Nota
c Pablo no ponía en duda la salvación del constructor, sino de su “obra”. La versión de 1992 de La Casa de la Biblia traduce así estos versículos: “Aquel cuyo edificio resista, recibirá premio; pero aquel cuyo edificio sucumba bajo las llamas, sufrirá daño. Él, sin embargo, se salvará, pero como quien a duras penas escapa de un incendio”.