8 Cuando empezó a brillar el sol, Dios también mandó un viento abrasador del este, y el sol pegaba tan fuerte sobre la cabeza de Jonás que él se desmayaba. No dejaba de pedir la muerte. Decía: “Prefiero estar muerto que seguir viviendo”.+
8 Cuando empezó a brillar el sol, Dios también mandó un viento abrasador del este, y el sol pegaba tan fuerte sobre la cabeza de Jonás que él se desmayaba. No dejaba de pedir la muerte. Decía: “Prefiero estar muerto que seguir viviendo”.+