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CreaciónPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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En realidad, en la antigua Babilonia circulaban varios relatos de la creación, pero el que ha llegado a ser más conocido es el mito que tiene que ver con Marduk, el dios nacional babilonio. En síntesis, este poema cuenta que la diosa Tiamat y el dios Apsu llegaron a ser padres de otras deidades. Las actividades de esos dioses le fueron tan angustiosas a Apsu que determinó destruirlos. Sin embargo, una de esas deidades, Ea, mató a Apsu, y cuando Tiamat intentó vengarlo, el hijo de Ea, Marduk, la mató también y dividió su cuerpo en dos, con una mitad formó el cielo y con la otra, la Tierra. Luego, con la ayuda de Ea, Marduk creó a la humanidad usando la sangre de otro dios, Kingu, el director de las huestes de Tiamat.
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CreaciónPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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El poema babilonio es mitológico y politeísta. No exalta de ningún modo el concepto de la deidad. Sus dioses aman y odian, traman y conspiran, luchan y destruyen. Marduk, el vencedor, logra imponerse después de una encarnizada lucha que somete sus poderes a la más dura prueba. Génesis, en cambio, refleja el monoteísmo más exaltado. Dios es tan claramente el amo de todos los elementos del universo, que estos obedecen su más mínima palabra. Controla todo sin esfuerzo. Habla y se realiza. Suponiendo, como hacen muchos eruditos, que haya una relación entre las dos narraciones, no hay mejor prueba de la inspiración del relato bíblico que ponerlo junto al babilonio. Aún hoy el capítulo de Génesis nos revela la majestad y poder del Dios único, y crea en el hombre moderno, como lo hizo en el antiguo hebreo, el deseo de adorar al Creador”. (Archaeology and the Bible, 1949, págs. 297, 298.)
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