Nota
c Las doctrinas budistas, como la de anatta (sin yo permanente), niegan la existencia de un alma invariable o eterna. Sin embargo, hoy la mayoría de los budistas, particularmente los del Oriente Lejano, creen en la transmigración de un alma inmortal. Su práctica de la adoración de antepasados y su creencia de que hay tormento en un infierno después de la muerte demuestran claramente esto.