25 Pero, de tanto esperar, se sintieron desconcertados. Y, al ver que el rey no abría las puertas de la habitación de la azotea, tomaron la llave y las abrieron. ¡Y encontraron a su señor muerto en el piso!*
25 Y se quedaron esperando hasta que les dio vergüenza, y, ¡mire!, nadie abría las puertas de la cámara del techo. Ante esto, tomaron la llave y las abrieron, y, ¡mire!, ¡su señor* estaba caído en tierra, muerto!