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SaraPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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Poco después, en Mamré, uno de los tres visitantes angélicos reafirmó que Sara daría a luz un hijo. Al oír esto, “Sara empezó a reírse dentro de sí, diciendo: ‘Después que estoy gastada, ¿verdaderamente tendré placer, siendo, además, viejo mi señor?’”. Cuando se la reprendió por reírse, Sara negó con cierto temor haberlo hecho. (Gé 18:1-15; Ro 9:9.) Dado que en Hebreos 11:11 se cita a Sara como un ejemplo de fe, su risa no debió ser una expresión de completa incredulidad, sino que la idea de tener un hijo a su avanzada edad no le pareció exenta de humor. El que Sara reconociese (dentro de sí) a Abrahán como su señor indicaba su obediencia y sumisión a su cabeza marital, y su ejemplo se recomienda a las esposas cristianas. (1Pe 3:5, 6.)
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SaraPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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A la edad de noventa años Sara tuvo el gozo de dar a luz a Isaac. Entonces exclamó: “Dios me ha preparado risa: todo el que oiga de ello se reirá de mí”. Esa risa posiblemente se debió al deleite y al asombro por el nacimiento del niño.
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