Nota
a El hecho de que los espíritus puedan verse afectados por sus compañías se indica en Revelación 12:3, 4. En este pasaje se representa a Satanás como “un dragón” que influyó en otras “estrellas” (hijos espirituales) para que se unieran a él en su rebelión (compárese con Job 38:7).