Nota
a Muchas veces los terremotos literales son precedidos de disturbios sísmicos que hacen que los perros ladren o se asusten y excitan a otros animales y a los peces, aunque los humanos quizás no sospechen lo que sucede hasta el momento en que el mismo temblor azota. (Véase ¡Despertad! del 22 de noviembre de 1982, página 14.)