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LlavePerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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En el mensaje angélico a la congregación de Filadelfia se dice que el ensalzado Jesucristo tiene la “llave de David” y que él es “el que abre de modo que nadie cierre, y cierra de modo que nadie abra”. (Rev 3:7, 8.) Como Heredero del pacto davídico para el Reino, a Jesucristo se le ha encomendado el gobierno de la casa de la fe y la jefatura del Israel espiritual. (Lu 1:32, 33.) Por medio de su autoridad, simbolizada por “la llave de David”, puede abrir o cerrar puertas figurativas, es decir, oportunidades y privilegios. (Compárese con 1Co 16:9; 2Co 2:12, 13.)
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LlavePerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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Mateo 16:19 se puede traducir con exactitud gramatical: “Cualquier cosa que ates sobre la tierra será la cosa atada [o, la cosa ya atada] en los cielos, y cualquier cosa que desates sobre la tierra será la cosa desatada [o, la cosa ya desatada] en los cielos”. Por ello, algunas versiones leen: “Todo lo que ates en la tierra habrá sido atado en el cielo, y lo que desates en la tierra habrá sido desatado en los cielos” (Val, 1989). “Lo que tú no permitas en la tierra, no ha de haber sido permitido en el cielo, y lo que permitas en la tierra, ha de haber sido permitido en el cielo” (TNV; véanse también NTI y Val, nota). Dado que otros textos explican con claridad que el verdadero Cabeza de la congregación cristiana continuaba siendo el resucitado Jesús, es obvio que su promesa a Pedro no significaba que este apóstol dictaría a los cielos lo que debería desatarse o no, sino que, más bien, se le utilizaría como instrumento del cielo para abrir o desatar cosas determinadas de antemano. (1Co 11:3; Ef 4:15, 16; 5:23; Col 2:8-10.)
“La llave del abismo.” En Revelación 9:1-11 se presenta la visión de una “estrella” caída del cielo a la que se da la “llave del hoyo del abismo” y abre ese hoyo para liberar a un enjambre de langostas cuyo rey era el “ángel del abismo”. Puesto que según Romanos 10:6, 7, el abismo debe incluir el Hades (aunque no se limita al Hades), parece ser que la “llave del hoyo del abismo” comprende también las “llaves de la muerte y del Hades”, que según Revelación 1:18 posee el resucitado Jesucristo. Estas “llaves” simbolizan la autoridad que Jesús tiene de liberar a las personas de un confinamiento cuyo poder no puede doblegar nadie salvo el propio Dios o su representante autorizado. Por consiguiente, la autoridad que las “llaves” representan incluye tanto el poder de resucitar en sentido literal, como el poder de liberar a los que se encuentran en una condición de muerte figurativa. (Jn 5:24-29; compárese con Rev 11:3-12; véase MUERTE [Cambio en la condición espiritual].)
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