-
Índice¡Despertad! 2009 | octubre
-
-
Índice
Octubre de 2009
Claves para una familia feliz
Se habla mucho de lo que contribuye al fracaso de las familias, pero no tanto de los factores que favorecen su éxito. Los primeros artículos de este número especial de ¡Despertad! explican siete claves para tener una familia feliz.
3 Primera clave: Fijar bien las prioridades
4 Segunda clave: Tener sentido de compromiso
5 Tercera clave: Trabajar en equipo
6 Cuarta clave: Mostrar respeto
9 Séptima clave: Poner un fundamento sólido
14 Ejemplos de familias felices. Primera parte
22 Ejemplos de familias felices. Segunda parte
Un hogar dividido: efectos del divorcio en los adolescentes 18
El divorcio suele causar más daño a los hijos adolescentes que a los más pequeños. ¿Por qué?
Aunque esté solo, usted puede criar bien a sus hijos 26
¿Está criando solo a sus hijos? Los principios bíblicos le ayudarán.
-
-
Primera clave: Fijar bien las prioridades¡Despertad! 2009 | octubre
-
-
Primera clave: Fijar bien las prioridades
“Aseg[úrense] de las cosas más importantes.” (Filipenses 1:10)
Lo que significa. En los matrimonios felices, cada cónyuge pone las necesidades de su pareja por encima de las suyas y de las posesiones, el trabajo, las amistades e incluso otros familiares. El marido y la mujer pasan mucho tiempo el uno con el otro y con sus hijos. Ambos están dispuestos a sacrificarse por el bien de la familia (Filipenses 2:4).
Por qué es importante. La Biblia concede gran valor a la familia. De hecho, el apóstol Pablo afirmó que todo el que no provee para los suyos “es peor que una persona sin fe” (1 Timoteo 5:8). Pero con el tiempo puede que las prioridades de la gente cambien. Por ejemplo, en el libro Los 7 hábitos de las familias altamente efectivas, un consejero familiar mencionó que muchos de los asistentes a una de sus conferencias parecían estar más interesados en su profesión que en su familia. Según él, era como si esperaran “aprender técnicas de remedio rápido que les permitieran [...] marcar ‘familia’ en sus listas de ‘cosas por hacer’ y volver a enfocarse en sus profesiones”. En otras palabras, decir que uno pone a la familia en primer lugar es más fácil que demostrarlo.
Hágase un autoexamen. Evalúe su orden de prioridades planteándose las siguientes preguntas:
◼ Si mi cónyuge o mi hijo necesitan hablar, ¿les presto atención lo antes posible?
◼ Cuando hablo de mis actividades diarias, ¿suelo incluir las que realizo con mi familia?
◼ ¿Estaría dispuesto a rechazar responsabilidades adicionales, sean de trabajo o de otra índole, para no quitarles tiempo a los míos?
Si contestó afirmativamente a las preguntas anteriores, quizás piense que ha fijado bien sus prioridades. Pero ¿qué dirían su cónyuge y sus hijos? La opinión que tengamos de nosotros mismos no es el único criterio para evaluar nuestro orden de prioridades. Y este mismo principio es aplicable a las otras seis claves que se analizarán en las siguientes páginas.
Tome una determinación. Piense en una o dos maneras de demostrar que su familia es lo primero. (Por ejemplo, reducir la participación en ciertas actividades a fin de dedicar ese tiempo al cónyuge y los hijos.)
¿Por qué no les cuenta a los suyos lo que ha decidido? Cuando un miembro de la familia está dispuesto a hacer cambios, es más probable que los otros también lo estén.
[Ilustración de la página 3]
Para alcanzar la meta de tener una familia feliz, hay que dar prioridad al cónyuge y los hijos
-
-
Segunda clave: Tener sentido de compromiso¡Despertad! 2009 | octubre
-
-
Segunda clave: Tener sentido de compromiso
“Lo que Dios ha unido bajo un yugo, no lo separe ningún hombre.” (Mateo 19:6)
Lo que significa. Las parejas felices consideran que su matrimonio es una unión permanente. Cuando surge algún problema, tratan de resolverlo en vez de utilizarlo como excusa para separarse. Si los cónyuges tienen un profundo sentido de compromiso, se sienten más seguros, pues confían en que ambos respetarán el vínculo matrimonial.
Por qué es importante. El compromiso es, en muchos aspectos, el eje del matrimonio. Aun así, cuando las discusiones son habituales, dicho compromiso puede verse como algo que se cumple más por obligación que por devoción. En efecto, la frase “hasta que la muerte nos separe” se convierte en un mero contrato, uno que ambos cónyuges quisieran tener la oportunidad de cancelar. Tal vez no se separen literalmente, pero podrían hacerlo de otras maneras: por ejemplo, obstinándose en guardar silencio cuando hay que tratar temas importantes.
Hágase un autoexamen. Evalúe su sentido de compromiso planteándose las siguientes preguntas:
◼ Cuando estamos en medio de una discusión, ¿suelo lamentar haberme casado con esta persona?
◼ ¿Tengo la costumbre de imaginarme que estoy con alguien que no es mi cónyuge?
◼ ¿Le digo a veces a mi cónyuge que voy a dejarlo o que pienso buscar a alguien que sí me valore?
Tome una determinación. Piense en una o dos cosas que usted podría hacer para fortalecer su sentido de compromiso. (Por ejemplo, escribir de vez en cuando una nota a su cónyuge, tener fotos suyas a la vista en el lugar donde trabaja o llamarlo por teléfono desde allí tan solo para mantenerse en contacto.)
¿Por qué no piensa en algunas cosas que podría hacer y pregunta a su cónyuge qué preferiría?
[Ilustración de la página 4]
El sentido de compromiso es como una barrera de seguridad que protege el matrimonio
[Reconocimiento]
© Corbis/age fotostock
-
-
Tercera clave: Trabajar en equipo¡Despertad! 2009 | octubre
-
-
Tercera clave: Trabajar en equipo
“Mejores son dos que uno [...]. Si uno de ellos cae, el otro puede levantar a su socio.” (Eclesiastés 4:9, 10)
Lo que significa. Los matrimonios felices respetan el principio de autoridad que la Palabra de Dios establece (Efesios 5:22-24). Ahora bien, trabajan en equipo, o sea, no actúan de forma independiente como si aún fueran solteros. La Biblia indica que son “una sola carne”, es decir, que tienen una relación permanente y muy estrecha (Génesis 2:24).
Por qué es importante. Si usted y su cónyuge no trabajan en equipo, pronto podrían convertir cualquier dificultad menor en algo grave y empezar a atacarse el uno al otro, en vez de combatir juntos el problema. Ahora bien, si trabajan en equipo, serán como un piloto y un copiloto que siguen el mismo plan de vuelo, y no como dos pilotos en aviones diferentes a punto de colisionar. En lugar de perder tiempo y energía emocional lanzándose acusaciones cuando no estén de acuerdo, buscarán soluciones prácticas.
Hágase un autoexamen. Determine si tiene un buen espíritu de equipo planteándose las siguientes preguntas:
◼ ¿Considero mi sueldo como “mi dinero” porque fui yo quien lo ganó?
◼ ¿Limito el trato con la familia de mi cónyuge aunque este tenga una relación muy estrecha con ellos?
◼ ¿Necesito estar sin mi pareja para relajarme de verdad?
Tome una determinación. Piense en una o dos maneras de mejorar su espíritu de equipo en el matrimonio.
¿Por qué no le pide sugerencias a su cónyuge?
[Ilustración de la página 5]
Si usted y su cónyuge trabajan en equipo, serán como un piloto y un copiloto que siguen el mismo plan de vuelo
-
-
Cuarta clave: Mostrar respeto¡Despertad! 2009 | octubre
-
-
Cuarta clave: Mostrar respeto
“Que se quiten toda [...] gritería y habla injuriosa.” (Efesios 4:31)
Lo que significa. En todas las familias se producen desacuerdos, pero las que son felices los afrontan sin recurrir al sarcasmo, los insultos u otras palabras hirientes. Los miembros de dichas familias tratan a los demás como quisieran que los trataran a ellos (Mateo 7:12).
Por qué es importante. Las palabras pueden ser un arma de efectos devastadores. Un proverbio bíblico afirma: “Vale más la soledad que la vida matrimonial con una persona peleonera y de mal genio” (Proverbios 21:19, Traducción en lenguaje actual). Y en cuanto a la crianza de los hijos, la Biblia aconseja: “No estén exasperando a sus hijos, para que ellos no se descorazonen” (Colosenses 3:21). Si se critica constantemente a los hijos, estos podrían llegar a pensar que es imposible complacer a sus padres, e incluso dejar de intentarlo.
Hágase un autoexamen. Evalúe el grado de respeto que se muestran los miembros de su familia planteándose las siguientes preguntas:
◼ Si se produce algún desacuerdo familiar, ¿suele terminar alguien marchándose furioso de la habitación?
◼ Cuando me dirijo a mi cónyuge o a mis hijos, ¿los insulto con palabras como tonto o idiota?
◼ ¿Me crié en un ambiente donde era común el maltrato verbal?
Tome una determinación. Piense en una o dos maneras de ser más respetuoso al hablar. (Por ejemplo, usar expresiones en primera persona, como “Me siento mal cuando...”, en vez de “Tú siempre...”.)
¿Por qué no le comunica a su cónyuge la determinación que ha tomado? Deje que pasen tres meses y pregúntele si ha notado mejoras.
Piense en qué límites podría fijarse para no caer en el maltrato verbal cuando hable con sus hijos.
¿Por qué no pide disculpas a sus hijos por las veces en que les haya hablado de forma áspera o sarcástica?
[Ilustración de la página 6]
Tal como las olas erosionan las rocas, el maltrato verbal erosiona el vínculo familiar
-
-
Quinta clave: Ser razonable¡Despertad! 2009 | octubre
-
-
Quinta clave: Ser razonable
“Llegue a ser conocido [...] lo razonables que son ustedes.” (Filipenses 4:5)
Lo que significa. En las familias felices, ambos cónyuges son indulgentes con las faltas del otro (Romanos 3:23). Además, no son ni excesivamente estrictos ni demasiado permisivos con sus hijos. Establecen una cantidad razonable de normas, y cuando es necesario corregir a los hijos, lo hacen “hasta el grado debido” (Jeremías 30:11).
Por qué es importante. La Biblia dice que “la sabiduría de arriba es [...] razonable” (Santiago 3:17). Si Dios mismo no espera perfección de los seres humanos, ¿por qué debería una persona esperarla de su cónyuge? En realidad, ser demasiado quisquilloso solo sirve para crear resentimiento, no para mejorar las cosas. Lo más sensato es aceptar el hecho de que “todos tropezamos muchas veces” (Santiago 3:2).
Los buenos padres son razonables con sus hijos. No los disciplinan en exceso ni son “difíciles de complacer” (1 Pedro 2:18). Conceden más libertades a sus hijos adolescentes a medida que estos van demostrando que son responsables. Y no tratan de controlarlos hasta en el más mínimo detalle. Una obra especializada señala que tratar de controlar todo aspecto de la vida de un adolescente “podría compararse a bailar una frenética y agotadora danza ceremonial para invocar la lluvia. No lloverá, pero ustedes [los padres] quedarán exhaustos”.
Hágase un autoexamen. Evalúe hasta qué grado es usted razonable planteándose las siguientes preguntas:
◼ ¿Cuándo fue la última vez que alabé a mi cónyuge?
◼ ¿Cuándo fue la última vez que lo critiqué?
Tome una determinación. Si le costó mucho responder la primera pregunta, pero no tuvo ningún problema con la segunda, piense en cómo podría ser más razonable.
¿Por qué no deciden juntos lo que cada uno podría hacer?
Piense en algunas libertades que podría concederle a su hijo adolescente conforme vaya siendo más responsable.
¿Por qué no habla francamente con su hijo sobre temas como la hora de volver a casa?
[Ilustración de la página 7]
Quien es razonable se comporta como un buen conductor: está dispuesto a ceder
-
-
Sexta clave: Saber perdonar¡Despertad! 2009 | octubre
-
-
Sexta clave: Saber perdonar
“Continúen soportándose unos a otros y perdonándose liberalmente unos a otros.” (Colosenses 3:13)
Lo que significa. Los matrimonios felices aprenden del pasado, pero no llevan cuenta de viejos agravios ni los usan como base para hacer generalizaciones del tipo “Tú siempre llegas tarde” o “Tú nunca escuchas”. Tanto el esposo como la esposa creen que “es hermosura de su parte pasar por alto la transgresión” (Proverbios 19:11).
Por qué es importante. Dios está “listo para perdonar”, pero los seres humanos no siempre lo están (Salmo 86:5). Cuando las diferencias se dejan sin resolver, el resentimiento se va acumulando hasta alcanzar un punto en que parece imposible perdonar. Entonces los cónyuges se aíslan emocionalmente, es decir, cada uno se vuelve insensible a los sentimientos del otro. En consecuencia, ambos quedan atrapados en un matrimonio sin amor.
Hágase un autoexamen. Mire fotos de cuando ustedes eran novios o llevaban menos tiempo de casados. Trate de revivir el cariño que sentía por su cónyuge antes de que surgieran los problemas que empañaron la imagen que tenía de él. Luego piense en las cualidades que le atrajeron de su cónyuge en aquel entonces.
◼ ¿Qué cualidades de su cónyuge admira más en la actualidad?
◼ Medite en los efectos positivos que podría tener en sus hijos el que usted esté más dispuesto a perdonar.
Tome una determinación. Piense en una o dos cosas que podría hacer para no volver a mencionar las ofensas pasadas cuando tenga algún desacuerdo con su cónyuge.
¿Por qué no elogia a su cónyuge por sus cualidades? (Proverbios 31:28, 29.)
Busque maneras de mostrar perdón a sus hijos.
¿Por qué no analiza con sus hijos el tema del perdón y cómo beneficia esta cualidad a todos los miembros de la familia?
[Ilustración de la página 8]
Cuando uno perdona, la deuda queda cancelada. Ya no hay nada que reclamar
-
-
Séptima clave: Poner un fundamento sólido¡Despertad! 2009 | octubre
-
-
Séptima clave: Poner un fundamento sólido
Lo que significa. Toda construcción necesita un buen fundamento para mantenerse en pie durante décadas, y lo mismo sucede con la familia. Esta no se mantiene feliz y estable así porque sí; necesita apoyarse sobre un fundamento sólido, o sea, contar con una guía eficaz.
Por qué es importante. Se ofrecen muchos consejos para la familia en libros, revistas y programas de televisión. Algunos consejeros matrimoniales animan a las parejas con problemas a seguir juntas, mientras que otros les recomiendan que se separen. Y hay expertos que incluso cambian de opinión. Por ejemplo, en 1994, una acreditada terapeuta que se especializa en adolescentes escribió que al principio de su carrera “creía que los hijos estaban mejor con padres separados felices que con padres casados infelices. Pensaba que el divorcio era una opción mejor que la lucha con un mal matrimonio”. Pero después de veinte años de experiencia cambió de opinión y dijo: “El divorcio destroza a muchos niños” (Qué pasa con las niñas de hoy [o Reviviendo a Ofelia]).
Aunque las opiniones suelen cambiar, los mejores consejos siempre reflejan de algún modo los principios que contiene la Biblia, la Palabra de Dios. Al leer esta serie de artículos, habrá notado que en la parte superior de las páginas 3 a 8 se destacan diversos principios bíblicos que han ayudado a muchas familias a ser realmente felices aunque experimenten problemas como todas las demás. La diferencia estriba en que la Biblia les ha proporcionado un fundamento sólido para la vida matrimonial y familiar. Y eso es lo que se esperaría de la Biblia, pues su Autor, Jehová Dios, fue quien instituyó la familia (2 Timoteo 3:16, 17).
Sugerencia. Anote en un papel los textos bíblicos citados en la parte superior de las páginas 3 a 8, y añada cualquier otro texto que lo haya ayudado personalmente. Mantenga esa lista a mano y consúltela a menudo.
Tome una determinación. Propóngase poner en práctica los principios bíblicos en su vida familiar.
[Ilustración de las páginas 8 y 9]
Si su familia se apoya en un fundamento bíblico sólido, podrá resistir cualquier tormenta
-