Nota
d Ante la amenaza española de hacer que los conquistadores continuaran la labor iniciada por los misioneros, el shogun Hideyoshi mandó ejecutar a un buen número de jesuitas y franciscanos a fin de evitar tal posibilidad. La trama jesuita de conquistar China con la ayuda de voluntarios filipinos y japoneses seguramente hizo sospechar de las verdaderas intenciones de la orden en Japón. La proscripción oficial, decretada en 1614, mencionó específicamente el temor de que el objetivo católico fuera “cambiar el gobierno del país y apropiarse de su territorio”.