4 Y aconteció que, tan pronto como el rey oyó la palabra del hombre del Dios [verdadero] que había gritado contra el altar en Betel, en seguida alargó Jeroboán su mano de sobre el altar, y dijo: “¡Préndanlo!”.+ Al instante la mano que había alargado contra él quedó seca, y no pudo retirarla a sí.+