Nota
c Josefo escribe lo siguiente sobre los sucesos ocurridos entre el primer ataque del ejército romano a Jerusalén (66 E.C.) y su destrucción posterior: “Durante la noche se produjo una gran tormenta, viento violento, mucha lluvia, relámpagos, truenos horrendos y prodigiosas convulsiones de la tierra. Manifiestamente, a causa de los hombres, se había turbado la armonía de los elementos; se podía presagiar que todo esto era el principio de grandes acontecimientos”.