Nota
a Bajo la ley de Moisés, los casos que tenían que ver con ciertos pecados serios, como el adulterio, la homosexualidad, el homicidio y la apostasía, no se podían resolver simplemente por medidas personales de modo que la persona ofendida aceptara las expresiones de pena del malhechor y sus esfuerzos por rectificar el mal. En vez de eso, los ancianos, jueces y sacerdotes se encargaban de estos pecados serios.—Lev. 20:10, 13; Núm. 5:11-31; 35:12, 19-25; Deu. 13:6-15; 17:2-9; 19:16-19; 22:22.