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CusPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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Aunque algunos cusitas se asentaron en Arabia, en la mayoría de los casos el nombre Cus tal como se usa en la Biblia se refiere claramente a una región de África, y cuando la relación es obvia, algunos traductores vierten “Cus” como “Etiopía”. Es frecuente que se asocie el nombre de Etiopía con el de Egipto (Isa 20:3-5; 43:3; Jer 46:7-9) o con el de Libia. (2Cr 12:2, 3; Da 11:43; Na 3:9.) En Isaías 11:11 a las antiguas regiones se las designa por sus denominaciones geográficas, empezando en el delta del Nilo y continuando hacia el S.: “Egipto” (o “Mizraim”: Bajo Egipto), “Patrós” (Alto Egipto) y “Cus” (Nubia-Etiopía). En Ezequiel 29:10 se habla de la devastación de Egipto: “Desde Migdol a Siene y al límite de Etiopía [Cus]”. Por lo tanto, Cus, o la antigua Etiopía, parece haber estado más allá de Siene (la moderna Asuán), y según los hallazgos arqueológicos, se extendía hacia el S., quizás hasta la moderna Jartum. Por tanto, abarcaba el actual Sudán y la parte más meridional del Egipto moderno. Se cree que los “ríos de Etiopía [Cus]” fueron el Nilo Azul y el Nilo Blanco, que confluyen en Jartum, y también el río Atbara, que desemboca en el Nilo, al S. de la quinta catarata. (Sof 3:10.)
Es posible que “los árabes que estaban al lado de los etíopes [Ku·schím]” (2Cr 21:16) fueran las tribus árabes que ocupaban la costa SO. de la península arábiga y que, por lo tanto, estaban enfrente de la costa africana, al otro lado del mar Rojo.
Gran parte de la tierra de Cus debió ser desértica. A “la región de los ríos de Etiopía” se la llama “el país de los insectos zumbadores con alas” (Isa 18:1), una expresión que tal vez aluda a las langostas que medran en Etiopía y Egipto; sin embargo, hay quien piensa que hace referencia a los mosquitos, y otros dicen que el sonido de la palabra hebrea para “zumbadores” (tsela·tsál) se parece al nombre que le dan a la mosca tsé-tsé (tsaltsalya) las tribus ‘oromos’ (un pueblo camita que vive en la moderna Etiopía). El marfil, el ébano, el oro, las piedras preciosas, el hierro y las plantas aromáticas eran algunos de los productos de esta tierra, y la Biblia habla de los “mercaderes de Etiopía” (Isa 45:14) y del “topacio de Cus”. (Job 28:19.)
Historia posterior. Para el tiempo del éxodo de Israel de Egipto, Cus, o Etiopía, llegó a estar bajo la dominación egipcia, una dominación que duró unos quinientos años. Al virrey que administraba el país en representación del Faraón egipcio se le conocía por el título “Hijo del Rey de Cus”. Hacia el final del II milenio a. E.C., Etiopía se liberó del control egipcio. La capital etíope se fijó primero en Napata, cerca de la cuarta catarata, y más tarde en Meroe, a unos 210 Km. al NNE. de Jartum.
Había guerreros etíopes entre las fuerzas del faraón Sisaq que atacaron Judá en el quinto año de Rehoboam (993 a. E.C.). (2Cr 12:2, 3.) Después del décimo año del rey Asá, sobre 967 a. E.C., Zérah el etíope marchó contra Judá con un millón de hombres, pero fue completamente derrotado en Maresah. (2Cr 14:1, 9-15; 16:8.)
La historia extrabíblica muestra que en la última parte del siglo VIII a. E.C. Etiopía conquistó Egipto y lo dominó por unos sesenta años. Esto ocurrió durante la “Vigésimoquinta Dinastía (etíope)”, que tuvo como uno de sus gobernantes al rey Taharka, llamado Tirhaqá en la Biblia. Este rey se levantó contra las fuerzas de Senaquerib durante la invasión de Judá (732 a. E.C.), pero se le derrotó en Elteqé (Eltequeh), según las inscripciones asirias. (2Re 19:9; Isa 37:8, 9.)
Los emperadores asirios Esar-hadón y Asurbanipal invadieron Egipto durante sus respectivos reinados. Cerca del año 684 a. E.C. Asurbanipal destruyó Tebas (llamada No-amón en Na 3:8-10 y situada en el Alto Egipto), lo que supuso la conquista total de Egipto y el fin de la dominación etíope sobre el valle del Nilo. Estos acontecimientos cumplieron la profecía de Isaías pronunciada más o menos medio siglo antes. (Isa 20:3-6.)
En la batalla de Carquemis (625 a. E.C.), las fuerzas etíopes formaban parte del ejército del faraón Nekó, a quien derrotó Nabucodonosor. (Jer 46:2, 9.) Más tarde, Nabucodonosor invadió Egipto (posiblemente en 588 a. E.C.), lo que causó “dolores severos” en Cus e ‘hizo que Etiopía, que confiaba en sí misma, se pusiera a temblar’. (Eze 29:19; 30:4-9.)
El rey persa Cambises II (529-522 a. E.C.) conquistó Egipto en los días del faraón Samético III, un suceso que abrió el camino para el control persa de Etiopía; de modo que podía decirse que Asuero (Jerjes I) era gobernante “desde la India hasta Etiopía [Cus]”. (Est 1:1; 8:9.) Confirma lo antedicho la siguiente declaración de Jerjes en una inscripción: “Estos son los países —además de Persia— sobre los que soy rey [...] India [...] (y) Cus”. (Ancient Near Eastern Texts, pág. 316.)
Se predijo que los exiliados de Judá regresarían a su tierra natal de lugares lejanos, entre ellos Cus. (Isa 11:11, 12; compárese con Sof 3:10.) En la profecía de Daniel sobre el “tiempo del fin”, se dice que Etiopía y Libia ‘irían en los pasos’ del agresivo rey del norte, es decir, responderían a su dirección. (Da 11:40-43.) Etiopía también es una de las inicuas fuerzas de batalla de “Gog de la tierra de Magog” que atacan tempestuosamente al pueblo recogido de Jehová en “la parte final de los años”. (Eze 38:2-5, 8.) Por otra parte, el salmista predice que se contaría a Cus entre los que llevarían regalos a Dios. (Sl 68:29-32.)
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CusitaPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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No obstante, el término “cusita” se refiere básicamente a los africanos que residían en la región llamada en la antigüedad Etiopía. Además de “Zérah el etíope [cusita]” y “Tirhaqá el rey de Etiopía” (2Cr 14:9; 2Re 19:9), otros cusitas mencionados en la Biblia son: Ébed-mélec (Jer 38:7-12; 39:16-18), el eunuco etíope que se convirtió al cristianismo, y la reina a la que servía, Candace. (Hch 8:26, 27.) El general Joab escogió a un corredor cusita innominado (llamado Cusi [o Chusi] en BR, Scío, TA y Val, 1909), y no a un israelita, para llevar a David las noticias de la derrota y muerte de su hijo Absalón. (2Sa 18:19-32; véase CUS núm. 2.)
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