiscalía? Durante el juicio, un abogado canadiense del equipo de la defensa, también testigo de Jehová, habló de esta cuestión. Dijo al tribunal: ‘Es un hecho que Jesús criticó a los guías religiosos de su día y les aplicó las palabras de Juan 8:44, 45: “Ustedes proceden de su padre el Diablo”. Como indica Mateo 15:2-9, condenó las tradiciones contrarias a la Palabra de Dios. ¿Trataba de destruir a las familias cuando dijo lo que se recoge en Mateo 10:34-37? No, sencillamente exponía la consecuencia inevitable de la reacción de los seres humanos. Además, en Lucas 18:15, 16 se indica que Jesús invitó a los niños a que fueran a él. ¿Estaba atrayendo engañosamente al cristianismo a adolescentes y niños pequeños? ¿Y por qué querían detener la predicación de Jesús los opositores religiosos? Juan 11:47, 48 muestra que se debió a que muchas personas seguían a Jesús, por lo que el clero judío veía que estaba perdiendo adeptos. Podríamos encontrar algunas similitudes con lo que ocurre hoy día’. Era obvio que si Jesucristo predicara en Moscú, también podrían presentarse contra él las acusaciones formuladas contra los testigos de Jehová. Pero ¿quién está equivocado? Obviamente quienes hacen las acusaciones, porque Jesús “no cometió pecado” (1 Ped. 2:22).

En respuesta a las cuestiones planteadas por la fiscal sobre las enseñanzas de los testigos de Jehová, un abogado ruso que es nuestro hermano leyó en la Biblia Daniel 2:44, 45 y 2 Timoteo 3:1-5. Poco después esa misma tarde, prestó declaración un Testigo de tercera generación cuya biografía demuestra que los testigos de Jehová llevan décadas en Rusia. Su testimonio también constituyó un recordatorio de lo que sufrieron los Testigos durante su destierro en Siberia y como consecuencia de la opresión de que fueron objeto durante los años de proscripción bajo el régimen soviético (véase ¡Despertad! del 22 de abril de 1999, págs. 20-25).

Una tercera abogada de la defensa representaba también a los testigos de Jehová. No pertenece a esta religión, pero es imparcial y tiene experiencia en defender casos sobre los derechos humanos. Hasta ella tuvo la oportunidad de abrir la Biblia y dirigir al tribunal a varios pasajes. Tras referirse a Revelación 14:1; 16:16; 20:6, y Salmo 37:9, 10, retó al “experto” religioso de la fiscalía a demostrar en qué están equivocados los testigos de Jehová. No pudo hacerlo.

Cabe señalar que el 29 de abril de 1999, el Ministerio de Justicia de Rusia volvió a registrar legalmente a los testigos de Jehová como organización religiosa. Sin embargo, esa medida no condujo al sobreseimiento de la causa en Moscú ni a una decisión favorable para los Testigos. El tribunal está a la espera del análisis de sus publicaciones que realiza una comisión de “expertos” designada por la juez. Sea cual sea la conclusión a la que lleguen, estamos seguros de que “resultará [...] en testimonio” (Mat. 10:18).

Además del testimonio que recibieron los funcionarios presentes en la sala, los periódicos y las cadenas de televisión difundieron noticias del juicio por toda Rusia. Los testigos de Jehová rusos también hicieron llegar a la prensa y al público la cobertura diaria del proceso. Se suministraron citas completas de las publicaciones de la Watch Tower que la fiscal había tergiversado, así como los antecedentes históricos de los Testigos. En diversos momentos de la vista hubo representantes de al menos siete importantes servicios internacionales de noticias. Las embajadas de otros países y las organizaciones de derechos humanos manifestaron mucho interés en el proceso. El 11 de marzo, el Parlamento Europeo aprobó una resolución en la que se insta a los funcionarios rusos de todos los niveles a garantizar la libertad de cultos, y de ese modo conformarse a los acuerdos internacionales firmados por su gobierno. Al mes siguiente, once miembros de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa firmaron otro documento en el que expresaban su preocupación por lo sucedido en el caso de Moscú.

Mientras tanto, los hermanos de Moscú y de toda Rusia saben muy bien que son “objeto de odio” por parte de los que se oponen al mensaje del Reino. Se produjo una explosión de una bomba de gas en una reunión de una congregación de San Petersburgo. Un opositor atacó con un arma a una hermana mayor que estaba en el servicio del campo. Y la cancelación de algunos contratos de alquiler privó a 2.000 Testigos moscovitas de sus lugares de reunión y los obligó a buscar otros. En agosto, cuando los testigos de Jehová celebraban una asamblea en Moscú pese a los esfuerzos por impedirlo, hubo que desalojar el estadio el sábado por la tarde a causa de una amenaza de bomba. A pesar de todo, se bautizaron 600 personas en la asamblea, y más de quince mil cien regresaron el domingo para escuchar el resto del programa.

En vista de las numerosas y diversas presiones que sufren los testigos de Jehová por todo el mundo al efectuar su ministerio, fue oportuno que durante el mes de abril de 1999 se reunieran hermanos responsables para hablar de las actuales necesidades respecto a “defender y establecer legalmente las buenas nuevas” (Fili. 1:7).

Los testigos de Jehová están plenamente convencidos de que, como dice la Biblia, ningún arma que se forme contra “los siervos de Jehová” tendrá éxito (Isa. 54:17). Y en Jeremías 1:19 se hace esta promesa: “De seguro pelearán contra ti, pero no prevalecerán contra ti, porque: ‘Yo estoy contigo —es la expresión de Jehová— para librarte’”.

[Ilustración de la página 6]

Daniel Sydlik presentando la edición en inglés del libro Prestemos atención a las profecías de Daniel

[Ilustración de la página 6]

Chong-il Park presentando la edición en coreano de la Traducción del Nuevo Mundo

[Ilustraciones de las páginas 12 y 13]

Nairobi (Kenia): una de las 32 asambleas internacionales

[Ilustraciones de la página 14]

Arriba, izquierda: se carga la ayuda humanitaria en Bélgica para enviarla a África. Abajo: los refugiados del Congo reciben instrucción y cantan alabanzas a Jehová desde el corazón

[Ilustraciones de las páginas 20 y 21]

Se preparan las publicaciones para su envío en la sede mundial

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