Nota
a Es probable que esta parábola de Jesús les recordara a sus oyentes a Arquelao, hijo de Herodes el Grande. Antes de morir, Herodes lo nombró su sucesor como gobernante de Judea y otras regiones. Sin embargo, Arquelao primero tuvo que hacer un largo viaje a Roma para asegurarse de contar con la aprobación de César Augusto.