Nota
a Además de rechazar las letras que ensalzan el odio, la inmoralidad o la violencia, quienes aman a Dios y a su semejante también se niegan a escuchar música que fomenta la idolatría, el nacionalismo o las falsedades religiosas (Isaías 2:4; 2 Corintios 6:14-18; 1 Juan 5:21).