Nota
f Un alto oficial romano oyó el testimonio ocular de Pedro: “Ustedes conocen el tema acerca del cual se habló por toda Judea [...]. Dios levantó a Este al tercer día y le concedió manifestarse [...], nos ordenó que predicáramos al pueblo y que diéramos testimonio cabal de que este es Aquel de quien Dios ha decretado que sea juez de vivos y de muertos” (Hechos 2:32; 3:15; 10:34-42).