Nota
c A veces no es bueno guardar secretos. Sería contraproducente, por ejemplo, si un amigo tuyo cometiera un pecado grave, tuviera pensamientos suicidas o adoptara alguna conducta autodestructiva. Para más información, ve ¡Despertad! de diciembre de 2008, páginas 19 a 21, y mayo de 2008, páginas 26 a 29.