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  • Sea feliz, muestre favor a los afligidos
    La Atalaya 1986 | 15 de octubre
    • Sea feliz, muestre favor a los afligidos

      “El que desprecia a su propio semejante está pecando, pero feliz es el que está mostrando favor a los afligidos.” (PROVERBIOS 14:21.)

      1, 2. ¿Qué sucedió a tres familias de las Filipinas, y qué preguntas nos hace considerar esto?

      MIENTRAS tres familias de la provincia de Pangasinán, en las Filipinas asistían a una reunión cristiana, un incendio causado por un accidente redujo a cenizas sus casas. Al regresar a sus hogares, se encontraron sin alimento y sin un lugar donde dormir. Algunos de sus compañeros cristianos, al enterarse del desastre, acudieron a ellos prontamente con alimentos e hicieron preparativos para que se alojaran con otros de la congregación. A la mañana siguiente, vinieron varios de sus compañeros cristianos con bambú y otros materiales de construcción. Este amor fraternal impresionó a los vecinos. Las tres familias también fueron afectadas de manera positiva. El fuego destruyó sus casas, pero su fe y otras cualidades cristianas sobrevivieron y crecieron por la manera amorosa en que otros respondieron. (Mateo 6:33; compárese con 1 Corintios 3:12-14.)

      2 ¿No son conmovedoras las experiencias como esta? Edifican nuestra fe en la bondad humana y aun más en el poder del verdadero cristianismo. (Hechos 28:2.) ¿Apreciamos, no obstante, la base bíblica para ‘obrar lo que es bueno para con todos, pero especialmente para con los que están relacionados con nosotros en la fe’? (Gálatas 6:10.) ¿Cómo podemos hacer más al respecto a nivel personal?

      Se nos ha dado un patrón excelente

      3. ¿De qué podemos estar seguros respecto al interés que Jehová tiene en nosotros?

      3 El discípulo Santiago nos dice: “Toda dádiva buena y todo don perfecto es de arriba”. (Santiago 1:17.) ¡Cuán cierto es esto, pues Jehová provee en abundancia para nuestro bienestar espiritual y material! No obstante, ¿a qué da él prioridad? A las cosas espirituales. Por ejemplo, nos dio la Biblia para que tuviéramos guía espiritual y esperanza. Esa esperanza descansa sobre la dádiva de su Hijo, cuyo sacrificio es la base para que seamos perdonados y tengamos la perspectiva de vida eterna. (Juan 3:16; Mateo 20:28.)

      4. ¿Cómo se evidencia que Dios también se interesa por nuestras necesidades materiales?

      4 Jehová también está interesado en nuestro bienestar material. El apóstol Pablo razonó sobre esto con algunos hombres de la antigua Listra. Aunque ellos no eran adoradores verdaderos, no pudieron negar que el Creador “hizo bien, dándoles lluvias desde el cielo y épocas fructíferas, llenando por completo sus corazones de alimento y de alegría”. (Hechos 14:15-17.) Por amor, Jehová satisface nuestras necesidades espirituales y también las físicas. ¿No cree usted que este hecho contribuye a que él sea el “Dios feliz”? (1 Timoteo 1:11.)

      5. ¿Qué aprendemos de los tratos de Dios con el antiguo Israel?

      5 Los tratos de Dios con el antiguo Israel ilustran lo equilibrada que es la atención que él da tanto a las necesidades espirituales como a la situación material de sus adoradores. Primeramente, hizo disponible la Ley a su pueblo. Sus reyes tenían que preparar una copia personal de la Ley, y el pueblo se reunía periódicamente para escuchar la lectura de esta. (Deuteronomio 17:18; 31:9-13.) La Ley estipulaba que hubiera un tabernáculo o un templo y que sacerdotes se encargaran de hacer sacrificios con el fin de que el pueblo pudiera obtener el favor de Dios. Los israelitas se congregaban regularmente para celebrar fiestas de carácter espiritual que durante el año eran pináculos en su adoración. (Deuteronomio 16:1-17.) Como resultado de todo esto, cada israelita podía, a los ojos de Dios, ser rico espiritualmente.

      6, 7. ¿Cómo mostró Jehová en la Ley su interés por las necesidades físicas de los israelitas?

      6 La Ley, no obstante, también mostró lo atento que está Dios a las circunstancias físicas en que se encuentran sus siervos. Lo que quizás venga a su mente son las leyes dadas a Israel en cuanto a la sanidad y las medidas para minimizar la propagación de infecciones. (Deuteronomio 14:11-21; 23:10-14.) Sin embargo, no deberíamos pasar por alto las provisiones especiales que Dios hizo para socorrer a los pobres y los afligidos. La mala salud o un desastre, tal como un incendio o una inundación, podían llevar a un israelita a la pobreza. Jehová reconoció en su propia Ley que no todos los israelitas estarían en el mismo nivel económico. (Deuteronomio 15:11.) Pero él hizo más que simplemente compadecerse de los pobres y los afligidos. Suministró medios para socorrerlos.

      7 El alimento sería de primera necesidad para tales personas. Por lo tanto, Dios ordenó que los pobres en Israel habrían de tener la libertad de espigar en los campos o recoger de los olivares o viñas lo que hubiera quedado después de la cosecha. (Deuteronomio 24:19-22; Levítico 19:9, 10; 23:22.) Este sistema establecido por Dios no estimulaba a que la gente fuera holgazana ni viviera de limosnas cuando podía trabajar. El israelita que recogía lo que quedaba en los campos tenía que esforzarse, quizás pasando muchas horas bajo el ardiente sol para recoger la comida del día. No obstante, no deberíamos pasar por alto el hecho de que de esta manera Dios proveía con consideración para los pobres. (Compárese con Rut 2:2-7; Salmo 69:33; 102:17.)

      8. a) ¿A hacer qué por sus hermanos se exhortó a cada judío? (Compárese con Jeremías 5:26, 28.) b) ¿Cómo compararía usted la actitud que Dios exhortó a los judíos que tuvieran con la que es común hoy día?

      8 Jehová enfatizó aún más su interés por los afligidos al hacer declaraciones como la que se encuentra en Isaías 58:6, 7. En una época en que algunos israelitas, satisfechos de sí mismos, ostentaban de que ayunaban, el profeta de Dios declaró: “¿No es éste el ayuno que yo escojo? ¿El [...] despachar libres a los aplastados, y que ustedes rompan en dos toda vara que sirve de yugo? ¿No es el repartir tu pan al hambriento, e introducir en tu casa a los afligidos, que no tienen hogar? ¿Que, en caso de que veas a alguien desnudo, de veras lo cubras, y que no te escondas de tu propia carne?”. Hoy hay algunas personas que protegen lo que se pudiera llamar ‘la zona de comodidad’. Están dispuestas a ayudar al necesitado solo si esto no implica algún sacrificio personal o inconveniencia. ¡Cuán diferente es esto al espíritu de las palabras de Dios dadas por medio de Isaías! (Véase también Ezequiel 18:5-9.)

      9. ¿Qué aconsejaba la Ley tocante a hacer préstamos y qué actitud animó Dios que se tuviera?

      9 El interés por los hermanos israelitas pobres se podía manifestar haciendo préstamos. Un israelita podía esperar recibir interés cuando prestaba dinero a alguien que deseaba utilizarlo para establecer un negocio o agrandar el que ya tuviera. No obstante, Jehová dijo que no se habría de cobrar interés por el dinero prestado a un hermano pobre, ya que de otro modo su desesperación podría tentarlo a cometer algún mal. (Éxodo 22:25; Deuteronomio 15:7, 8, 11; 23:19, 20; Proverbios 6:30, 31.) La actitud de Dios hacia la persona desafortunada habría de servir de patrón para su pueblo. A nosotros hasta se nos promete: “El que está mostrando favor al de condición humilde está prestando a Jehová, y Él le pagará su trato”. (Proverbios 19:17.) Sólo imagínese esto: ¡prestarle a Jehová con la seguridad de que él nos pagará con abundancia!

      10. Después de considerar el ejemplo que da Dios, ¿qué pudiera usted preguntarse?

      10 Todos deberíamos entonces preguntarnos: ¿Qué significa para mí la manera en que Jehová ve y trata al afligido? ¿He aprendido de su ejemplo perfecto y he tratado de imitarlo? ¿Puedo reflejar mejor la imagen de Dios en esto? (Génesis 1:26.)

      El Hijo, una copia del Padre

      11. ¿Cómo se asemejaba el interés de Jesús al de su Padre? (2 Corintios 8:9.)

      11 Jesucristo ‘es el reflejo de la gloria [de Jehová] y la representación exacta de su mismo ser’. (Hebreos 1:3.) Por lo tanto, esperaríamos que él reflejara el mismo interés que tiene su Padre por los que se interesan en la adoración verdadera. Y esto lo hizo. Jesús mostró que la clase de pobreza que más se necesita que se remedie es la pobreza espiritual: “Felices son los que están conscientes de su necesidad espiritual, puesto que a ellos pertenece el reino de los cielos”. (Mateo 5:3; compárese con Lucas 6:20.) Cristo también dijo: “Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio acerca de la verdad”. (Juan 18:37.) Por consiguiente, a Jesús no se le conoció principalmente como autor de milagros ni curador, sino como Maestro. (Marcos 10:17-21; 12:28-33.) Note, en conexión con esto, lo que se registra en Marcos 6:30-34. Ahí leemos de una ocasión en que Jesús buscó tener algún tiempo a solas para recuperar sus energías. Entonces, “vio una muchedumbre grande [...] [que] eran como ovejas sin pastor”. ¿Cómo reaccionó a esto? “Comenzó a enseñarles muchas cosas”. Sí, Jesús respondió entregándose para satisfacer la mayor necesidad que ellos tenían: la verdad, por medio de la cual podrían vivir eternamente. (Juan 4:14; 6:51.)

      12. ¿Qué podemos aprender del punto de vista de Jesús al leer Marcos 6:30-34 y Marcos 6:35-44?

      12 Aunque Jesús enfocó su atención en las necesidades espirituales de los judíos humildes, no pasó por alto las necesidades materiales de estos. El relato de Marcos muestra que Jesús estaba al tanto de la necesidad que tenían de alimento literal. Los apóstoles primero recomendaron que se despidiera a la muchedumbre para que esta ‘comprara algo de comer’. Jesús no concordó con ellos. Entonces los apóstoles sacaron a relucir que había la posibilidad de usar algo de los fondos que llevaban para comprar alimento. En lugar de esto, Jesús prefirió ejecutar el famoso milagro con el cual proporcionó una comida simple de pan y pescado a 5.000 hombres, además de mujeres y niños. Puede ser que algunos hoy piensen que para Jesús fue fácil satisfacer de manera milagrosa las necesidades de la muchedumbre. No obstante, no podemos pasar por alto el hecho de que él tuvo interés genuino que lo motivó a obrar. (Marcos 6:35-44; Mateo 14:21a.)

      13. ¿Qué otra prueba dio Jesús de que él se interesaba en el bienestar de la gente?

      13 Usted probablemente ha leído relatos de los Evangelios que prueban que lo que Jesús sentía por los desafortunados no se limitaba a los pobres. También ayudó a los enfermos y a los afligidos. (Lucas 6:17-19; 17:12-19; Juan 5:2-9; 9:1-7.) Tampoco fue asunto de curar sólo a los que estaban cerca de él. A veces viajó para ir a ayudar al enfermo. (Lucas 8:41-55.)

      14, 15. a) ¿Por qué podemos estar seguros de que Jesús esperaba que sus seguidores manifestaran el mismo interés que él sentía por otros? b) ¿Qué hacemos bien en preguntarnos?

      14 Sin embargo, ¿eran los que podían proveer alivio por medio de milagros los únicos que se interesaban en las necesidades de los pobres y los discípulos (o buscadores de la verdad) afligidos? No. Todos los discípulos de Jesús habrían de interesarse en los afligidos y obrar correspondientemente. Por ejemplo, Jesús dio la siguiente exhortación a un rico que quería vida eterna: “Vende todas las cosas que tienes y distribuye entre los pobres, y tendrás tesoro en los cielos”. (Lucas 18:18-22.) Jesús también aconsejó: “Cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos; y serás feliz, porque ellos no tienen con qué pagártelo. Pues se te pagará en la resurrección de los justos”. (Lucas 14:13, 14.)

      15 El cristiano es un seguidor de Cristo, por tanto, cada uno de nosotros pudiera preguntarse: ¿Hasta qué grado estoy yo imitando la actitud y las acciones de Jesús a favor de los pobres, los afligidos y los desafortunados? ¿Puedo decir honradamente lo mismo que dijo el apóstol Pablo: “Háganse imitadores de mí, así como yo lo soy de Cristo”? (1 Corintios 11:1.)

      Pablo, un ejemplo feliz

      16. ¿Qué fue de interés especial para el apóstol Pablo?

      16 Es apropiado que en conexión con esto se traiga a colación a Pablo, puesto que él también es un excelente ejemplo que podemos imitar. Tal como esperaríamos, su enfoque principal fue sobre las necesidades espirituales de otras personas. Él fue un ‘embajador en sustitución de Cristo, suplicando a otros: “Reconcíliense con Dios”’. (2 Corintios 5:20.) La asignación especial de Pablo fue la de predicar y establecer congregaciones entre los no judíos. Él escribió: “Yo tenía encomendadas a mí las buenas nuevas para los incircuncisos”. (Gálatas 2:7.)

      17. ¿Cómo sabemos que Pablo también se interesó en asuntos de carácter material?

      17 Pero dado que Pablo dijo que él estaba imitando a Cristo, ¿atendió él (al igual que Jehová y Jesús) las aflicciones físicas o las dificultades de sus compañeros de adoración? Deje que sea el propio Pablo quien conteste. En Gálatas 2:9, él continuó escribiendo: ‘Santiago y Cefas [Pedro] y Juan nos dieron a mí y a Bernabé la mano derecha de la coparticipación para que fuéramos a las naciones’. Seguidamente, en el próximo versículo, Pablo añadió: “Solamente que tuviéramos presentes a los pobres. Esta misma cosa también me he esforzado solícitamente por hacer”. (Gálatas 2:10.) De modo que Pablo apreció que, aunque era un apóstol-misionero con responsabilidades en muchas congregaciones, no podía estar demasiado ocupado como para no interesarse en el bienestar físico de sus hermanos.

      18. ¿Quiénes eran los “pobres” a quienes probablemente se estaba refiriendo Pablo en Gálatas 2:10, y por qué debieron ellos haber recibido atención?

      18 Probablemente, “los pobres” a quienes Pablo se refirió en Gálatas 2:10 eran principalmente judíos cristianos de Jerusalén y Judea. Algún tiempo antes había habido “una murmuración de parte de los judíos de habla griega contra los judíos de habla hebrea, porque a sus viudas se las pasaba por alto en la distribución diaria” de alimentos. (Hechos 6:1.) De modo que, cuando Pablo hizo mención de que era un apóstol a las naciones, aclaró el hecho de que no estaba pasando por alto a nadie de la hermandad cristiana. (Romanos 11:13.) Él comprendía que el cuidar de los hermanos en sentido físico estaba incluido en las palabras: “Para que no hubiera división en el cuerpo, sino que sus miembros tuvieran el mismo cuidado los unos de los otros. Y si un miembro sufre, todos los demás miembros sufren con él”. (1 Corintios 12:25, 26.)

      19. ¿Qué pruebas tenemos de que Pablo y otros obraron de acuerdo con su interés por los pobres?

      19 Cuando los cristianos en Jerusalén y Judea sufrieron debido a pobreza, hambre o persecución, algunas congregaciones distantes respondieron a la situación. Por supuesto, habrían estado orando porque Dios diera apoyo y consuelo a sus hermanos necesitados. Pero no es eso todo lo que hicieron. Pablo escribió que “los de Macedonia y de Acaya han tenido gusto en compartir sus cosas haciendo una contribución a los pobres de entre los santos que están en Jerusalén”. (Romanos 15:26, 27.) Los que contribuyeron financieramente a favor de sus hermanos afligidos estaban “siendo enriquecidos para toda clase de generosidad, la cual produce, mediante nosotros, una expresión de gracias a Dios”. (2 Corintios 9:1-13.) ¿No sería esto causa para que ellos se sintieran felices?

      20. ¿Por qué podían sentirse felices los hermanos que contribuyeron para ayudar a “los pobres”?

      20 Los hermanos que compartieron sus fondos con “los pobres de entre los santos que están en Jerusalén” tuvieron una razón adicional para estar felices. El acto de aportar para el cuidado de los afligidos ayudaría a los contribuidores a tener la aprobación de Dios. Podemos ver el porqué al notar que la palabra griega que se traduce como “contribución” en Romanos 15:26 y 2 Corintios 9:13 da la idea de “señal de compañerismo, prueba de unidad fraternal, aun de obsequio”. Se usa en Hebreos 13:16, que dice: “No olviden el hacer bien y el compartir cosas con otros, porque dichos sacrificios son de mucho agrado a Dios”.

      ¿Seremos felices?

      21. ¿A qué conclusión podemos llegar que dará base para que adquiramos felicidad?

      21 En este estudio hemos examinado las pruebas bíblicas de que Jehová Dios, Jesucristo y el apóstol Pablo se han interesado por los afligidos. Hemos notado que todos ellos han reconocido que las necesidades espirituales deberían recibir prioridad. Pero también es cierto que todos mostraron de maneras muy prácticas su interés en los pobres, los enfermos y los desafortunados. Hallaron felicidad en proveer ayuda práctica. ¿Debería ser menos cierto en nuestro caso? El apóstol Pablo nos exhortó a que ‘tuviéramos presentes las palabras del Señor Jesús, cuando él mismo dijo: “Hay más felicidad en dar que en recibir”’. (Hechos 20:35.)

      22. ¿Qué aspectos en esta materia todavía merecen la atención de usted?

      22 Pero, puede que usted se pregunte: ¿Qué puedo hacer yo personalmente? ¿Cómo puedo saber quiénes en realidad están necesitados? ¿Cómo puedo ofrecer ayuda de una manera que no estimule a la holgazanería y que sea bondadosa y realista, que tome en cuenta los sentimientos de otros y que esté equilibrada con mi deber cristiano de esparcir las buenas nuevas? El siguiente artículo trata ciertos aspectos de este asunto, colocando así una base para que usted halle aún más felicidad.

  • Haga más que sólo decir: “Manténganse calientes y bien alimentados”
    La Atalaya 1986 | 15 de octubre
    • Haga más que sólo decir: “Manténganse calientes y bien alimentados”

      “Si [...] alguno de entre ustedes les dice [a hermanos necesitados]: ‘Vayan en paz, manténganse calientes y bien alimentados’, pero ustedes no les dan las cosas necesarias para su cuerpo, ¿de qué provecho es? [...] La fe, si no tiene obras, está muerta en sí misma.” (SANTIAGO 2:15-17.)

      1. ¿Cómo llegó a estar en necesidad cierto hermano de Nigeria?

      SE CALCULA que Lebechi Okwaraocha nació antes del año 1880, de modo que cuenta con más de cien años de edad. Heredó y adoró un fetiche que perteneció a sus padres nigerianos. Entonces, ya con más de ochenta años de edad, empezó a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová. Puso en práctica lo que aprendió y se bautizó. Así que ha sido Testigo por aproximadamente 30 años. Recientemente, después de un aguacero muy fuerte, los ancianos de su congregación lo visitaron a él y a su esposa anglicana de 72 años de edad. Ambos estaban desalentados debido a que el piso de su choza de techo de paja estaba inundado y no tenían parientes que les suministraran alojamiento o que les ayudaran a hacer reparaciones. Si usted hubiera estado allí, ¿qué habría hecho? Antes de enterarnos de lo que sucedió, consideremos algunos consejos bíblicos.

      2. ¿Por qué estamos interesados en las “obras excelentes”?

      2 Cristo Jesús “se dio a sí mismo por nosotros para [...] limpiar para sí un pueblo peculiarmente suyo, celoso de obras excelentes”. (Tito 2:14.) Estas obras giran en torno a la predicación de salvación del Reino. (Marcos 13:10; Revelación 7:9, 10.) No obstante, las “obras excelentes” cristianas incluyen más que la predicación vital, pues Santiago, el medio hermano de Jesús, explica: “La forma de adoración que es limpia e incontaminada desde el punto de vista de nuestro Dios y Padre es ésta: cuidar de los huérfanos y de las viudas en su tribulación, y mantenerse sin mancha del mundo”. (Santiago 1:27.)

      3, 4. ¿Qué podemos aprender de Primera a Timoteo, capítulos 3 al 5, con relación a las “obras excelentes”, y qué preguntas surgen?

      3 Las congregaciones del primer siglo participaban en ambas clases de “obras excelentes”. En Primera a Timoteo, capítulo tres, después de mencionar los requisitos para los superintendentes y siervos ministeriales, el apóstol Pablo escribió que “la congregación del Dios vivo [es la] columna y apoyo de la verdad”. (1 Timoteo 3:1-15.) Mostró que los cristianos que persisten en estas enseñanzas verdaderas pueden salvarse a sí mismos y también a los que les escuchan. (1 Timoteo 4:16.) Después Pablo consideró la ‘obra excelente’ de cuidar en sentido material de las viudas fieles que estaban “en indigencia”. (1 Timoteo 5:3-5.)

      4 Por lo tanto, además de nuestra evangelización, debemos dar atención a las “obras excelentes”, tales como “cuidar de los huérfanos y de las viudas en su tribulación”. ¿Qué pueden hacer al respecto los ancianos y siervos ministeriales, puesto que son “los que llevan la delantera”? (Hebreos 13:17.) ¿Cómo podemos los demás ayudarlos en esto? Y ¿qué podemos hacer personalmente para efectuar “obras excelentes” de esta clase?

      Ancianos que toman la delantera de manera excelente

      5. ¿Cómo se encaró Pablo a una necesidad especial, y qué paralelos modernos hay?

      5 Cuando surgió una necesidad especial en Judea, Pablo, un anciano, tomó la delantera en hacer arreglos para un ministerio de socorro. Tal dirección minimizó cualquier confusión; las cosas podían ser distribuidas equitativamente, de acuerdo con la necesidad. (1 Corintios 16:1-3; Hechos 6:1, 2.) Hoy día, los ancianos también han tomado la delantera en ministerios de socorro después de desastrosas inundaciones, aludes, maremotos, tornados o terremotos, así ‘vigilando con interés personal a los demás’. (Filipenses 2:3, 4.)

      6. ¿Cómo respondieron los ancianos cuando ocurrió un desastre en California, E.U.A.?

      6 En el número del 8 de octubre de 1986 de ¡Despertad! se dio un ejemplo de tal cristianismo en acción. Los ancianos respondieron cuando la ruptura de un dique ocasionó inundaciones en California, E.U.A. Estos pastores espirituales inmediatamente inspeccionaron a su rebaño para ver si alguien había desaparecido o si necesitaba atención médica, alimento o alojamiento. Los ancianos coordinaron sus esfuerzos con la oficina central de los testigos de Jehová. Se estableció un comité de socorro, y a medida que compañeros Testigos llegaban para ayudar, se les organizaba en equipos para limpiar y reparar los hogares dañados. Los ancianos también supervisaron la compra y distribución de las provisiones. Esto ilustra que cuando surgen tales necesidades especiales, ‘cada discípulo puede resolver según los medios que tenga para dar’ o para hacer, pero sería sabio consultar con los superintendentes de la localidad y buscar la dirección de ellos. (Compárese con Hechos 11:27-30.)

      7. ¿A qué necesidades más comunes debemos responder también?

      7 Aunque usted (sea anciano o no) tal vez pueda responder de vez en cuando a una mayor necesidad después de un desastre, hay necesidades más comunes que pueden ser tan vitales como las mayores... las que existen en su propia congregación. Estas fácilmente pueden pasarse por alto o recibir poca atención debido a que quizás no sean tan sensacionales como un desastre mayor. Pero en realidad, las necesidades de la localidad son el tipo de necesidades mencionadas en Santiago 2:15-17. En efecto, su congregación podría presentarle el mayor desafío en cuanto a si su ‘fe tiene obras, o está muerta en sí misma’.

      8. ¿Cómo pudieran los ancianos mostrar sabiduría al manejar las necesidades de la congregación?

      8 Al tomar la delantera, los ancianos deben ser ‘sabios y entendidos’. (Santiago 3:13.) Con sabiduría ellos pueden proteger al rebaño contra impostores que van de un hermano a otro (o de congregación en congregación) tomando dinero prestado o inventando historias para recibir “ayuda”. Sabiamente, los superintendentes no están a favor de la pereza, pues la regla bíblica es: “Si alguien no quiere trabajar, que tampoco coma”. (2 Tesalonicenses 3:10-15.) No obstante, ellos no quieren ‘cerrar la puerta de sus tiernas compasiones’ ni incitar a sus hermanos a hacer lo mismo. (1 Juan 3:17.) Otra razón por la cual tienen que desplegar sabiduría es porque la Biblia no provee interminables reglas respecto a cómo cuidar de las personas necesitadas y afligidas. Las situaciones difieren de una era a otra y de un lugar a otro.

      9. a) ¿Cómo se cuidaba de las viudas cristianas merecedoras en el primer siglo? b) ¿De qué clase de ayuda pudieran beneficiarse estas hoy día?

      9 Por ejemplo, en 1 Timoteo 5:3-10 Pablo consideró a las viudas merecedoras que habían “quedado en indigencia”. Sus parientes creyentes eran principalmente responsables de ayudarlas; el pasar por alto este deber podía perjudicar la posición de los parientes ante Dios. Sin embargo, si una viuda en necesidad y merecedora no podía obtener ayuda de esa forma, era posible que los ancianos hicieran arreglos para que la congregación proveyera alguna ayuda material. Algunas congregaciones hoy día también han prestado ayuda a las personas especialmente necesitadas en ellas. Sin embargo, la mayoría de los países ahora tienen programas apoyados por los impuestos para ayudar a las personas ancianas, enfermas, o las que están dispuestas a trabajar pero no pueden hallar trabajo. No obstante, los ancianos cristianos tal vez quieran ayudar de otra manera. Algunas personas que están en verdadera necesidad y que satisfacen plenamente los requisitos para recibir beneficios públicos no los reciben debido a que no saben cómo solicitarlos, o son demasiado tímidas para pedirlos. Por lo tanto, los ancianos pudieran pedir información de las agencias gubernamentales o comunicarse con Testigos que tienen experiencia en estos asuntos. Entonces, ellos pudieran hacer arreglos para que algún hermano o hermana capacitado ayude a la persona necesitada a recibir los beneficios disponibles. (Romanos 13:1, 4.)

      Cómo organizar ayuda práctica

      10. Al pastorear el rebaño, ¿a qué deben dar atención los ancianos?

      10 Los superintendentes que están alerta son con frecuencia la clave para que las personas afligidas o necesitadas reciban ayuda de parte de hermanos y hermanas amorosos. Los ancianos deben estar alerta respecto a las necesidades espirituales y físicas de todo el rebaño a medida que lo pastorean. Por supuesto, los ancianos dan énfasis “a la oración y al ministerio de la palabra”. (Hechos 6:4.) Por lo tanto, ellos tratarían de arreglar los asuntos de manera que los miembros del rebaño que están postrados en cama u hospitalizados fueran alimentados en sentido espiritual. Los ancianos pudieran hacer arreglos para que se grabaran en cinta las reuniones para los que no puedan asistir a ellas. Los ancianos y siervos ministeriales que toman turnos para entregar las cintas han hallado que sus visitas les permiten impartir otros dones espirituales. (Romanos 1:11, 12.) A la misma vez, pueden ver si ha surgido alguna necesidad.

      11. Ilustre cómo se pudieran hacer arreglos para ayudar a una hermana necesitada.

      11 Ellos quizás noten que hay ocasiones en que una hermana anciana o minusválida podría venir al Salón del Reino, o participar por un corto período en el ministerio del campo, si alguna hermana le ayudara a bañarse y vestirse. (Compárese con Salmo 23:1, 2, 5.) Los superintendentes hasta podrían asignar a uno de entre ellos mismos para hacer los arreglos. De manera similar, pudieran pedir voluntarios de la congregación para viajar con la persona afligida, o para proveerle transportación. El mantener un horario para esto haría que los arreglos se efectuaran aun más ordenadamente.

      12. ¿Cómo pueden otros trabajar junto con los superintendentes en ayudar a los enfermos o los de edad avanzada?

      12 Los ancianos pudieran observar otros asuntos en los cuales se podría ofrecer ayuda o hacer arreglos amorosos. Por ejemplo, cierta hermana anciana o enferma no ha podido cuidar de su hogar como lo hacía antes. ¿Podrían algunos siervos ministeriales y otros hermanos prestarle ayuda? El que ellos le cortaran el césped o podaran los arbustos pudiera hasta hacer que ella se sintiera mejor, al saber que ahora su hogar no es causa de reproche en el vecindario. ¿Necesita desherbarse y regarse el jardín? ¿Estaría dispuesta a consultar con ella alguna hermana que vaya a comprar comestibles y comprarle los artículos que necesite? Recuerde, los apóstoles estuvieron interesados en tales aspectos prácticos y organizaron a hombres capacitados de la congregación para dar ayuda. (Hechos 6:1-6.)

      13. ¿Qué resultados hubo debido a que los ancianos ayudaron al hermano nigeriano mencionado anteriormente?

      13 Tal interés cristiano fue manifestado por los ancianos mencionados anteriormente, quienes, mientras hacían una visita de pastoreo, hallaron a Lebechi Okwaraocha y a su esposa en una triste condición. Inmediatamente el cuerpo de ancianos se encargó del asunto e informó a la congregación lo que pensaba hacer... reconstruir la casa. Varios hermanos y hermanas contribuyeron materiales y participaron de buena gana en el proyecto. En una semana edificaron una casita segura y con techo de metal. He aquí el informe de Nigeria:

      “Los aldeanos quedaron sorprendidos y espontáneamente trajeron alimento y bebidas para los hermanos y hermanas que afanosamente trabajaban largas horas para terminar el trabajo antes que llegara el próximo aguacero. Muchos aldeanos expresaron quejas acerca de otros grupos religiosos que, según ellos, le roban a la gente en vez de ayudar a los pobres. Este incidente llegó a ser la conversación de la comunidad. Los aldeanos se han hecho muy receptivos, y se han empezado muchos estudios bíblicos en los hogares”.

      Su participación en estas “obras excelentes”

      14. ¿Qué punto de vista debemos tener respecto a hacer “obras excelentes” para con nuestros hermanos?

      14 Por supuesto, a menudo podemos responder privada y directamente a las necesidades de las personas a nuestro alrededor que son ancianas, están enfermas, hospitalizadas o afligidas de alguna otra manera. Si vemos un medio de desplegar el verdadero cristianismo, ¿por qué no usarlo y tratar de ayudar? (Hechos 9:36-39.) Nuestra motivación no es la presión de otras personas, sino el amor cristiano. El primer ingrediente para cualquier ayuda práctica es que tengamos interés y compasión genuinos. Por supuesto, ninguno de nosotros puede retroceder los años para los de edad avanzada, curar enfermedades mediante milagros, ni igualar la posición económica de todos los miembros de la congregación. Pero definitivamente debemos tener un espíritu generoso y de interés en otros. Cuando lo tenemos y obramos en conformidad con este, se fortalecerá el vínculo de amor entre nosotros y aquellos a quienes ayudemos. Esto sucedió entre Pablo y Onésimo, quien relativamente era un cristiano nuevo que ‘ministró a Pablo en sus cadenas de prisión’. (Filemón 10-13; Colosenses 3:12-14; 4:10, 11.)

      15. ¿Cómo pudiéramos ayudar a algunos merecedores que verdaderamente están en necesidad?

      15 A veces podemos responder a una necesidad material por medio de bondadosamente hacer un regalo, sea que lo enviemos de manera anónima, o lo entreguemos en privado. ¿Hay algún hermano que haya perdido su empleo y no haya podido encontrar otro? ¿Hay alguna hermana que se encare a facturas médicas inesperadas; ha sido víctima de un accidente o un asalto? Situaciones como estas pudieran surgir a nuestro alrededor. Cuando hagamos “dádivas de misericordia”, nuestro Padre que mira en secreto lo observará y lo aprobará. (Mateo 6:1-4.) O, en vez de dar dinero, quizás podamos —al igual que Job— proveer prendas de vestir para los pobres y alimento o comidas preparadas en casa para la viuda o el huérfano de padre. (Job 6:14; 29:12-16; 31:16-22.)

      16. ¿De qué otra manera práctica puede darse ayuda a veces? Ilustre.

      16 La experiencia o los contactos de usted pueden llegar a ser una fuente de ayuda práctica. Cierto hermano le pidió un préstamo al hermano W——. Su respuesta bondadosa fue: ‘¿Por qué piensa usted que yo pudiera tener dinero para prestar?’. La respuesta fue la siguiente: ‘Porque usted es un mejor administrador de su dinero’. Con discernimiento, el hermano W——, quien frecuentemente había prestado dinero a los necesitados, sugirió: ‘Tal vez lo que usted realmente necesita es ayuda para aprender a administrar su dinero, y yo le ayudaré con gusto si lo desea’. Tal ayuda es especialmente apreciada por hermanos que necesitan ajustar su nivel de vida a nuevas circunstancias, o que están dispuestos a trabajar duro aun en algún tipo de trabajo de menos estimación. Por supuesto, si la persona verdaderamente necesita un préstamo, sería bueno ponerlo por escrito y firmarlo para evitar problemas más tarde. No obstante, muchos hermanos que están poco dispuestos a pedir dinero prestado profundamente apreciarían la ayuda personal en la forma de consejo o la experiencia que otros podrían compartir. (Romanos 13:8.) Esto se ilustra por una experiencia en África occidental que envolvió a Emanuel:

      A pesar de que Emanuel era un peluquero especializado, tenía poca clientela y estaba desalentado debido a que no podía ganarse la vida. Entonces, un anciano alerta de la congregación preguntó a Emanuel si consideraría hacer otro tipo de trabajo. Su respuesta fue afirmativa, pues él no iba a permitir que el orgullo profesional le impidiera hacer eso. El anciano habló con algunos compañeros y halló un trabajo para Emanuel como asistente en un hospital. Él ha hecho bien en este trabajo y ha podido ayudar a otros en la congregación.

      17. ¿Cómo pudiera usted ayudar a cierto hermano que esté internado en el hospital? (Salmo 41:1-3.)

      17 Cuando un compañero cristiano está internado en un hospital o en un asilo de ancianos, hay oportunidades especiales para ayudar. De nuevo, el interés y la preocupación sinceros son fundamentales. Usted pudiera mostrar estos al estar dispuesto a leerle literatura cristiana edificante al paciente, o al relatarle experiencias animadoras. No obstante, ¿hay necesidades físicas con las cuales usted puede ayudar? Las instalaciones médicas de algunas zonas tienen tanta carga y trabajo que no se baña ni alimenta al paciente a menos que un visitante lo haga. De modo que, si los médicos concuerdan, usted pudiera traerle una comida nutritiva, o ayudarle a lavarse el pelo o a bañarse. ¿Apreciaría una cómoda bata o unas pantuflas? (2 Timoteo 4:13.) O ¿podría usted ofrecerse para atender algún asunto que esté preocupando al paciente? Quizás esté preocupado en cuanto a cómo hacer efectivo su cheque del sueldo y cómo se pagarán las facturas por los servicios públicos. Usted pudiera proveer alivio útil mediante hacer hasta cosas sencillas por él, tales como el asegurarse de que la correspondencia no se acumule en su hogar, regar las plantas, o asegurarse de que el horno está apagado.

      18. ¿Qué está determinado a hacer usted respecto a los hermanos necesitados?

      18 No hay duda de que cada uno de nosotros puede hallar maneras en las cuales podemos mejorar en hacer más que solo decir: “Manténganse calientes y bien alimentados”. (Santiago 2:16.) Piense en los hermanos y hermanas de su congregación. ¿Hay algunos merecedores que verdaderamente están en necesidad material, enfermos, minusválidos, o postrados en cama? ¿Qué puede hacer usted de manera práctica para ayudar a estos miembros amados de su congregación por quienes Cristo murió? El tener esta actitud le ayudará a estar mejor preparado para responder inmediatamente si surgen dificultades.

      19. a) ¿Por qué es tan importante el equilibrio en este asunto? b) ¿Cuál es el mayor bien que podemos hacer por otros, y por qué? (Salmo 72:4, 16.)

      19 Mediante esforzarnos por ayudar a nuestros hermanos, estaremos demostrando que nuestra fe no está muerta. Esa misma fe nos mueve a trabajar duro en la predicación cristiana. Es necesario que mantengamos un equilibrio entre el ayudar a otros en sentido material y el participar regularmente en la evangelización cristiana. (Compárese con Mateo 15:3-9; 23:23.) El consejo que Jesús dio a Marta y María refleja ese equilibrio. Él dijo que si la persona pesaba las provisiones materiales en relación con el alimento espiritual, este último es “la buena porción” que no le será quitada. (Lucas 10:39-42.) Los enfermos y los pobres siempre estarán presentes en este sistema de cosas. Nosotros podemos y debemos hacer cosas buenas para ellos. (Marcos 14:7.) Sin embargo, el mejor y más duradero bien que podemos hacer es enseñar a otras personas acerca del Reino de Dios. Eso fue en lo que Jesús se concentró. (Lucas 4:16-19.) Esta es la manera como los pobres, enfermos y afligidos pueden recibir alivio permanente. ¡Qué gozo es ayudar a nuestros hermanos y a otras personas a cifrar su esperanza en Dios y a “asirse firmemente de la vida que realmente lo es”! (1 Timoteo 6:17-19.)

      ¿Recuerda usted?

      ◻ ¿Cuáles son las “obras excelentes” más importantes que ha de efectuar la congregación cristiana?

      ◻ ¿Cómo pueden los ancianos de la localidad dar atención equilibrada a las “obras excelentes” al tratar con las circunstancias materiales de sus hermanos?

      ◻ ¿Qué pasos prácticos pudieran dar los ancianos?

      ◻ ¿Qué cosas prácticas pudiera hacer usted para ayudar a sus hermanos o hermanas necesitados?

      [Recuadro en la página 17]

      La congregación se interesó

      Cierta pareja que se había mudado a una pequeña congregación en una zona rural proveyó el siguiente informe que nos da algo en qué pensar:

      ‘Hace tres años mi esposa y yo vendimos nuestro hogar y nos mudamos a una congregación lejana que necesitaba la ayuda de hermanos maduros debido a que había habido algunos problemas. En poco tiempo yo estaba atendiendo cuatro puestos de responsabilidad. Amábamos a los hermanos y queríamos trabajar con ellos. Al pasar los meses el espíritu de la congregación mejoró, y dos excelentes ancianos se mudaron allí.

      ’Mi esposa empezó a tener problemas de salud y fue necesario que se sometiera a una seria operación el año pasado. El día que ella entró en el hospital, yo enfermé de hepatitis. Dos meses después fui despedido de mi trabajo debido a que la economía estaba muy mala en esa zona. Nuestros fondos se terminaron, yo no tenía trabajo, y ambos estábamos tratando de recuperar nuestra salud. Estaba deprimido debido a que se aproximaba la asamblea de distrito y tenía una parte en el programa. También tenía una asignación en la asamblea de circuito que se celebraría en dos semanas. Pero sin dinero, no sabía cómo podría asistir a estas, ni siquiera cómo cuidaría de mi familia. Una mañana mi esposa salió al servicio del campo, y yo me quedé para analizar nuestra situación.

      ’Mientras miraba por la ventana, me pregunté: ¿Dónde está mi confianza en Jehová? Le había dicho a mi esposa que no se preocupara, pero ahora yo estaba empezando a dudar. Entonces, expresé mi “poca fe” a Jehová y pedí su ayuda. Al terminar de orar, un hermano tocó a la puerta. Quería que fuera con él a tomar una taza de café. Le expliqué que sería mejor no ir, puesto que tenía que preparar una parte para la reunión esa noche. No obstante, fue muy insistente, diciendo que solo tomaría unos cuantos minutos. De modo que fuimos. Regresamos media hora después, y al salir de su automóvil me sentí mejor.

      ’Cuando entré a la casa, noté que el mostrador de la cocina estaba lleno de comestibles. Pensé que mi esposa había ido de compras. “Pero un momento, cómo es eso posible, pues no tenemos dinero.” Entonces noté un sobre. En este estaba escrito lo siguiente:

      ’“De parte de sus hermanos y hermanas que los quieren mucho. No pongan nada de esto en la caja de contribuciones. Ya hemos hecho eso por ustedes”.

      ’No pude contener las lágrimas. Pensé en mi “poca fe” y eso me hizo llorar más. Luego llegó mi esposa. Solamente señalé hacia la comida y los otros regalos. Ella también empezó a llorar junto con las dos hermanas que entraron con ella. Tratamos de explicarles que no podíamos aceptar tantas cosas, pero las hermanas nos dijeron que nadie sabía lo que cada hermano había dado. La entera congregación participó en ello, y quisieron hacerlo porque sentían que nosotros les habíamos enseñado a dar a otras personas. ¡Esto solo produjo más lágrimas!’.

      Más adelante, para cuando el hermano escribió este relato, ya estaba trabajando de nuevo. Él y su esposa están participando en el servicio de precursor auxiliar.

      [Recuadro en la página 18]

      Prueba de amor cristiano

      Cierta congregación de los testigos de Jehová en el oeste de los Estados Unidos se encaró a una situación única que le permitió manifestar la clase de amor cristiano que se recomienda en las Escrituras. En el territorio de esta congregación, el estado abrió un centro para cuidar de las víctimas severamente lisiadas por la parálisis cerebral. Uno de los primeros residentes de este centro fue Gary, de 25 años de edad, quien ya no podía ser atendido en su hogar. La enfermedad lo dejó cuadripléjico y afectó su habla también.

      Gary tenía siete años de ser Testigo bautizado. Una vez en el nuevo centro, quiso asistir a las reuniones de la congregación local. Sus padres no vivían muy lejos de allí y por algún tiempo le proveyeron transportación. Pero en vista de la edad de ellos, otros hermanos de la congregación empezaron a ayudar. Un hermano tenía una furgoneta. De modo que él, su esposa y sus dos hijas se preparaban y salían del hogar 45 minutos antes que empezara la reunión para poder recoger a Gary. Después lo transportaban de nuevo al centro, y, por consiguiente, llegaban a su hogar bastante tarde.

      Sin embargo, algo se estaba desarrollando en el centro. Otras víctimas de parálisis cerebral mostraron interés en las verdades bíblicas. Poco tiempo después dos de ellos aceptaron un estudio bíblico. Luego otros también mostraron interés. ¿Cómo se podría llevar a todos a las reuniones? Otra familia de la congregación compró una furgoneta, y unos Testigos de la localidad que son propietarios de un negocio hicieron disponible una tercera furgoneta. No obstante, a veces estos medios eran inadecuados o inconvenientes. ¿Podría la congregación hacer algo más?

      Los ancianos consideraron el asunto y entonces propusieron que se comprara una furgoneta únicamente para llevar a los minusválidos a las reuniones. La congregación concordó y gustosamente ofreció contribuciones. Algunos Testigos del área circunvecina que se enteraron de la empresa también contribuyeron. Se obtuvo una furgoneta y se modificó para que los sillones de ruedas pudieran transportarse en ella.

      Ahora, cada mes un diferente grupo de Estudio de Libro de Congregación se encarga de conducir la furgoneta a las reuniones y asambleas. Cinco personas internadas en el centro para los que padecen de parálisis cerebral asisten regularmente a las reuniones y cuatro de ellas ahora son Testigos bautizados. Han llegado a ser conocidas y amadas por muchos hermanos y hermanas que experimentan la felicidad que se siente de ayudar a otros. ¿De qué maneras? Sosteniéndoles el libro de cánticos y buscándoles los textos bíblicos durante las reuniones. En las asambleas de circuito y de distrito hasta ayudan a cuidar de los que no pueden valerse por sí mismos y a alimentarlos. Esto ha producido un cariño mutuo que es verdaderamente conmovedor. ¿Y qué hay de Gary? Ahora sirve de siervo ministerial en esta congregación que ha dado tanta prueba del amor que tiene. (Hechos 20:35.)

  • Alabe a Jehová con música
    La Atalaya 1986 | 15 de octubre
    • Alabe a Jehová con música

      LOS siervos de Jehová pueden alabarlo de muchas maneras. Y no cabe duda de que una de las más hermosas, y que regocija muchísimo el corazón de Jehová, es la de ‘cantarle y producirle melodía’. (Salmo 105:2.) Se sabe muy bien que la música es una de las “marcas distintivas de las características humanas”.

      La música ha sido considerada como “el incomparable don del hombre, tanto creativo como recreativo”. Los animales, sean salvajes o domésticos, no tienen aptitud musical. Es cierto que algunos pájaros emiten preciosos cantos, pero lo hacen enteramente por instinto. No pueden apreciar la música, tal como un loro entrenado no comprende las palabras que dice. Pero con música hermosa podemos llegar al corazón de otras personas, tal como podemos comunicarnos con otras criaturas inteligentes por medio del habla.

      La música ciertamente es un don de parte de nuestro Creador, y ¡qué don tan magnífico! Estudios recientes muestran que los bebés, aun antes de nacer, revelan la clase de

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