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SaraPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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Aunque ya era de edad avanzada, Sara era muy hermosa. Por esa razón, Abrahán le había pedido con anterioridad que cuando fuese necesario durante sus viajes, Sara lo identificase como su hermano, para evitar así que otros lo matasen con el fin de tomarla a ella. (Gé 20:13.) El que dijeran esto en Egipto, resultó en que Sara fuera llevada a la casa del Faraón por recomendación de sus príncipes. Pero la intervención divina impidió que el Faraón la violase. Después, la devolvió a Abrahán y le solicitó que partieran del país. También se aseguró de que Abrahán marchara a salvo con todo cuanto tenía. (Gé 12:11-20.)
Es digno de mención que un papiro antiguo habla de un Faraón que encargó a hombres armados que tomaran a una mujer y mataran a su esposo. De modo que el temor de Abrahán de que le dieran muerte por causa de Sara no era infundado. En lugar de poner en peligro su vida en un intento vano por salvar el honor de su esposa en una tierra extranjera, optó por el proceder que le pareció más seguro. Debe tenerse presente que Abrahán era el dueño de su esposa. Sara estaba dispuesta a servir a Jehová y a Abrahán de esta manera, y en ninguna parte de las Escrituras se censura a Abrahán por haber hecho esto.
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SaraPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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Sara y su esposo se pusieron a residir en Guerar. Como había hecho previamente, Abrahán presentó a su esposa como su hermana. Luego el rey de Guerar, Abimélec, tomó a Sara. De nuevo fue la intervención de Jehová lo que la salvó de ser violada. Abimélec se la devolvió a Abrahán, y también le dio ganado, así como siervos y siervas, quizás en compensación por haberle privado temporalmente de su esposa. Además le entregó mil piezas de plata (2.200 dólares [E.U.A.]), lo que era muestra de que Sara estaba libre de todo oprobio moral. (Gé 20.)
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