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MesáPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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La mayoría de los comentaristas están de acuerdo en que Mesá ofreció a su propio hijo como sacrificio a su dios Kemós. Los pocos que disienten afirman que sacrificó a un hijo del rey de Edom que había capturado, y citan como base Amós 2:1, donde se dice que Moab “quemó los huesos del rey de Edom para cal”. Aunque la gramática hebrea permite esta interpretación, esta última opinión parece contradecir los demás hechos conocidos. Por ejemplo, era algo sin precedente que los moabitas y los ammonitas, vecinos de Israel, ofrecieran a sus enemigos como sacrificios a sus dioses, pero en su religión sí era frecuente ofrecer a sus propios hijos en holocausto a fin de aplacar la ira de sus dioses. (Dt 12:30, 31; Miq 6:6, 7.) Por lo tanto, es comprensible que Mesá, adorador de Kemós, recurriera a medidas tan drásticas, pues se encaraba a una derrota inminente.
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MesáPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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Se jactaba de ser muy religioso, de haber edificado ciudades y construido una carretera, así como de una supuesta victoria sobre Israel, y daba todo el crédito al dios Kemós. Mesá también había oído hablar de Jehová, el Dios de Israel, pues en la decimoctava línea de este documento se halla el Tetragrámaton. Allí Mesá alardea: “Y tomé de allí los [vasos] de Yahweh, arrastrándolos ante Kemos”. (GRABADO, vol. 1, pág. 946.)
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