Nota
a Estas palabras quizás aludan a los deberes del oficial del monte del templo de Jerusalén. Durante las vigilias caminaba por el recinto para ver si los guardias levitas estaban alerta en sus puestos. A todo guardia que se hallara dormido se le golpeaba con un palo y podía infligírsele el deshonroso castigo de quemarle las prendas de vestir exteriores.