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    Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
    • Desde 1943 a. E.C. hasta el éxodo. En Éxodo 12:40, 41 se registra lo siguiente: “La morada de los hijos de Israel, que habían morado en Egipto, fue de cuatrocientos treinta años. Y aconteció al cabo de los cuatrocientos treinta años, sí, aconteció en este mismo día, que todos los ejércitos de Jehová salieron de la tierra de Egipto”. Mientras que la mayoría de las versiones traducen el versículo 40 de modo que diga que estuvieron cuatrocientos treinta años en Egipto, el hebreo original da lugar a la traducción aquí transcrita. Además, en Gálatas 3:16, 17 Pablo relaciona ese período de cuatrocientos treinta años con el tiempo que medió entre el momento de dar validez al pacto abrahámico y la instauración del pacto de la Ley. Se debió dar validez al pacto abrahámico cuando Abrahán, en atención a la promesa de Dios, cruzó el Éufrates camino de Canaán y entró en el “país” que Dios le mandó. (Gé 12:1; 15:18-21.) Justo cuatrocientos treinta años después de este acontecimiento, en 1513 a. E.C., sus descendientes fueron liberados de Egipto, y en ese mismo año fueron introducidos en el pacto de la Ley. Una prueba de que así se ha entendido desde tiempos antiguos es la traducción que se halla en la Versión de los Setenta griega, a saber: “Pero la morada de los hijos de Israel que ellos moraron en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán [fue de] cuatrocientos treinta años de duración”.

      El período comprendido desde la entrada de Abrahán en la tierra de Canaán hasta que Jacob se trasladó a Egipto fue de doscientos quince años. Este cálculo se deriva de los siguientes hechos: desde la salida de Abrahán de Harán hasta el nacimiento de Isaac transcurrieron veinticinco años (Gé 12:4; 21:5); sesenta años desde el nacimiento de Isaac al nacimiento de Jacob (Gé 25:26), y Jacob tenía ciento treinta años cuando entró en Egipto (Gé 47:9). Esto da un total de doscientos quince años (desde 1943 hasta 1728 a. E.C.), lo que significa que, desde la llegada de Jacob, los israelitas estuvieron en Egipto otros doscientos quince años (de 1728 a 1513 a. E.C.). En el artículo ÉXODO se demuestra que los israelitas pudieron multiplicarse lo suficiente en doscientos quince años como para que su población incluyera un total de 600.000 “hombres físicamente capacitados”. (Éx 12:37.)

      Jehová le dijo a Abrán (Abrahán): “Puedes saber con seguridad que tu descendencia llegará a ser residente forastera en tierra ajena, y tendrá que servirles, y estos ciertamente la afligirán por cuatrocientos años”. (Gé 15:13; véase, además, Hch 7:6, 7.) Esta declaración se hizo con anterioridad al nacimiento de la “descendencia” prometida, Isaac. Para el año 1932 a. E.C. a Abrán le nació su hijo Ismael —por medio de su esclava egipcia Agar—, y en 1918 a. E.C. nació Isaac. (Gé 16:16; 21:5.) Contando cuatrocientos años hacia atrás desde el éxodo —acontecimiento que señaló el fin de los años de ‘aflicción’ (Gé 15:14)—, llegaríamos a 1913 a. E.C., cuando Isaac tendría unos cinco años y fue destetado. En ese momento, siendo ‘residente forastero’ en una tierra que no era suya, experimentó el inicio de la aflicción predicha cuando Ismael, que entonces contaba diecinueve años de edad, comenzó a ‘burlarse’ de él. (Gé 21:8, 9.) Aunque hoy pudiera parecer intrascendente el que Ismael se burlara del heredero de Abrahán, en la época patriarcal no se veía así, como queda demostrado por la reacción de Sara y por el hecho de que Dios aprobó su súplica de que se despidiera a Agar y a su hijo Ismael. (Gé 21:10-13.) El que este incidente haya sido recogido en detalle en el registro divino también es un indicio de que debe marcar el comienzo del predicho período de cuatrocientos años de aflicción que terminaría con el éxodo. (Gál 4:29.)

      Desde 1513 a. E.C. hasta la división del reino. Fue en “el año cuatrocientos ochenta después que los hijos de Israel hubieron salido de la tierra de Egipto”, durante el cuarto año del reinado de Salomón, cuando dio comienzo la construcción del templo de Jerusalén. (1Re 6:1.) El número “480” tiene valor ordinal: representa cuatrocientos setenta y nueve años completos y, en este caso concreto, un mes más. Si contamos cuatrocientos setenta y nueve años desde el éxodo (en Nisán de 1513 a. E.C.), nos lleva a 1034 a. E.C., cuando empezó la construcción del templo, en el segundo mes, es decir, Ziv (este mes corresponde a parte de abril y de mayo). Siendo que este hecho aconteció en el cuarto año (otro número ordinal) del gobierno de Salomón, su reinado comenzó tres años completos antes, es decir, en 1037 a. E.C. Sus cuarenta años de reinado transcurrieron desde 1037 a. E.C., probablemente en el mes de Nisán, hasta el mismo mes de 997 a. E.C., fecha en la que se produjo la división del reino. Por lo tanto, el esquema cronológico para este período sería como se muestra a continuación.

      Sucesos

      Fecha

      Período entre sucesos

      Desde el éxodo

      1513 a. E.C.

       

      hasta la entrada de Israel en Canaán

      1473 a. E.C.

      40 años

      hasta el fin del período de los jueces y el comienzo del reinado de Saúl

      1117 a. E.C.

      356 años

      hasta el comienzo del reinado de David

      1077 a. E.C.

      40 años

      hasta el comienzo del reinado de Salomón

      1037 a. E.C.

      40 años

      hasta la división del reino

      997 a. E.C.

      40 años

      Total de años desde el éxodo hasta la división del reino (1513 a 997 a. E.C.)

       

      516 años

      Estos cálculos se fundamentan en textos como Deuteronomio 2:7; 29:5; Hechos 13:21; 2 Samuel 5:4; 1 Reyes 11:42, 43; 12:1-20. Algunos críticos dicen que los cuatro períodos de esta época que duran cuarenta años cada uno son muestra de una ‘búsqueda de simetría’ de los escritores de la Biblia más bien que de cronología exacta. Todo lo contrario, aunque antes de entrar en Canaán los israelitas vagaron casi cuarenta años justos en cumplimiento del juicio divino registrado en Números 14:33, 34 (compárese con Éx 12:2, 3, 6, 17; Dt 1:31; 8:2-4; Jos 4:19), los otros tres períodos pueden haber incluido fracciones. Por ejemplo, según 2 Samuel 5:5, el reinado de David duró en realidad 40 1/2 años. Si los años reinantes de estos reyes se contaban de Nisán a Nisán, como parece que era la costumbre, esto puede significar que el reinado de Saúl duró solo 39 1/2, pero que se le contaron los meses que faltaban hasta el próximo Nisán, por lo que no se incluyeron oficialmente en los cuarenta años reinantes de David. Esta, por lo menos, era la costumbre conocida de los gobernantes semíticos de Mesopotamia, quienes denominaban “período de ascenso” a los meses que transcurrían desde la muerte de un rey hasta el siguiente Nisán, de modo que el primer año oficial de gobierno no empezaba a contar sino hasta la llegada del mes de Nisán.

      No se especifica la duración del período abarcado desde la entrada en Canaán hasta el fin de la época de los jueces, de modo que ha de calcularse por deducción. Si a los cuatrocientos setenta y nueve años que median entre el éxodo y el cuarto año de Salomón se le restan los cuarenta años de vagar por el desierto, los cuarenta del reinado de Saúl, los cuarenta del reinado de David y los tres primeros de Salomón (ciento veintitrés años en total), quedan trescientos cincuenta y seis años para el período en cuestión.

      Las Escrituras no indican cómo debe dividirse esta época de trescientos cincuenta y seis años (desde la entrada de Israel en Canaán hasta el principio del reinado de Saúl, en 1117 a. E.C.). No obstante, es obvio que muchos de estos períodos se traslapan. ¿Por qué? Contados sucesivamente, los diversos períodos de opresión, de judicaturas y de paz de los que informa el libro de Jueces totalizarían cuatrocientos diez años. Para que estos períodos encajen en los trescientos cincuenta y seis años mencionados antes, algunos de ellos tienen que haber sido concurrentes en vez de sucesivos, como opina la mayoría de los comentaristas. Las circunstancias narradas en los relatos bíblicos también conducen a esta conclusión. La opresión afectó a diferentes zonas del país y a diferentes tribus. (MAPA, vol. 1, pág. 743.) Así, la expresión “la tierra no tuvo más disturbio”, usada después de relatar las victorias israelitas sobre sus opresores, tal vez no se refiriese en todo caso a la tierra ocupada por las doce tribus, sino solo a la zona particular afectada principalmente por la opresión. (Jue 3:11, 30; 5:31; 8:28; compárese con Jos 14:13-15.)

      En el capítulo 13 de Hechos el apóstol Pablo repasa los tratos de Dios con Israel desde que ‘escoge a los antepasados’ —pasando por su estancia en Egipto, el éxodo, el vagar por el desierto, la conquista de Canaán y la distribución de la tierra— hasta llegar al versículo 20, donde dice: “Todo eso durante unos cuatrocientos cincuenta años. Y después de estas cosas les dio jueces hasta Samuel el profeta”. (Hch 13:20.) Algunas traducciones (Besson; ENP; PNT; TNV; Val, 1960) han ocasionado bastante confusión al traducir este versículo de forma semejante a la siguiente: “Después, como por cuatrocientos cincuenta años, les dio jueces hasta el profeta Samuel”. Sin embargo, los manuscritos más antiguos (incluido el Sinaítico, el Vaticano 1209 y el Alejandrino), así como la mayoría de las traducciones modernas de la Biblia (BAS, BJ, CI, NC, VP y otras), concuerdan con la primera traducción citada, la cual muestra que el período de los jueces llegó después de los cuatrocientos cincuenta años. Siendo que el período de “unos cuatrocientos cincuenta años” comenzó cuando Dios ‘escogió a los antepasados’ de Israel, debió haber comenzado en el año 1918 a. E.C. con el nacimiento de Isaac, la “descendencia” original que le fue prometida a Abrahán, y, por lo tanto, debió terminar hacia 1467 a. E.C., cuando llegó a su fin la primera conquista que se hizo de Canaán y se procedió a la distribución de la tierra. Puesto que el período de cuatrocientos cincuenta años es aproximado, una diferencia de uno o dos años no tendría importancia.

      Desde 997 a. E.C. hasta la desolación de Jerusalén. Una guía útil para conocer la extensión del período de los reyes se encuentra en Ezequiel 4:1-7, donde el profeta hace por instrucción divina una representación mímica del asedio de Jerusalén. Ezequiel tuvo que echarse sobre su costado izquierdo por trescientos noventa días para “llevar el error de la casa de Israel”, y luego sobre el derecho por cuarenta días para “llevar el error de la casa de Judá”. Según se le mostró, por cada día se habría de contar un año. Representados así, los dos períodos (trescientos noventa años y cuarenta años) debieron corresponder a la duración de la paciencia de Jehová para con ambos reinos a pesar de su curso idolátrico. Según se expone en Soncino Books of the Bible (edición de A. Cohen, Londres, 1950, comentario sobre Ezequiel, págs. 20 y 21), los judíos entienden esta profecía de la siguiente manera: “La culpa del reino septentrional se extendió por un período de trescientos noventa años ([según] Seder Olam [la crónica postexílica más antigua en lengua hebrea], [y los rabinos] Rashi e Ibn Ezra). Abarbanel, según una cita de Malbim, calcula el período de culpa de Samaria a partir del cisma que se produjo bajo Rehoboam [...] hasta la caída de Jerusalén. [...] El [costado] derecho [sobre el que Ezequiel se echó] indica el sur, es decir, el reino de Judá, ubicado al sur o a la derecha [...]. Comenzando poco después de la caída de Samaria, la corrupción de Judá se extendió por cuarenta años. Según Malbim, el tiempo se computa a partir del año decimotercero del reinado de Josías [...], cuando Jeremías dio comienzo a su ministerio (Jer. I. 2)”.

      Desde la división del reino en 997 a. E.C. hasta la caída de Jerusalén en 607 a. E.C. transcurrieron trescientos noventa años. Si bien es cierto que en 740 a. E.C. —durante el sexto año del reinado de Ezequías (2Re 18:9, 10)— Samaria, la capital del reino septentrional, ya había caído a manos de Asiria, también es probable que parte de la población huyera al reino meridional antes del avance asirio. (Véase, además, la situación que existía en Judá después de la división del reino, según se explica en 2Cr 10:16, 17.) Pero aún más importante es el que Jehová continuara teniendo presente a los israelitas del reino septentrional exiliado y los incluyera en los mensajes de sus profetas mucho tiempo después de la caída de Samaria, pues muestra que los intereses de esos israelitas todavía estaban representados en la ciudad capital de Jerusalén y que la caída de esta, en 607 a. E.C., no solo fue una expresión del juicio de Jehová contra Judá, sino contra la entera nación de Israel. (Jer 3:11-22; 11:10-12, 17; Eze 9:9, 10.) Cuando la ciudad cayó, se desvanecieron las esperanzas de toda la nación, a excepción de los pocos que mantuvieron la fe verdadera. (Eze 37:11-14, 21, 22.)

      La tabla que sigue toma este período de trescientos noventa años como guía cronológica confiable. Los reinados de todos los reyes de Judá desde Rehoboam hasta Sedequías suman trescientos noventa y tres años en total. Aunque algunos cronólogos bíblicos intentan sincronizar los reinados mediante numerosas corregencias e “interregnos” en Judá, al parecer solo se requiere una corregencia. Es el caso de Jehoram, de quien se dice (al menos en el texto masorético y en algunos de los manuscritos más antiguos de la Biblia) que llegó a ser rey “mientras Jehosafat era rey de Judá”, lo que permite suponer una corregencia. (2Re 8:16.) De este modo el período completo queda dentro del límite de los trescientos noventa años.

      No se pretende que se considere esta tabla como una cronología absoluta, sino más bien como un posible esquema de los reinados de Israel y Judá. Los antiguos escritores inspirados escribían sobre hechos y datos que tanto ellos como el pueblo judío de la época conocían bien, y las diferentes perspectivas cronológicas que adoptaron los escritores en ciertos puntos no presentaron ningún problema. Este no es el caso hoy en día, de modo que podemos contentarnos con conseguir un esquema que armonice razonablemente con el registro bíblico.

      Desde 607 a. E.C. hasta el regreso de los judíos del exilio. La duración de este período viene fijada por el propio decreto divino con relación a Judá, que dice: “Toda esta tierra tiene que llegar a ser un lugar devastado, un objeto de pasmo, y estas naciones tendrán que servir al rey de Babilonia setenta años”. (Jer 25:8-11.)

      La profecía bíblica no permite otra aplicación de estos setenta años que no sea al período comprendido entre la desolación de Judá, que llegó con la destrucción de Jerusalén, y el regreso de los judíos exiliados a su tierra como resultado del decreto de Ciro. La profecía especifica con toda claridad que los setenta años serían años de devastación de la tierra de Judá. Daniel el profeta entendió de esta manera la profecía, pues dijo: “Yo mismo, Daniel, discerní por los libros el número de los años acerca de los cuales la palabra de Jehová había ocurrido a Jeremías el profeta, para cumplir las devastaciones de Jerusalén, a saber, setenta años”. (Da 9:2.) Después de describir la conquista de Jerusalén por Nabucodonosor, en 2 Crónicas 36:20, 21 se dice: “Además, a los que quedaron de la espada se los llevó cautivos a Babilonia, y llegaron a ser siervos para él y sus hijos hasta que la realeza de Persia empezó a reinar; para cumplir la palabra de Jehová por boca de Jeremías, hasta que la tierra hubo pagado sus sábados. Todos los días de yacer desolada guardó sábado, para cumplir setenta años”.

      Jerusalén fue sitiada definitivamente en el noveno año de Sedequías (609 a. E.C.) y cayó en su undécimo año (607 a. E.C.), que corresponde con el decimonoveno año del reinado de Nabucodonosor (si contamos desde 625 a. E.C., su año de ascenso al trono; 2Re 25:1-8). En el quinto mes de 607 (el mes de Ab, que correspondía a parte de julio y agosto) la ciudad fue incendiada, los muros demolidos y la mayor parte de sus habitantes llevados al destierro. Sin embargo, se permitió que quedaran “algunos de condición humilde de la gente”, quienes al final huyeron a Egipto cuando Guedalías, el gobernador nombrado por Nabucodonosor, fue asesinado, dejando de ese modo la tierra de Judá desolada por completo. (2Re 25:9-12, 22-26.) Esto ocurrió en el séptimo mes, Etanim (o Tisri, que correspondía a parte de septiembre y octubre). Por consiguiente, la cuenta de los setenta años de desolación debió haber comenzado hacia el 1 de octubre de 607 a. E.C., para finalizar en 537 a. E.C. Para el séptimo mes de este último año, los primeros judíos repatriados llegaron a Judá, setenta años después del comienzo de la desolación completa de la tierra. (2Cr 36:21-23; Esd 3:1.)

      Desde 537 a. E.C. hasta la conversión de Cornelio. Al segundo año del regreso de los judíos del exilio (536 a. E.C.) se colocó el fundamento del templo de Jerusalén para su reconstrucción, pero dicha reconstrucción no se concluyó sino hasta el sexto año del reinado de Darío I (el persa). (Esd 3:8-10; 6:14, 15.) El año 522 a. E.C. puede ser considerado el año de ascenso al trono de Darío I, ya que no se estableció en Babilonia antes del mes de diciembre de 522 a. E.C., cuando derrotó al rebelde Nabucodonosor III, a quien capturó y dio muerte en Babilonia poco después. De modo que su primer año reinante comenzó en la primavera de 521 a. E.C. (Babylonian Chronology, 626 B.C.–A.D. 75, pág. 30.) Por consiguiente, su sexto año comenzó el 12 de abril de 516 a. E.C. y continuó hasta finales de marzo de 515 a. E.C. De acuerdo con todo esto, puede afirmarse que Zorobabel terminó la reconstrucción del templo el 6 de marzo de 515 a. E.C.

      La siguiente fecha de importancia fundamental es el vigésimo año de Artajerjes Longimano, el año en que Nehemías recibió permiso para reedificar Jerusalén. (Ne 2:1, 5-8.) Las razones por las que se favorece la fecha de 455 a. E.C. para este acontecimiento, con preferencia a la de 445 a. E.C. —que es más aceptada—, se analizan en el artículo PERSIA, PERSAS. Los sucesos de este año relacionados con la reconstrucción de Jerusalén y sus muros constituyen el punto de partida para la profecía de las “setenta semanas” de Daniel 9:24-27. Las semanas son, a todas luces, “semanas de años”, que totalizan cuatrocientos noventa años. (Da 9:24, BR; TA.) Como se demuestra en el artículo SETENTA SEMANAS, la profecía indicó la llegada del Mesías en el año 29 E.C., su muerte a “la mitad de la semana” —o mitad de la última semana de años, es decir, en 33 E.C.— y el fin —en 36 E.C.— del período de favor especial que Dios concedió a los judíos. Por consiguiente, las setenta semanas de años terminaron con la conversión de Cornelio, habiendo transcurrido cuatrocientos noventa años desde 455 a. E.C. (Hch 10:30-33, 44-48; 11:1.)

      Jesús apareció como Mesías precisamente en el año que se había predicho: quizás unos seis meses después de comenzar Juan el Bautista su predicación en “el año decimoquinto del reinado de Tiberio César”. (Lu 1:36; 3:1, 2, 21-23.) Como el senado romano nombró emperador a Tiberio el 15 de septiembre de 14 E.C., su año decimoquinto transcurrió desde la última parte de 28 E.C. hasta la última de 29 E.C. (Véase TIBERIO.) Por lo tanto, los hechos indican que el bautismo y el ungimiento de Jesús acontecieron en el otoño del año 29 E.C.

      Puesto que Jesús “era como de treinta años” cuando se bautizó en 29 E.C. (Lu 3:23), debería haber nacido hacia el otoño del año 2 a. E.C., treinta años antes. Su nacimiento se produjo durante el reinado de César Augusto, mientras Quirinio era gobernador de Siria. (Lu 2:1, 2.) El gobierno de Augusto se extendió desde 27 a. E.C. hasta 14 E.C. Publio Sulpicio Quirinio, senador romano, fue gobernador de Siria dos veces, la primera de ellas seguramente después de Publio Quintilio Varo, cuyo mandato como legado de Siria terminó en el año 4 a. E.C. Algunos eruditos ubican el primer mandato de Quirinio entre los años 3 y 2 a. E.C. (Véase INSCRIPCIÓN.) Herodes el Grande era a la sazón rey de Judea, y, como ya se explicó, debió morir el año 1 a. E.C. De modo que todos los indicios disponibles, y en particular las referencias bíblicas, apuntan a que el nacimiento humano del Hijo de Dios se produjo en el otoño del año 2 a. E.C.

  • Cronología
    Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
    • [Tabla en las páginas 601-603]

      FECHAS SOBRESALIENTES durante el período de los reyes de Judá e Israel

      NOTA: Esta tabla tiene el propósito de esquematizar los principales acontecimientos relacionados con los reyes de Judá e Israel. El registro bíblico de los años que gobernaron los reyes de Judá ha servido de base para fijar otras fechas. Las fechas de los reinados de los reyes de Judá se extienden desde la primavera del año citado hasta la primavera del año siguiente. Las fechas de los reinados de los reyes de Israel se han coordinado con las de los reyes de Judá. Al fijar estas fechas, se han tenido en cuenta los numerosos sincronismos especificados en la Biblia.

      Se incluyen los sumos sacerdotes y profetas mencionados en el registro bíblico en relación con los diferentes reyes, aunque la lista no es completa. Al parecer el sacerdocio aarónico ofició sin interrupción primero en el tabernáculo y después en el templo hasta el exilio babilonio. Asimismo, la Biblia indica que, además de los profetas referidos, hubo otros muchos que desempeñaron este oficio sagrado. (1Re 18:4; 2Cr 36:15, 16.)

      EL REINO DE DOCE TRIBUS

      Fechas a. E.C.

      SAÚL empieza a reinar sobre las 12 tribus (40 años)

      Profeta: Samuel

      Sumos sacerdotes: Ahíya, Ahimélec

      1117

      Nacimiento de David

      1107

      Samuel termina el libro de Jueces

      c. 1100

      Samuel termina el libro de Rut

      c. 1090

      Libro de 1 Samuel terminado

      c. 1078

      DAVID empieza a reinar sobre Judá en Hebrón (40)

      Profetas: Natán, Gad, Sadoc

      Sumo sacerdote: Abiatar

      1077

      David llega a ser rey sobre todo Israel; hace de Jerusalén su capital

      1070

      Gad y Natán terminan 2 Samuel

      c. 1040

      SALOMÓN empieza a reinar (40)

      Profetas: Natán, Ahíya, Idó

      Sumos sacerdotes: Abiatar, Sadoc

      1037

      Empieza la construcción del templo de Salomón

      1034

      Termina la construcción del templo que hizo Salomón en Jerusalén

      1027

      Salomón escribe Cantar de los Cantares

      c. 1020

      Salomón escribe el libro de Eclesiastés

      a. 1000

      REINO DE JUDÁ

      Fechas a. E.C.

      REINO DE ISRAEL

      REHOBOAM empieza a reinar (17 años); nación dividida en dos reinos

      Profetas: Semaya, Idó

      997

      JEROBOÁN empieza a reinar sobre las 10 tribus norteñas, al parecer primero desde Siquem y después, desde Tirzá (22 años)

      Profeta: Ahíya

      Sisaq de Egipto invade Judá y toma tesoros del templo de Jerusalén

      993

      ABÍAS (ABIYAM) empieza a reinar (3)

      Profeta: Idó

      980

      ASÁ debe empezar a reinar (41), pero su primer año reinante se cuenta desde 977

      Profetas: Azarías, Oded, Hananí

      978

      c. 976

      NADAB empieza a reinar (2)

      c. 975

      BAASÁ asesina a Nadab y empieza a reinar (24)

      Profeta: Jehú (hijo de Hananí)

      Zérah el etíope ataca Judá

      967

      c. 952

      ELAH empieza a reinar (2)

      c. 951

      ZIMRÍ, un jefe militar, asesina a Elah y luego reina (7 días)

      c. 951

      OMRÍ, jefe del ejército, empieza a reinar (12)

      c. 951

      Tibní llega a ser rey sobre parte del pueblo, dividiendo más a la nación

      c. 947

      Omrí vence al opositor Tibní y llega a ser el único gobernante de Israel

      c. 945

      Omrí compra la montaña de Samaria y edifica allí su capital

      c. 940

      ACAB empieza a reinar (22)

      Profetas: Elías, Micaya

      JEHOSAFAT empieza a gobernar (25), pero su primer año reinante se cuenta desde 936

      Profetas: Jehú (hijo de Hananí), Eliezer, Jahaziel

      Sumo sacerdote: Amarías

      937

      c. 920

      OCOZÍAS, hijo de Acab, ‘llega a ser rey’ (2); su padre aún debe vivir;

      Los años del reinado de Ocozías pueden contarse desde c. 919

      Profeta: Elías

      Jehoram, el hijo de Jehosafat, se asocia de algún modo con su padre en el gobierno

      c. 919

      c. 917

      JEHORAM, hijo de Acab, empieza a gobernar como único rey de Israel (12); al menos en un texto el breve reinado de su hermano Ocozías, que murió sin hijos, también puede habérsele acreditado a Jehoram

      Profeta: Eliseo

      JEHORAM llega a ser corregente oficial junto con Jehosafat; en este año puede empezar a contarse el reinado de Jehoram (8)

      Profeta: Elías

      913

      Jehosafat muere y Jehoram llega a ser el único gobernante

      c. 911

      OCOZÍAS, hijo de Jehoram, empieza a reinar (1), aunque quizás se le unge rey c. 907

      Sumo sacerdote: Jehoiadá

      c. 906

      ATALÍA usurpa el trono (6)

      c. 905

      JEHÚ, un jefe militar, asesina a Jehoram y luego empieza a reinar (28), pero parece ser que su reinado se cuenta desde c. 904

      Profeta: Eliseo

      JEHOÁS, hijo de Ocozías, empieza a reinar (40)

      Sumo sacerdote: Jehoiadá

      898

      876

      JEHOACAZ empieza a reinar (17)

      c. 862

      Por lo visto, Jehoás se asocia con su padre Jehoacaz en el gobierno

      c. 859

      JEHOÁS, hijo de Jehoacaz, empieza a reinar como único rey de Israel (16)

      Profeta: Eliseo

      AMASÍAS empieza a reinar (29)

      858

      Jehoás de Israel captura a Amasías, abre brecha en los muros de Jerusalén y toma los tesoros del templo

      d. 858

      c. 844

      JEROBOÁN II empieza a reinar (41)

      Profetas: Jonás, Oseas, Amós

      Se escribe el libro de Jonás

      UZÍAS (AZARÍAS) empieza a reinar (52)

      Profetas: Oseas, Joel (?), Isaías

      Sumo sacerdote: Azarías (II)

      829

      Posiblemente se escribe el libro de Joel

      c. 820

      Uzías ‘llega a ser rey’ en algún sentido especial, posiblemente libre de la dominación de Jeroboán II

      c. 818

      Se escribe el libro de Amós

      c. 804

      c. 803

      ZACARÍAS ‘empieza a reinar’ en algún sentido, pero parece que su reinado no se confirma plenamente hasta c. 792 (6 meses)

      c. 791

      SALUM asesina a Zacarías y luego reina (1 mes)

      c. 791

      MENAHEM asesina a Salum y luego empieza a reinar, pero parece que su reinado empieza a contarse desde c. 790 (10)

      c. 780

      PEQAHÍAS empieza a reinar (2)

      c. 778

      PÉQAH asesina a Peqahías y luego empieza a reinar (20)

      Profeta: Oded

      JOTÁN empieza a reinar (16)

      Profetas: Miqueas, Oseas, Isaías

      777

      ACAZ empieza a reinar (16), pero su primer año reinante se cuenta desde 761

      Profetas: Miqueas, Oseas, Isaías

      Sumo sacerdote: Uriya (?)

      762

      Acaz al parecer se hace tributario de Tiglat-piléser III de Asiria

      c. 759

      c. 758

      HOSEA asesina a Péqah y luego ‘empieza a reinar’ en lugar de él, pero parece ser que su control no es absoluto o no recibe el apoyo del monarca asirio Tiglat-piléser III hasta c. 748 (9 años)

      EZEQUÍAS empieza a reinar (29), pero su primer año reinante se cuenta desde 745

      Profetas: Miqueas, Oseas, Isaías

      Sumo sacerdote: Azarías (II o III)

      746

      d. 745

      Se termina el libro de Oseas

      742

      El ejército asirio empieza el sitio de Samaria

      740

      Asiria conquista Samaria, subyuga a Israel; el reino septentrional llega a su fin

      Senaquerib invade Judá

      732

      Se termina el libro de Isaías

      d. 732

      Se termina el libro de Miqueas

      a. 717

      Se termina la compilación de Proverbios

      c. 717

      MANASÉS empieza a reinar (55)

      716

      AMÓN empieza a reinar (2)

      661

      JOSÍAS empieza a reinar (31)

      Profetas: Sofonías, Jeremías, la profetisa Huldá

      Sumo sacerdote: Hilquías

      659

      Se escribe el libro de Sofonías

      a. 648

      Se escribe el libro de Nahúm

      a. 632

      JEHOACAZ reina (3 meses)

      628

      JEHOIAQUIM empieza a reinar, tributario de Egipto (11)

      Profetas: Habacuc (?), Jeremías

      628

      Posiblemente se escribe el libro de Habacuc

      c. 628

      Nabucodonosor II hace tributario de Babilonia a Jehoiaquim

      620

      JOAQUÍN empieza a reinar (3 meses y 10 días)

      618

      Nabucodonosor II toma judíos cautivos y se lleva los tesoros del templo a Babilonia

      617

      SEDEQUÍAS empieza a reinar (11)

      Profetas: Jeremías, Ezequiel

      Sumo sacerdote: Seraya

      617

      Nabucodonosor II invade Judá de nuevo; empieza el sitio de Jerusalén

      609

      Se abre brecha en los muros de Jerusalén el día 9 del cuarto mes

      607

      Se quema Jerusalén y su templo el día 10 del quinto mes

      607

      Últimos judíos abandonan Judá a mediados del séptimo mes

      607

      Jeremías escribe el libro de Lamentaciones

      607

      Se escribe el libro de Abdías

      c. 607

      NOTA: Después de la toma de Samaria, se llevó al exilio a las diez tribus del reino septentrional. Pero no se dejó desolada la tierra, como fue el caso de Judá después de la destrucción de Jerusalén en 607 a. E.C. El rey de Asiria repobló las ciudades de Israel con gente de Babilonia, Cutá, Avá, Hamat y Sefarvaim. Sus descendientes aún estaban allí cuando los judíos regresaron a Jerusalén en 537 a. E.C. para reedificar el templo. (2Re 17:6, 24; Esd 4:1, 2.)

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