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Presciencia, predeterminaciónPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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Presciencia selectiva significa que Dios podía optar por no preconocer indistintamente todos los actos futuros de sus criaturas. Esto querría decir que en lugar de que toda la historia desde la creación en adelante fuese una simple repetición de lo que Dios ya había previsto y predeterminado, Él podría, con toda sinceridad, colocar ante la primera pareja humana la perspectiva de vida eterna en una Tierra libre de iniquidad. Las instrucciones que Jehová dio a sus dos primeros hijos humanos para que, como sus agentes perfectos y libres de pecado, llenaran la Tierra con su prole, la transformaran en un paraíso y ejercieran control sobre la creación animal, constituían la concesión de un privilegio verdaderamente amoroso y lo que en realidad deseaba para ellos, más bien que ser una comisión condenada al fracaso de antemano. Si Dios hubiera preconocido que la primera pareja humana iba a pecar y que jamás podría comer del “árbol de la vida”, la prueba del “árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo” y el que hubiese creado un “árbol de la vida” en el jardín de Edén hubieran carecido de sentido y de propósito. (Gé 1:28; 2:7-9, 15-17; 3:22-24.)
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Presciencia, predeterminaciónPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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Dios creó perfecta a la primera pareja humana, y pudo contemplar los resultados de toda su obra creativa y ver que todo era “muy bueno”. (Gé 1:26, 31; Dt 32:4.) En lugar de preocuparse con un sentido de desconfianza por lo que la pareja humana pudiera hacer en el futuro, Dios “procedió a descansar”, dice el registro. (Gé 2:2.) Pudo hacerlo porque, en virtud de su omnipotencia y sabiduría supremas, ninguna acción, circunstancia o contingencia que surgiera podría convertirse en un obstáculo insalvable o en un problema irremediable que impidiera la realización de su propósito soberano. (2Cr 20:6; Isa 14:27; Da 4:35.)
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