Nota
a Las Escrituras describen al antiguo Líbano como una tierra fértil con bosques frondosos y cedros imponentes, comparable al jardín de Edén (Salmo 29:5; 72:16; Ezequiel 28:11-13). Sarón era una región conocida por sus corrientes de agua y sus bosques de robles; el Carmelo era célebre por sus viñedos, huertos y laderas cubiertas de flores.