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    ¡Despertad! 2009 | febrero
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      Febrero de 2009

      Un planeta para la vida

      Todo en el planeta Tierra indica que fue hecho para sustentar la vida. ¿Es acaso una increíble casualidad, o fruto del diseño inteligente? ¿Qué nos enseñan la ciencia y la Biblia?

      3 El planeta vivo

      4 El “domicilio” perfecto

      6 Dos escudos dinámicos

      6 El líquido vital

      8 Ciclos de la vida

      8 Un regalo exclusivo para la humanidad

      10 Accidentes en pleno vuelo

      12 El punto de vista bíblico ¿Existe la predestinación?

      14 Más cerca de Marte

      17 El afilador sobre ruedas

      24 ¿Casualidad o diseño? Las alas del mundo animal

      25 El silbido, una ingeniosa forma de “hablar”

      26 Cómo mejorar la memoria

      30 Observando el mundo

      31 ¿Qué respondería usted?

      32 ¿Existe un Creador? ¿Se interesa por usted?

      ¿Cómo superar un desengaño amoroso? 18

      Alguien pudiera sentir que el mundo se le viene encima cuando su pareja termina la relación. Este artículo explica cómo salir adelante.

      La dislexia no me ha detenido 21

      Conozca a un danés que no permitió que la dislexia le impidiera alcanzar sus objetivos.

      [Reconocimientos de la página 2]

      PORTADA: globo terráqueo: NASA/The Visible Earth (http://visibleearth.nasa.gov/); Sol: SOHO (ESA & NASA)

  • El planeta vivo
    ¡Despertad! 2009 | febrero
    • El planeta vivo

      LA Tierra alberga una asombrosa cantidad y variedad de organismos clasificados en millones de especies. Muchos de estos seres vivos, que pululan en el suelo, el aire y el agua, son tan diminutos que resultan imperceptibles a simple vista. Por ejemplo, en un solo gramo (0,04 onzas) de tierra se han encontrado 10.000 especies de bacterias, sin contar el total de microbios. Hay especies que se han hallado hasta a tres kilómetros (dos millas) bajo tierra.

      Asimismo, el aire está repleto de vida. Además de alojar aves, murciélagos e insectos, hay temporadas y lugares en que se llena de semillas, polen y otras esporas, así como de miles de tipos de microbios. “Esto hace que la diversidad de microbios del aire esté a la par con la de los microbios del suelo”, comenta la revista Scientific American.

      Por otro lado, gran parte de lo que hay en los océanos todavía es un misterio, pues se requiere de una costosa tecnología para explorar las profundidades marinas. Hasta los arrecifes coralinos, tan accesibles y estudiados, quizás acojan millones de especies aún desconocidas.

      Lo cierto es que hay tantas formas de vida en la Tierra, que estas mismas modifican la composición química del planeta, sobre todo de la biosfera (donde se desarrollan los seres vivos). En los mares, por ejemplo, el carbonato cálcico de las conchas y corales regula la química del agua “prácticamente como un antiácido actúa en el estómago”, señala un informe de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, de Estados Unidos. Las plantas y el fitoplancton (algas unicelulares que se hallan cerca de la superficie de lagos y océanos) ayudan a estabilizar los niveles de dióxido de carbono y oxígeno en el agua y el aire. Y en cuanto al suelo, la descomposición que producen los hongos y bacterias proporciona nutrientes inorgánicos a las plantas. Con razón se le llama a la Tierra el planeta vivo.

      Ahora bien, la vida terrestre solo puede existir gracias a las características únicas de nuestro planeta, algunas de las cuales llegaron a comprenderse por completo en el siglo XX. He aquí unos ejemplos:

      1. La ubicación de la Tierra en la Vía Láctea y en el sistema solar, así como la órbita del planeta, su inclinación, su velocidad de rotación y su satélite, la Luna.

      2. El campo magnético y la atmósfera, que constituyen un escudo doble.

      3. La abundancia de agua.

      4. Los ciclos naturales que abastecen y limpian la biosfera.

      Al ir analizando estas características en los siguientes artículos, pregúntese: “¿Son un simple producto de la casualidad, o del diseño inteligente? De haber sido diseñado nuestro planeta, ¿qué propósito tenía el Creador?”. Esta pregunta se responderá en el último artículo de la serie.

      [Recuadro de la página 3]

      “NO PODEMOS DEJAR QUE UN PIE DIVINO CRUCE LA PUERTA”

      Aunque es obvio que el mundo natural resulta demasiado perfecto para ser un simple accidente, muchos científicos niegan la existencia de un Creador. No es que la ciencia “nos obligue a aceptar una explicación material” o atea del mundo, admite el evolucionista Richard C. Lewontin. Al contrario, “lo que nos obliga es nuestro compromiso previo [...] con el materialismo” y la resolución de crear “una serie de conceptos que promuevan explicaciones materialistas”. “El materialismo es absoluto —añade—, de modo que no podemos dejar que un pie divino cruce la puerta.”

      Si la inmensa mayoría de pruebas demuestra que existe un Creador, ¿cree usted, entonces, que son válidos los argumentos anteriores? (Romanos 1:20.)

  • El “domicilio” perfecto
    ¡Despertad! 2009 | febrero
    • El “domicilio” perfecto

      LOS datos del domicilio donde uno vive por lo regular incluyen la calle, la ciudad y el país. En el caso de la Tierra, su órbita es, por así decirlo, la calle; el sistema solar (el Sol y sus planetas) es la ciudad, y la galaxia Vía Láctea es el país en que radica. Gracias a los adelantos en física y astronomía, los científicos han logrado entender mejor las ventajas del minúsculo lugar que ocupamos en el universo.

      Para empezar, nuestra “ciudad”, o sistema solar, se ubica en una franja anular de la Vía Láctea conocida como zona de habitabilidad galáctica, la cual está a 28.000 años luz del centro de la galaxia. En esta zona se reúnen las cantidades exactas de los elementos químicos necesarios para vivir. Fuera de ella, no existen posibilidades de vida: más lejos del centro, los elementos indispensables escasean, y más cerca del centro, una mayor abundancia de radiaciones letales y otros factores convierten a la región en un entorno sumamente peligroso. Por eso, como afirma la revista Scientific American, “vivimos en un barrio exclusivo” de la galaxia.

      La calle ideal

      No menos exclusiva es la “calle”, u órbita de la Tierra, dentro de la “ciudad”, es decir, el sistema solar. Su trazado está a una distancia media de 150 millones de kilómetros (93 millones de millas) del Sol y se ubica dentro de la zona de habitabilidad circunestelar, donde los seres vivos ni se congelan ni se queman. Aunque la órbita de nuestro planeta es elíptica, la distancia que lo separa del Sol es más o menos la misma durante todo el año.

      El Sol, por su parte, es la central eléctrica por excelencia, pues además de ser estable, tiene el tamaño óptimo y emite la cantidad de energía que necesita la Tierra. Con razón se dice que es “una estrella muy singular”.

      La excelente vecina de al lado

      De todos los vecinos que la Tierra pudiera tener, no hay ninguno como nuestro satélite: la Luna. Su diámetro mide aproximadamente una cuarta parte del de la Tierra. De modo que, en comparación con otras lunas de nuestro sistema solar, la nuestra es muy grande para la Tierra. Pero lejos de ser un error, es una ventaja.

      En primer lugar, la Luna es la causa principal de las mareas oceánicas, las cuales cumplen un papel esencial en la ecología del planeta. En segundo lugar, contribuye a la estabilidad del eje de la Tierra. Si nuestro satélite no fuera como es, el globo terráqueo bailaría como un trompo, quizás hasta se iría de lado al girar. Además, los cambios en el clima y en las mareas, así como otras alteraciones en la naturaleza, resultarían catastróficos.

      Inclinación y rotación exactas

      La inclinación de la Tierra (23,5 grados) hace posible el ciclo anual de las estaciones, regula la temperatura y da lugar a una amplia gama de zonas climáticas. “Parece que el eje de inclinación de nuestro planeta es el idóneo”, señala el libro Rare Earth—Why Complex Life Is Uncommon in the Universe (El singular planeta Tierra: por qué es difícil hallar formas de vida complejas en el universo).

      Gracias al movimiento de rotación, la duración del día y la noche también es perfecta. Si el período de rotación fuera mucho mayor, el lado de la Tierra que diera hacia el Sol se quemaría y el lado contrario se congelaría. Por otra parte, si la rotación fuera más rápida y los días solo duraran unas cuantas horas, se desatarían implacables vientos huracanados y otros fenómenos desastrosos.

      En definitiva, todo lo relacionado con nuestro planeta —su “domicilio”, la velocidad de su rotación y su extraordinaria “vecina”— demuestra que ha sido diseñado por un Creador inteligente.a Paul Davies, destacado astrofísico y evolucionista, declaró: “Hasta los científicos ateos se estremecerán ante la grandeza, la majestuosidad, la armonía, la elegancia, el verdadero ingenio del universo”.

      ¿Será esta maravilla un simple producto de la casualidad, o del diseño inteligente? Reflexione en esta pregunta al leer el siguiente artículo, que trata sobre dos sorprendentes escudos que protegen la Tierra de los peligros del espacio.

      [Nota]

      a Para que el universo exista como un todo, son esenciales las cuatro fuerzas que rigen la materia: gravedad, electromagnetismo, fuerza nuclear fuerte y fuerza nuclear débil. Todas estas tienen la intensidad justa (véase el capítulo 2 del libro ¿Existe un Creador que se interese por nosotros?, editado por los testigos de Jehová).

      [Recuadro de la página 5]

      ¿MÁS RÁPIDO QUE UNA BALA?

      Al terminar de leer este recuadro, usted habrá viajado miles de kilómetros sin siquiera darse cuenta. Veamos por qué decimos esto.

      Nuestro planeta mide 40.000 kilómetros (25.000 millas) de circunferencia y su rotación dura casi veinticuatro horas. Por lo tanto, las zonas ecuatoriales giran a unos 1.600 kilómetros (1.000 millas) por hora. En los polos, no obstante, la superficie permanece inmóvil.

      La Tierra gira alrededor del Sol a 30 kilómetros (18,5 millas) por segundo, mientras que el sistema solar en conjunto viaja alrededor del núcleo de la Vía Láctea a 249 kilómetros (155 millas) por segundo. En cambio, la velocidad de una bala ni siquiera alcanza los 2 kilómetros (una milla) por segundo.

      [Reconocimiento de la página 4]

      Vía Láctea: NASA/JPL/Caltech

      [Reconocimiento de la página 5]

      Globo terráqueo: basado en NASA/Visible Earth imagery

  • Dos escudos dinámicos
    ¡Despertad! 2009 | febrero
    • Dos escudos dinámicos

      EL ESPACIO está lleno de radiación letal y meteoroides que representan un peligro para la Tierra. Con todo y eso, parece como si nuestro planeta azul pasara sano y salvo a través de un campo de tiro. ¿Por qué? Porque está protegido por dos sorprendentes escudos: un potente campo magnético y una atmósfera hecha a la medida.

      El campo magnético emerge desde el interior del planeta y se extiende hasta el espacio exterior, donde forma un escudo invisible denominado magnetosfera (derecha, arriba). Dicho escudo nos protege del impacto directo de los rayos cósmicos y de la radiación solar de alta energía, que provoca fenómenos como el viento solar (una corriente de partículas cargadas de electricidad), las erupciones solares (que en minutos liberan la energía equivalente a miles de millones de bombas de hidrógeno) y las eyecciones de masa coronal (que disparan hacia el espacio miles de millones de toneladas de materia procedente de la corona solar). Las erupciones solares y las eyecciones producen auroras (derecha, abajo), que son destellos de colores visibles en la atmósfera superior cerca de los polos magnéticos de la Tierra.

      La atmósfera refuerza la protección del planeta. En la estratosfera, una de las capas de la atmósfera, se concentra una variedad del oxígeno llamada ozono, que absorbe el 99% de las radiaciones ultravioleta del Sol. La capa de ozono protege de esa radiación a toda forma de vida, desde el ser humano hasta el plancton. Constituye un eficaz escudo dinámico, pues aunque la cantidad de ozono estratosférico varía, se adapta proporcionalmente a la intensidad de las radiaciones ultravioleta.

      La atmósfera también nos protege de una lluvia constante de millones de meteoroides, cuyo tamaño va del de un grano de polvo al de una enorme roca. Por fortuna, la gran mayoría se desintegra en la atmósfera y se convierte en destellos luminosos conocidos como meteoros.

      Los escudos terrestres, sin embargo, no bloquean el paso de la radiación necesaria para la vida, o sea, la luz y el calor. La atmósfera, por ejemplo, distribuye el calor por toda la Tierra y evita que este escape de noche, arropándola como si fuera un manto.

      La atmósfera y el campo magnético de la Tierra son verdaderas maravillas de la creación que aún no se comprenden del todo. Y lo mismo puede decirse de otros elementos del planeta, como el agua en estado líquido.

  • El líquido vital
    ¡Despertad! 2009 | febrero
    • El líquido vital

      EL AGUA es un misterio, pues resulta simple y compleja a la vez. Cada molécula está compuesta únicamente de tres átomos: dos de hidrógeno y uno de oxígeno. Aun así, los científicos todavía no entienden del todo el comportamiento de las moléculas del agua. Lo que sí sabemos es que este líquido es indispensable para vivir y que constituye alrededor del ochenta por ciento de la masa de todo ser vivo. Veamos al menos cinco propiedades de esta asombrosa sustancia.

      1. Puede almacenar bastante calor sin que la temperatura ambiental suba demasiado, lo cual modera el clima.

      2. Al congelarse, se expande, formando capas de hielo que flotan en la superficie y sirven de aislante. Si el agua fuera como otras sustancias que se congelan por completo cuando aumentan de densidad, los lagos, ríos y mares se compactarían de abajo hacia arriba, y todo quedaría sepultado en el hielo.

      3. Su transparencia permite que los organismos que dependen de la luz sobrevivan a gran profundidad.

      4. La tensión superficial que producen sus moléculas crea una capa tan elástica como la piel. Dicha tensión hace posible que algunos insectos correteen sobre los charcos, que se formen gotas de agua y que exista el fenómeno de la capilaridad, el cual contribuye a la hidratación hasta de los árboles más altos.

      5. Es el mejor disolvente. Puede transportar en solución oxígeno, carbono, dióxido de carbono, sales, minerales y muchas otras sustancias vitales.

      El climatizador ideal

      Los océanos cubren casi el setenta por ciento de la Tierra, por lo que son un elemento clave para el control climático. Puede decirse que hacen equipo con la atmósfera al intercambiar constantemente calor, agua y gases, y al generar viento y olas. Juntos regulan la temperatura del planeta al conducir el calor desde los trópicos hasta los polos. De hecho, para la mayoría de los seres vivos es imprescindible que la temperatura ambiental no exceda la temperatura en la que el agua permanece en estado líquido. A este respecto, “parece que la Tierra lo logró a la perfección”, comenta el libro Rare Earth—Why Complex Life Is Uncommon in the Universe.

      La Tierra, por lo tanto, no es la causa, sino el efecto. Entonces, ¿cuál es la causa: la casualidad, o un Creador amoroso? La Biblia dice que Dios es la causa (Hechos 14:15-17). En el siguiente artículo, que trata sobre los maravillosos ciclos que conservan limpio y saludable nuestro planeta, veremos más pruebas a favor del punto de vista bíblico.

      [Recuadro de la página 7]

      VERDADES CIENTÍFICAS QUE REVELA LA BIBLIA

      La Tierra está suspendida en el espacio. “Él está extendiendo el norte sobre el lugar vacío, colgando la tierra sobre nada.” (Job 26:7, declarado alrededor de 1613 a.e.c. [antes de la era común].)

      La Tierra es esférica. “Hay Uno que mora por encima del círculo de la tierra.” (Isaías 40:22, escrito alrededor de 732 a.e.c.)

      Existe un ciclo del agua. “Todos los torrentes invernales salen al mar [...]. Al lugar para donde salen los torrentes invernales, allí regresan para poder salir.” (Eclesiastés 1:7, escrito antes del año 1000 a.e.c.)

      El universo se rige por leyes. “Yo [Jehová] he designado [...] los estatutos [o leyes] de cielo y tierra.” (Jeremías 33:25, escrito antes de 580 a.e.c.)

      [Reconocimientos de la página 7]

      Magnetosfera: NASA/Steele Hill; aurora: Collection of Dr. Herbert Kroehl, NGDC; arrecife: Stockbyte/Getty Images

  • Ciclos de la vida
    ¡Despertad! 2009 | febrero
    • Ciclos de la vida

      IMAGINE que una ciudad se quedara sin aire y agua limpios y que sus alcantarillas se taparan: todos enfermarían y morirían. Ahora bien, nuestro planeta es un sistema cerrado que no recibe ni aire ni agua del espacio exterior y tampoco le arroja desechos. Entonces, ¿qué le permite mantenerse sano y en condiciones habitables? Los ciclos naturales, como el del agua, el carbono, el oxígeno y el nitrógeno, que se resumen a continuación.

      El ciclo hidrológico consta de tres etapas: 1) evaporación: debido al calor del Sol, el agua se convierte en vapor, que asciende a la atmósfera; 2) condensación: el agua ya purificada se condensa formando nubes, y 3) precipitación: las nubes, a su vez, producen lluvia, granizo, nieve o aguanieve, y así se cierra el ciclo. ¿Cuánta agua se recicla al año? Se calcula que la suficiente para que una capa superior a un metro (tres pies) cubra el planeta.

      2

      ← ◯

      ↓ 3 ↑

      ↓ 1 ↑

      ↓ ↑

      → →

      →

      Los ciclos del carbono y del oxígeno comprenden dos procesos fundamentales: la fotosíntesis y la respiración.a Para la fotosíntesis —que produce oxígeno y carbohidratos— se precisa luz solar, dióxido de carbono y agua. A su vez, la respiración de seres humanos y animales genera energía, dióxido de carbono y agua mediante la combinación de oxígeno y carbohidratos. Así, ambos procesos complementan sus funciones de forma limpia, eficaz y discreta.

      Oxígeno

      ←

      ← ←

      ↓ ↑

      ↓ ↑

      ↓ ↑

      → →

      →

      Dióxido de carbono

      El ciclo del nitrógeno es esencial para la producción de aminoácidos, proteínas y otras moléculas orgánicas. A) Inicia cuando los relámpagos y las bacterias transforman el nitrógeno atmosférico en compuestos que absorben las plantas. B) A su vez, estas los incorporan a sus tejidos en forma de moléculas orgánicas, y los herbívoros, de este modo, obtienen nitrógeno. C) Cuando muere un animal o una planta, otro grupo de bacterias descompone tales compuestos, liberando de nuevo el nitrógeno hacia el suelo y la atmósfera.

      ← ← ← ← ← ← ← ← ← ←

      ↓ ↑

      ↓ El 78% de la atmósfera ↑

      ↓ es nitrógeno ↑

      ↓ ↑

      ↓ ↓ Moléculas ↑

      ↓ A ↓ orgánicas ↑

      ↓ Bacterias ↓ B ↑ ↓ C ↑

      → Compuestos de nitrógeno Bacterias →

      → → →

      Un reciclaje perfecto

      Reflexione: el hombre, con toda su tecnología, genera cada año una infinidad de residuos tóxicos que no es capaz de reciclar. Sin embargo, la Tierra recicla perfectamente sus propios desechos gracias a su magnífica ingeniería química. “Sería increíble que la casualidad hubiera duplicado” tal armonía medioambiental, afirma Michael A. Corey, escritor de temas científicos y religiosos.

      La Biblia atribuye el crédito a quien le corresponde, al declarar: “¡Cuántas son tus obras, oh Jehová! Con sabiduría las has hecho todas” (Salmo 104:24). Dicha sabiduría se ha puesto a disposición de la humanidad de manera especial.

      [Nota]

      a Hay ciclos que se complementan o comparten elementos. El oxígeno, por ejemplo, interviene en el ciclo del carbono y en el del agua, pues está presente en el dióxido de carbono, los carbohidratos y el agua.

  • Un regalo exclusivo para la humanidad
    ¡Despertad! 2009 | febrero
    • Un regalo exclusivo para la humanidad

      PARA ser felices, no basta con tener aire, alimento y agua, sino que además debemos satisfacer nuestra necesidad espiritual: conocer el propósito de la vida, la razón de nuestra existencia. Por eso, Jesús dijo: “Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual” (Mateo 5:3).

      Dios nos ofrece un regalo para cubrir dicha necesidad. Se trata del libro sagrado de mayor difusión: la Santa Biblia, que se ha traducido completa o en parte a 2.400 idiomas (2 Timoteo 3:16). Este libro explica que Dios creó el universo y la vida en la Tierra (Génesis, capítulos 1 y 2), y que lo hizo en seis períodos de tiempo, llamados “días”, cuyo orden coincide con las principales divisiones del tiempo geológico que enseñan los científicos.

      La Biblia también revela el propósito divino para la humanidad. Salmo 37:29 declara: “Los justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre ella”. Note que los justos —las personas moral y espiritualmente rectas— vivirán para siempre en la Tierra, no en el cielo. Claro, nuestro planeta ya no será un mundo contaminado, sino que habrá sido convertido en un paraíso (Salmo 104:5; Lucas 23:43).

      Conocimiento que lleva a vida eterna

      Dicho paraíso no solo será físico, sino también espiritual, pues Isaías 11:9 afirma: “La tierra ciertamente estará llena del conocimiento de Jehová como las aguas cubren el mismísimo mar”. Incluso en nuestros días, tal conocimiento mueve a los cristianos verdaderos a vivir en paz y armonía. Ellos se toman a pecho las palabras que Jesús dijo en oración: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo” (Juan 17:3).

      Si desea aprender más acerca de la esperanza que ofrece la Biblia, los testigos de Jehová con gusto le ayudaremos de forma gratuita.a

      [Nota]

      a Puede ponerse en contacto con los testigos de Jehová en www.watchtower.org.

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