Nota
a Hoy, como en el siglo primero, también hay familias cristianas acomodadas. No obstante, Dios les advierte que no confíen en sus riquezas ni se dejen distraer por ellas (Proverbios 11:28; Marcos 10:25; Revelación 3:17). Seamos ricos o pobres, todos debemos centrarnos en hacer la voluntad de Dios (Lucas 12:31).