22 Y resulta que llegó una mujer fenicia de esa región y gritó: “¡Ten compasión* de mí, Señor, Hijo de David! Mi hija está cruelmente poseída por un demonio”.+
22 Y resulta que llegó una mujer fenicia* de esa región y gritó: “¡Ten compasión* de mí, Señor, Hijo de David! Mi hija está cruelmente poseída por un demonio”.+