Nota
b Para sugerencias sobre cómo ayudar a los cristianos que padecen de depresión, véase el artículo “Hablen confortadoramente a las almas abatidas”, en La Atalaya del 15 de octubre de 1982, y “Una lengua instruida... ‘para animar a los cansados’” en el número del 1 de septiembre de 1982.