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Se llama a una nación a volver a JehováEl Paraíso restaurado a la humanidad... ¡por la Teocracia!
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cuando los profetas Ageo y Zacarías fueron levantados para estimular al resto de los judíos restaurados a emprender de nuevo su trabajo en el templo de Jerusalén, que por tanto tiempo había sido descuidado. En el año 1919 E.C. las columnas de la revista Watch Tower se utilizaron para mover vigorosamente y estimular al resto ungido sobreviviente a reanudar impávidamente su servicio franco y público al Dios Altísimo. Su reino mesiánico había sido establecido en los cielos al fin de los Tiempos de los Gentiles en 1914 y ahora tenía que ser anunciado por todo el mundo. Este sacrificio de alabanza a Dios ahora debía ofrecerse a él hasta en la presencia de todos Sus enemigos.—Hebreos 13:15; Salmo 138:1-3.
33. Si el resto ungido imitará el proceder de los padres del antiguo resto judío, ¿qué habría de suceder, y, por eso, qué hizo el resto ungido?
33 De esta manera podían ‘volver’ a Jehová, en vista de lo cual él ‘volvería’ a ellos con favor divino. Si llegaran a hacerse como los padres del antiguo resto judío contra los cuales Él se había indignado muchísimo, sufrirían calamidad tal como la sufrieron aquellos padres por no escuchar o prestar atención a las advertencias y el consejo de los profetas de Jehová. También los alcanzarían en este “tiempo del fin” las palabras proféticas y los decretos de Jehová contra los desobedientes. Sabiamente, pues, el resto ungido comenzó a ‘volver’ a Jehová en 1919 E.C.
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Bendiciones y buena gobernación mientras el mundo se meceEl Paraíso restaurado a la humanidad... ¡por la Teocracia!
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Capítulo 7
Bendiciones y buena gobernación mientras el mundo se mece
1. En el mes después de su profecía de apertura, ¿qué vio Zacarías que aconteció? y esto movió a Jehová a hacer ¿qué?
LA PROFECÍA de apertura de Zacarías en el octavo mes lunar (Hesván) en el segundo año del reinado del rey Darío I del Imperio Persa fue corta, pero oportuna y al caso. (Zacarías 1:1-6) En el mismo siguiente mes el profeta Zacarías vio acontecer en Jerusalén acción significativa alrededor de la cual giraba el bienestar futuro de la nación judía. ¡En el día veinticuatro del noveno mes lunar (Kislev) “se colocó el fundamento del templo de Jehová”! El profeta compañero de Zacarías, Ageo, registra ese hecho de gran importancia. (Ageo 2:18) El que se tomara esa acción frente a una proscripción imperial contra la reedificación del templo en Jerusalén era de tanta importancia religiosa que movió a Jehová de los ejércitos a inspirar a Ageo para que profetizara de nuevo.
2, 3. (a) ¿A quiénes fue dirigida la primera profecía de Ageo el 24 de Kislev de 520 a. de la E.C.? (b) ¿Qué comienzo de un diálogo registra Ageo 2:10-12?
2 La primera de las profecías de Ageo en aquel día histórico fue dirigida a los sacerdotes levitas que esperaban servir en el templo de Jehová cuando estuviera completo. Entre aquellos sacerdotes de la familia de Aarón el levita estaba el sumo sacerdote, Josué hijo de Josadac. La profecía grabó en todos aquellos sacerdotes una lección que es importante para nosotros en este día tardío. Por eso, leamos el registro de ella por Ageo y sigamos el diálogo que se produjo:
3 “En el día veinticuatro del noveno mes, en el segundo año de Darío, la palabra de Jehová le ocurrió a Ageo el profeta, diciendo: ‘Esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos: “Pregunta, por favor, a los sacerdotes en cuanto a la ley, diciendo: ‘Si un hombre lleva carne santa en la falda de su prenda de vestir, y realmente toca con su falda pan o guisado o vino o aceite o cualquier suerte de alimento, ¿se hará santo esto?’”’”—Ageo 2:10-12.
4. Según Malaquías 2:7, ¿por qué deberían haber podido contestar esa pregunta de prueba aquellos sacerdotes, y sin embargo qué pudiera haberlos afectado?
4 La “ley” de que aquí se habla es la ley divina que se dio por medio del profeta Moisés y se refiere a asuntos ceremoniales y a los sacerdotes que serían quienes llevarían “carne santa.” Por supuesto, los sacerdotes deberían haber estado familiarizados con la ley mosaica, porque Malaquías, un profeta posterior, dijo: “Los labios de un sacerdote son los que deben guardar el conocimiento, y la ley es lo que la gente debe buscar de su boca; porque es el mensajero de Jehová de los ejércitos.” (Malaquías 2:7) Razonablemente, pues, los sacerdotes deberían haber podido contestar correctamente la pregunta de prueba que se les planteó por medio de Ageo. ¿O había sido afectada su familiaridad con la ley por setenta años en que la tierra de Judá estuvo desolada, durante los cuales los judíos habían sido desterrados en el país o tierra de Babilonia, y también por los dificultosos diecisiete años que habían pasado desde el regreso del fiel resto a su propio país? Por eso, ¿cómo contestaron los sacerdotes?
5. ¿Qué ley pudieron haber tenido presente aquellos sacerdotes al dar su respuesta correcta, y, por eso, qué no debería pensar una persona inmunda en cuanto a adquirir santidad?
5 “Y los sacerdotes procedieron a responder y decir: ‘¡No!’” (Ageo 2:12) Es decir: “Carne santa” de una víctima animal que se hubiera ofrecido a Jehová en sacrificio no impartía su santidad a ningún otro alimento con el cual accidentalmente se le pusiera en contacto. Como regla guiadora para dar esta respuesta, es posible que los sacerdotes hayan tenido presente lo que la ley mosaica dice en Levítico 7:19, 20: “La carne que toque cualquier cosa inmunda no se ha de comer. Ha de ser quemada con fuego. En cuanto a la carne, toda persona limpia puede comer la carne. Y el alma que coma la carne del sacrificio de comunión, que es para Jehová, mientras esté sobre sí su inmundicia, esa alma tiene que ser cortada de su pueblo.” Según esto, el israelita que estuviera inmundo por cualquier razón (Levítico 7:21) no debería pensar que porque se pusiera en contacto con “carne santa” al comerla quedaba por ello limpio, que lo que ha comido le ha impartido santidad. ¡Razonamiento erróneo según la Ley!
6. ¿Qué pregunta propuso después Ageo, y cuál fue la respuesta?
6 El profeta Ageo no dijo que los sacerdotes habían razonado erróneamente. Por lo tanto, ahora propuso una pregunta que pedía una respuesta contraria: “Y Ageo pasó a decir: ‘Si alguien inmundo por un alma difunta toca cualquiera de estas cosas, ¿se hará inmunda?’ A su vez los sacerdotes respondieron y dijeron: ‘Se hará inmunda.’”—Ageo 2:13.
7. La respuesta correcta de los sacerdotes probó que conocían ¿qué ley, acerca de limpiar a alguien que hubiese sido contaminado por un cadáver?
7 Esta respuesta correcta de los sacerdotes probó que conocían la ley de Jehová que se declaró con relación al “agua de limpieza.” Esta era agua con la cual se habían mezclado las cenizas de la vaca roja sacrificada y que se rociaba sobre personas que hubieran sido contaminadas por contacto con cadáveres. Esta ley decía: “Cualquiera que toque el cadáver de alma humana alguna entonces tendrá que ser inmundo siete días. . . . Todo el que toque un cadáver, el alma de cualquier hombre que muera, y que no se purifique, ha contaminado el tabernáculo de Jehová, y aquella alma tiene que ser cortada de Israel. Porque el agua de limpieza no se ha rociado sobre ella, continúa inmunda. Todavía está sobre ella su inmundicia. Y tiene que servirles de estatuto hasta tiempo indefinido, que el que salpique el agua de limpieza debe lavar sus prendas de vestir, también el que toque el agua de limpieza. Quedará inmundo hasta el atardecer. Y cualquier cosa que el inmundo toque será inmunda, y el alma que la toque será inmunda hasta el atardecer.”—Números 19:2-5, 11-13, 21, 22; Hebreos 9:13.
8. ¿Qué ilustró esto en cuanto a inmundicia y cómo aplicaba esto en cuanto a la actitud del individuo con relación a erigir el templo de Jehová?
8 Esto ilustra lo infecciosa que puede ser una inmundicia... no solo físicamente, sino también espiritualmente. La persona que lleva algo santo no puede pasar santidad a otra persona automáticamente o fácilmente, sin esfuerzo. Pero la persona inmunda, contaminada, puede fácilmente infectar a otra persona por simple asociación y contacto con ella. Como dijo el apóstol cristiano Pablo: “¿No saben ustedes que un poco de levadura hace fermentar toda la masa?” (1 Corintios 5:6; Gálatas 5:8, 9) Así pudiera ser en el caso de la actitud inmunda de indiferencia de la persona en cuanto a que se esté descuidando el templo de Jehová. Esa indiferencia y negligencia en cuanto a la adoración pura de Jehová y su expresión plena por medio de un templo pudiera obrar como levadura espiritual e infectar a la nación entera de Israel. Aun después que el templo de Jehová fue erigido se hizo necesario que un gobernador posterior de Judá y Jerusalén dijera: “No debemos descuidar la casa de nuestro Dios.” La adoración allí debería ser apoyada cabalmente.—Nehemías 10:39.
9. Evidentemente, ¿qué le había sucedido a la actitud de los judíos desde la vuelta del resto diecisiete años antes?
9 Innegablemente la reedificación del templo en Jerusalén se había retardado durante los diecisiete años desde la vuelta del resto judío a su país de origen. La evidencia indicaba que había indiferencia y falta de interés de parte de muchos, y el entusiasmo original por la reedificación del templo se había enfriado.
10, 11. (a) ¿Qué muestra que el resto judío había perdido el amor que tenía al principio? (b) Según Ageo 2:14, ¿cómo veía Jehová a la nación y sus obras?
10 Como en el caso de la congregación cristiana al fin del primer siglo E.C., podía decírsele al resto judío: “Has dejado el amor que tenías al principio. Por lo tanto recuerda de qué es que has caído, y arrepiéntete y haz los hechos de antes.” (Revelación 2:4, 5) Sin lugar a dudas el resto judío tenía necesidad de ‘volver’ a Jehová para que él ‘volviera’ a ellos. (Zacarías 1:3, 4; Jeremías 2:2, 3) Al tiempo de la celebración de la fiesta de las cabañas (tabernáculos) en Jerusalén, inmediatamente después de haber vuelto de Babilonia, el resto judío había erigido un altar temporariamente en el lugar apropiado y comenzado a ofrecer sobre él los sacrificios apropiados. (Esdras 3:1-6) Pero, ¿bastaba con eso? Con solo eso y el fundamento del templo, ¿cómo veía Dios a la nación? Escuche:
11 “De consiguiente Ageo respondió y dijo: ‘Así es este pueblo, y así es esta nación delante de mí,’ es la expresión de Jehová, ‘y así es toda la obra de sus manos, y cualquier cosa que presentan allí. Es inmunda.’”—Ageo 2:14.
12. Por lo tanto, ¿qué efecto se hacía sentir en los sacrificios que presentaban en el altar de Jehová? En vista de eso, ¿podía bendecirlos él?
12 Era como en el caso del israelita que se hacía inmundo al tocar un cadáver: todo lo que tocaba antes de haber sido limpiado por rociamiento con el agua que contenía las cenizas de la novilla roja sacrificada quedaba inmundo. Estando inmunda a la vista de Jehová por su descuido en cuanto a Su casa de adoración, la nación restaurada de Israel contaminaba los sacrificios que presentaba a Jehová en su altar temporario en Jerusalén. En medio de esas circunstancias, ¿podía Jehová bendecirlos, no solo espiritualmente, sino también materialmente? Consistentemente, no.
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