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Josué, Libro dePerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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Nadie puede negar que la nación israelita existió y ocupó la tierra de la que se habla en el libro de Josué. De igual manera, no hay ninguna base válida para cuestionar la veracidad de dicho relato concerniente a cómo ocuparon la tierra de Canaán los israelitas. Ni los salmistas (Sl 44:1-3; 78:54, 55; 105:42-45; 135:10-12; 136:17-22); ni Nehemías (Ne 9:22-25); ni Esteban, el primer mártir cristiano (Hch 7:45); ni el discípulo Santiago (Snt 2:25); ni el apóstol Pablo, una persona instruida (Hch 13:19; Heb 4:8; 11:30, 31), dudaron de su autenticidad. Además, en 1 Reyes 16:34 se registra el cumplimiento de la maldición profética anunciada por Josué unos quinientos años antes, al tiempo de la destrucción de Jericó. (Jos 6:26.)
Su escritor. Algunos eruditos rechazan el punto de vista judío tradicional, según el cual Josué mismo escribió el libro, aunque reconocen que se escribió en el tiempo de Josué o en una fecha cercana. Su principal objeción es que algunos de los acontecimientos registrados en el libro de Josué también aparecen en el libro de Jueces, que comienza con las palabras: “Y después de la muerte de Josué”. (Jue 1:1.) Sin embargo, esta declaración de apertura no determina necesariamente el tiempo en el que ocurrieron todos los acontecimientos que se hallan en el relato de Jueces. Este libro no sigue un orden cronológico estricto, pues recoge un acontecimiento que claramente sucedió antes de la muerte de Josué. (Jue 2:6-9.) Por consiguiente, algunos sucesos, como la toma de Hebrón por Caleb (Jos 15:13, 14; Jue 1:9, 10), la de Debir por Otniel (Jos 15:15-19; Jue 1:11-15) y la de Lésem o Lais (Dan) por los danitas (Jos 19:47, 48; Jue 18:27-29), de igual manera pudieron haber ocurrido antes de la muerte de Josué. Incluso la acción de los danitas de levantar una imagen idolátrica en Lais podría encajar razonablemente en el tiempo de Josué. (Jue 18:30, 31.) En su exhortación final, Josué les dijo a los israelitas: “Quiten los dioses a quienes sus antepasados sirvieron al otro lado del Río y en Egipto, y sirvan a Jehová”. (Jos 24:14.) Si la idolatría no hubiese hecho ya acto de presencia, estas palabras habrían tenido poco sentido.
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Josué, Libro dePerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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No se contradice. Hay quien tiene la impresión de que el libro se contradice cuando por una parte dice que Josué sojuzgó toda la tierra, mientras que por otra menciona que quedaba una buena parte por conquistar. (Compárese con Jos 11:16, 17, 23; 13:1.) Pero estas discrepancias aparentes se resuelven fácilmente cuando se considera la conquista bajo dos aspectos diferentes. Primero, la guerra nacional dirigida por Josué, que acabó con el poder de los cananeos, y, segundo, la acción individual y tribal necesaria para alcanzar una ocupación completa de la tierra. (Jos 17:14-18; 18:3.) Es probable que mientras Israel guerreaba en otras partes, los cananeos volvieran a establecerse en ciudades como Debir y Hebrón, de manera que fuese necesario recuperarlas, bien por medio de una acción individual o por la intervención de una tribu. (Compárese Jos 11:21-23 con Jos 14:6, 12; 15:13-17.)
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