Nota
a Es innegable que Tito tenía muchas probabilidades de obtener la victoria. Sin embargo, no logró cumplir sus objetivos en dos importantes aspectos. Ofreció la rendición pacífica, pero, terca e inexplicablemente, los adalides de la ciudad rechazaron la oferta. Y cuando por fin hendió una brecha en los muros de la ciudad, ordenó que se salvara el templo. A pesar de su orden, el templo se quemó por completo. La profecía de Jesús especificó que Jerusalén sería devastada y el templo demolido por completo. (Marcos 13:1, 2.)