Nota
a Algunos recuerdos empiezan a salir a la luz en la forma de dolores psicosomáticos; otros, en la forma de alucinaciones, que pueden confundirse con actividad demoniaca: sonidos de intrusos, como el de puertas que se abren; sombras que se mueven junto a puertas y ventanas, o la sensación de una presencia invisible en la cama. La angustia suele desaparecer cuando los recuerdos terminan de salir a la luz por completo.