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    ¡Despertad! 2009 | septiembre
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      Septiembre de 2009

      Problemas juveniles

      cómo encararlos

      ¿Tiene la juventud de hoy problemas más serios que las generaciones anteriores? ¿Cuáles son algunos de ellos, y cómo pueden los principios bíblicos ayudar a combatirlos?

      3 ¿Cuáles son los problemas?

      7 Consejos para los jóvenes

      12 Fiel a Dios por más de setenta años

      16 El espino amarillo, un arbusto muy versátil

      17 Los jóvenes preguntan

      ¿Cómo puedo controlar mi genio?

      20 Aferrado a la diestra de Dios

      21 Los avances en la agricultura y la ganadería: ¿cómo han cambiado al mundo?

      28 Una columna sobre el mar

      29 De nuestros lectores

      30 Observando el mundo

      31 ¿Qué respondería usted?

      32 ¿Evolución, o creación?

      ¿Arderán los malvados en el infierno? 10

      ¿Qué enseña la Biblia? Vea por qué es importante saber la respuesta.

      Herodes el Grande y sus magníficas construcciones 24

      ¿Cuáles fueron las obras que realizó Herodes, y por qué impresionaron hasta a los discípulos de Jesús? ¿Qué han revelado las últimas investigaciones sobre la tumba del monarca?

      [Reconocimiento de la página 2]

      Foto: www.comstock.com

  • ¿Cuáles son los problemas?
    ¡Despertad! 2009 | septiembre
    • ¿Cuáles son los problemas?

      ¿Cree que los problemas de esta generación de jóvenes son más complejos que los de las anteriores? Si le parece que no, quizás piense que los jóvenes de hoy son los más afortunados de la historia.

      En numerosas naciones, la medicina frena enfermedades que antaño robaban la salud y la vida de los niños; la tecnología inventa aparatos y juguetes electrónicos que eran pura fantasía para las generaciones anteriores, y la prosperidad económica ha sacado de la pobreza a millones de familias. Lo cierto es que muchísimos padres se matan trabajando para darles a sus hijos la vida y la educación que ellos no tuvieron.

      Sin duda alguna, la juventud actual goza de muchas ventajas, pero al mismo tiempo afronta dificultades sin precedentes. Una de las razones de tales dificultades es que vivimos en lo que la Biblia llama “la conclusión del sistema de cosas” (Mateo 24:3). Jesucristo predijo con exactitud que esta sería una época de gran agitación social (Mateo 24:7, 8). La Biblia también la llama “los últimos días” y califica las condiciones imperantes de “difíciles de manejar” (2 Timoteo 3:1). Veamos algunos de los complicados problemas con los que luchan los jóvenes.

      Problema 1

      Soledad

      Las películas, los programas de televisión y las revistas presentan a los jóvenes rodeados de amigos con los que crecen juntos hasta hacerse adultos. Pero la realidad de la mayoría es muy diferente.

      Tras entrevistar a miles de jóvenes estadounidenses, los investigadores Barbara Schneider y David Stevenson llegaron a la conclusión de que “relativamente pocos estudiantes conservaron sus mejores amigos o sus círculos de amistades a lo largo de los años”. Muchos jóvenes “carecen del sentido de conexión y tienen muy pocos buenos amigos con quienes sincerarse”, dicen los mencionados investigadores.

      Los adolescentes que logran hacer amigos no parecen tener tiempo para pasarlo con ellos. Un amplio estudio realizado en Estados Unidos reveló que la mayoría de los jóvenes dedican un 10% de su tiempo al contacto cara a cara con sus amistades, pero pasan hasta un 20% solos, más tiempo del que dedican a dichas amistades o a la familia. Comen solos, viajan solos y se divierten solos.

      Algo que fomenta esta tendencia al aislamiento es la proliferación de aparatos electrónicos. Por ejemplo, en 2006, la revista Time informó que los jóvenes estadounidenses de entre 8 y 18 años pasaron un promedio de seis horas y media al día pegados al televisor, con los auriculares puestos o con los mandos de los videojuegos o el teclado de la computadora en las manos.a

      Por supuesto, esta no es la primera generación que dedica horas a oír música o a jugar (Mateo 11:16, 17). Pero la enorme cantidad de tiempo que estos chicos pasan aislados con aparatos electrónicos en vez de con la familia puede ser muy nociva. Los investigadores Schneider y Stevenson afirman: “Cuando los jóvenes están solos, se les baja la autoestima, son menos felices, disfrutan menos de lo que hacen y están más apáticos”.

      Problema 2

      Presión para tener relaciones sexuales

      Los adolescentes y hasta los preadolescentes soportan grandes presiones para que descubran el sexo. Nathan, un muchacho australiano, dice: “La mayoría de los chicos de la escuela comenzaron a tener relaciones entre los 12 y los 15 años”. Una joven de nombre Vinbay, que vive en México, señala que los encuentros sexuales eran muy comunes entre los alumnos de su escuela. Recuerda: “Se tildaba de raros a los que no lo hacían”. Y Ana, brasileña de 15 años, comenta: “Tener relaciones es tan normal entre mis compañeros que no sirve de nada decir que no una vez; tienes que insistir para que te dejen en paz”.

      Un sondeo realizado en el Reino Unido con 1.000 jóvenes de distintos antecedentes y con edades comprendidas entre 12 y 19 reveló que casi el cincuenta por ciento solía participar en alguna actividad sexual. Más del veinte por ciento apenas tenía 12 años. El psiquiatra Dylan Griffiths, que dirigió la investigación, dice: “Las restricciones que ejercían tradicionalmente la familia, la Iglesia y otras instituciones han desaparecido, lo que deja a los jóvenes como víctimas desprotegidas”.

      ¿Son tan vulnerables los jóvenes que tienen experiencias sexuales? Un equipo de investigadores, formado por R. Rector, L. Noyes y K. Johnson, estableció en 2003 una relación directa entre estar sexualmente activo, la depresión y el incremento de las tentativas de suicidio. Tras efectuar 6.500 entrevistas, el equipo llegó a la conclusión de que “las chicas que están sexualmente activas tienen más del triple de probabilidades de deprimirse que las que no lo están”, mientras que los chicos “tienen más del doble de probabilidades”.

      Problema 3

      Familias divididas

      Los jóvenes estadounidenses, por ejemplo, han experimentado transformaciones drásticas en la estructura familiar y en el conjunto de valores de la sociedad. Un libro especializado asegura: “En los decenios pasados se han producido grandes cambios demográficos que repercuten directamente en los jóvenes. El tamaño de las familias ha disminuido, así que los adolescentes tienen cada vez menos hermanos. Al incrementarse los divorcios, crece el número de niños que pasan parte de su infancia con uno solo de los padres. Y como cada vez hay más madres trabajadoras con hijos menores de 18 años, es menos probable que haya un adulto en casa” (The Ambitious Generation—America’s Teenagers, Motivated but Directionless [La generación ambiciosa: adolescentes estadounidenses, motivados pero sin rumbo]).

      Tanto si los hijos viven con uno o con ambos progenitores, muchos se sienten alejados de ellos precisamente cuando más los necesitan. Un estudio que durante varios años siguió la conducta de 7.000 adolescentes indicó que la mayoría de ellos consideraba que sus padres eran cariñosos y comprensivos. Con todo, “solo un tercio dijo que recibía atención especial y ayuda cuando tenía algún problema. De hecho, la mayoría de adolescentes opina que en los momentos difíciles es menos probable que sus padres intervengan para ofrecerles apoyo”.

      En Japón, los fuertes lazos familiares se están debilitando por la búsqueda de prosperidad material. Yuko Kawanishi, profesora de Sociología, dice: “La mayoría de los progenitores de los adolescentes actuales pertenecen a la generación de la posguerra y crecieron bombardeados por un nuevo conjunto de valores que ensalzaban el éxito económico y la acumulación de riquezas”. ¿Qué principios les transmiten a sus hijos? “Muchos padres se preocupan principalmente de que logren buenos resultados académicos —dice Kawanishi—. Con tal de que sus hijos estudien, relegan todo lo demás a un segundo plano o ni siquiera les importa.”

      ¿Cómo incide en los jóvenes este énfasis desmedido en los logros académicos y el triunfo? En Japón, a menudo aparece en los medios de comunicación la palabra kireru, término que describe cómo se derrumban los jóvenes ante la presión de dar el máximo. “Tal vez los chicos se descontrolan porque no ven que su familia tenga un efecto restrictivo en su comportamiento”, sugiere Kawanishi.

      Razón para el optimismo

      Queda claro, pues, que vivimos en “tiempos críticos, difíciles de manejar” (2 Timoteo 3:1). No obstante, la Biblia hace mucho más que solo predecir que la gente de esta época afrontaría graves problemas.

      La Biblia ofrece consejos edificantes para que los jóvenes mejoren su vida. Jehová Dios, su Autor, desea intensamente enseñarles a resolver sus problemas (Proverbios 2:1-6). Quiere que disfruten de la vida. Su Palabra puede dar “sagacidad a los inexpertos, conocimiento y capacidad de pensar al joven” (Proverbios 1:4). Veamos cómo pueden ser útiles los principios bíblicos.

      [Nota]

      a En Japón, se llama hikikomori a los adolescentes que se aíslan de la sociedad y se encierran en su habitación. Este fenómeno, que cada vez es más frecuente, afecta a una población que oscila entre 500.000 y 1.000.000 de jóvenes.

      [Comentario de la página 5]

      De acuerdo con un estudio, las chicas que están sexualmente activas tienen más del triple de probabilidades de deprimirse que las que no lo están

      [Ilustración y recuadro de la página 6]

      Conducta autodestructiva

      En 2006, un informe oficial reveló que en un año se había duplicado en Gran Bretaña el consumo de cocaína entre los chicos de 11 a 15 años. Sesenta y cinco mil dijeron haber probado la droga. En Holanda, más del veinte por ciento de los jóvenes de entre 16 y 24 años tienen cierta dependencia del alcohol o padecen alguna enfermedad relacionada con esta sustancia.

      Otros muchos jóvenes manifiestan su desesperanza de forma más contundente. Se laceran, muerden o queman. “Unos 3.000.000 de estadounidenses se mutilan, y 1 de cada 200 adolescentes lo hace de manera crónica”, comentan los investigadores Len Austin y Julie Kortum.

      [Ilustración de la página 3]

      Muchos jóvenes no tienen amigos íntimos en quienes confiar

  • Consejos para los jóvenes
    ¡Despertad! 2009 | septiembre
    • Consejos para los jóvenes

      En un mundo ideal, los progenitores serían cariñosos y consecuentes a la hora de aconsejar y educar a sus hijos; conversarían con ellos, les leerían, comerían juntos y los comprenderían. Pero la realidad es que los padres no son perfectos. De hecho, la Biblia declara con acierto: “Todos han pecado y no alcanzan a la gloria de Dios” (Romanos 3:23).

      Si eres joven, quizás creas que tu vida de familia dista bastante de ser ideal, y es posible que tengas razón. Aun así, puedes hacer mucho para disminuir tu inquietud y ser más feliz. Presta atención a algunos principios bíblicos útiles.

      Consejo 1

      No te aísles

      “El que se aísla buscará su propio anhelo egoísta; contra toda sabiduría práctica estallará.” (Proverbios 18:1.) Hay jóvenes que se sienten incómodos en la compañía de otras personas y prefieren ver la televisión o entretenerse con un videojuego. Otros son extremadamente tímidos y se encierran en sí mismos. Por ejemplo, Elizabeth se define como una joven que vive en “un estado de timidez permanente”, y dice: “Siento un miedo atroz. Me cuesta mucho hablar con la gente”.

      ¿Cómo ha superado ella este problema tan serio? Elizabeth es testigo de Jehová y asiste semanalmente a sus reuniones religiosas. Nos cuenta: “Aunque soy tímida, me pongo la meta de hablar con una persona diferente en cada ocasión. Si no lo consigo, trato de no desanimarme y me concentro en las veces que sí lo he logrado. La verdad es que me ha beneficiado muchísimo conocer a más gente”.

      ¿Por qué no escribes el nombre de dos o tres personas a las que te gustaría conocer mejor? Proponte averiguar algo nuevo de una de ellas en la siguiente semana. Luego anota una buena obra que podrías hacer por cada una de ellas y realízala en el próximo mes (Hechos 20:35).

      Si le das la espalda a los problemas y a quienes te rodean, vas a pensar más en ti mismo de lo que te conviene. Por otra parte, la Biblia aconseja que vigilemos “con interés personal” no solo nuestros “propios asuntos”, sino también “los de los demás” (Filipenses 2:4). Si aplicas este principio cuando trates con tu familia y con otras personas, verás con mayor objetividad tus problemas y estarás más capacitado para resolverlos.

      Consejo 2

      Huye de la inmoralidad

      “Huyan de la inmoralidad sexual. Todos los demás pecados que una persona comete quedan fuera de su cuerpo; pero el que comete inmoralidades sexuales peca contra su propio cuerpo.” (1 Corintios 6:18, Nueva Versión Internacional.) ¿Cómo eludir la presión de cometer inmoralidades sexuales cuando son tan comunes entre los jóvenes?

      En primer lugar, tienes que pensar bien cómo actuarás antes de que se presente la tentación. Como reza un sabio proverbio: “El sagaz considera sus pasos” (Proverbios 14:15). Mbali, una joven que vive en Sudáfrica, cuenta: “En la escuela superior, un chico de mi clase me acosaba para que saliera con él. Las demás chicas me presionaban para que lo hiciese porque era muy guapo: era modelo y jugaba en el equipo de fútbol del instituto. Lo cierto es que me parecía muy atractivo, pero yo ya había decidido no doblegar mis normas morales. Mis compañeras opinaban que las aventuras sexuales no tenían importancia, pero yo sí sabía lo que estaba bien y lo que estaba mal, y ya hacía tiempo que había decidido qué hacer ante una situación así”.

      En segundo lugar, debes pedirle a Dios que te ayude a aferrarte a sus normas morales. Maggie, una muchacha de Inglaterra, dice: “La oración me da la fortaleza que necesito para lidiar con la presión de tener relaciones sexuales. Nunca me confío pensando que puedo manejar la situación yo sola. Lo hablo con mis padres y a veces con otros amigos maduros”.

      Consejo 3

      Sé compasivo con tus padres

      “Todos ustedes sean de un mismo ánimo y parecer, compartiendo sentimientos como compañeros, teniendo cariño fraternal, siendo tiernamente compasivos.” (1 Pedro 3:8.) Aunque no puedes evitar que tus padres se separen o que ambos tengan que trabajar todo el día, sí puedes evitar hasta cierto punto que tales situaciones destruyan tu relación con ellos. Una forma de reducir tu inquietud y ser más feliz es ser compasivo y tratar de comprenderlos.

      Amber ha seguido este consejo. Admite que la relación con su madre a veces está llena de tensiones, malentendidos y frustraciones, pero dice: “Mamá ha sufrido mucho. Ha criado a cuatro hijos sola, y siempre nos ha dado un techo, comida y ropa. De verdad, admiro su fortaleza y espero demostrar la misma determinación ante las dificultades”.

      Si procuras ponerte en el lugar de tus padres y sentir como ellos, aprenderás a no exagerar tus problemas. Además, puede que eso te ayude a reconocer e imitar sus buenas cualidades.

      La fuente de buenos consejos

      Los consejos anteriores son un botón de muestra de la sabiduría práctica encerrada en la Palabra de Dios, la Biblia. A medida que la estudies, te irás dando cuenta del valor de sus excelentes consejos.a

      Otra forma de aprender de la Biblia es estudiando con los testigos de Jehová y asistiendo a sus reuniones. Hallarás verdaderos amigos que te apoyarán en los malos momentos y te ayudarán a seguir los sabios consejos bíblicos. No es fácil vivir a la altura de las normas divinas, pero si decides hacerlo, obtendrás beneficios eternos (Isaías 48:17, 18).

      [Nota]

      a El libro Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas (volumen 2), editado por los testigos de Jehová, contiene sabios consejos bíblicos para ayudar a los jóvenes a soportar las presiones propias de su edad. Además, se ofrece información similar en el portal www.watchtower.org/yps.

      [Ilustraciones y recuadro de las páginas 8 y 9]

      Lo que los adolescentes esperan de los padres

      Pasar tiempo juntos. Jehová exhortó a los padres israelitas a que hablaran con sus hijos a menudo: cuando se sentaran en la casa y cuando anduvieran por el camino, lo cual requería que pasaran tiempo juntos (Deuteronomio 6:6, 7). Jesús opinaba que los niños merecían parte de su tiempo, pues cuando “la gente empezó a traerle niñitos para que los tocara”, él los tomó “en los brazos y empezó a bendecirlos” (Marcos 10:13, 16). ¿Verdad que es un magnífico ejemplo para los padres?

      Comunicación franca y abierta. La Biblia dice: “Resultan frustrados los planes donde no hay habla confidencial” (Proverbios 15:22). Si fue necesario hablar francamente con los hijos cuando eran pequeños, más lo es cuando son adolescentes, pues suelen pasar menos tiempo en el hogar y más tiempo con los compañeros de clase y otros amigos. Si no hay “habla confidencial”, es decir, una comunicación franca y abierta entre padres e hijos, los adolescentes pueden llegar a ser extraños en su propia casa.

      Disciplina apropiada. La palabra disciplina conlleva la idea de corrección e instrucción, aunque a veces incluye la de castigo. “Cualquiera que es tonto trata con falta de respeto la disciplina de su padre, pero cualquiera que hace caso de la censura es sagaz”, declara Proverbios 15:5. Ahora bien, no se puede hacer “caso de la censura” si no se administra. Por supuesto, los padres han de ser equilibrados a la hora de disciplinar a los hijos; deben evitar ser tan estrictos que los frustren o que les dañen su autoestima (Colosenses 3:21). Con todo, no deben caer en la permisividad y privarlos de la instrucción necesaria. Ser permisivos puede acabar en calamidad.b

      [Nota]

      b Para más información, véanse los capítulos 5 y 6 del libro El secreto de la felicidad familiar, editado por los testigos de Jehová.

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