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BurlaPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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Jesús y sus discípulos fueron objeto de burla. Durante su ministerio terrestre, Jesucristo, el Siervo y Profeta de Dios, fue objeto de gestos de desprecio, se rieron y burlaron de él, le trataron con insolencia y hasta le escupieron. (Mr 5:40; Lu 16:14; 18:32.) Los sacerdotes judíos y los gobernantes manifestaron un desprecio especialmente odioso. (Mt 27:41; Mr 15:29-31; Lu 23:11, 35.) Los soldados romanos se unieron a la mofa cuando se les entregó a Cristo. (Mt 27:27-31; Mr 15:20; Lu 22:63; 23:36.)
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BurlaPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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Aguantar la burla con el punto de vista apropiado. Jesucristo sabía desde el principio que tendría que enfrentarse a la burla y que esta continuaría hasta su muerte. Sin embargo, reconocía que en realidad el oprobio era contra Jehová, a quien representaba, lo que aún le resultaba más doloroso, pues ‘siempre había hecho las cosas que agradaban a su Padre’ (Jn 8:29), y además, estaba más interesado en la santificación del nombre de su Padre que en cualquier otra cosa. (Mt 6:9.) Por consiguiente, “cuando lo estaban injuriando, no se puso a injuriar en cambio. Cuando estaba sufriendo, no se puso a amenazar, sino que siguió encomendándose al que juzga con justicia”. El apóstol Pedro dice esto al exhortar a los cristianos, en particular a los esclavos, a no tomar represalias, pues Cristo es el ejemplo para ellos: un “dechado —dice Pedro— para que sigan sus pasos con sumo cuidado y atención”. (1Pe 2:18-23; Ro 12:17-21.)
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