Nota
d Es interesante que por la estatua de un gobernante antiguo hallada en el norte de Siria en los años setenta quedó claro que no era desconocido el que se llamara rey a un gobernante cuando en realidad tenía un título de menos categoría. La estatua era de un gobernante de Gozán y estaba inscrita en asirio y arameo. La inscripción asiria llamaba a aquel hombre gobernador de Gozán, pero la inscripción aramea paralela lo llamaba rey9. Por eso, no carecería de precedente el que en las inscripciones babilónicas oficiales se llamara príncipe heredero a Belsasar, mientras que en lo que Daniel escribió en arameo se le llamara rey.