Nota
a En una carta fechada el 20 de noviembre de 1861 y dirigida a la Casa de la Moneda de Estados Unidos, el secretario del Tesoro Salmon P. Chase escribió: “Ninguna nación puede ser fuerte si no es por la fuerza de Dios, o estar a salvo a menos que Él la defienda. La confianza de nuestro pueblo en Dios debe proclamarse en las monedas de nuestro país”. Como resultado, el lema “En Dios confiamos” apareció por primera vez en una moneda estadounidense de curso legal en 1864.