BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • it-2 “Olivo”
  • Olivo

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • Olivo
  • Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
  • Información relacionada
  • Olivo
    Ayuda para entender la Biblia
  • Un olivo frondoso en la casa de Dios
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 2000
  • El olivo—literal y espiritual
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1959
  • Retorcido, deformado, nudoso y hermoso
    ¡Despertad! 1979
Ver más
Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
it-2 “Olivo”

OLIVO

(heb. zá·yith; gr. e·lái·a).

El olivo era sin duda una de las plantas más valiosas en tiempos bíblicos, tan importante como la vid y la higuera. (Jue 9:8-13; 2Re 5:26; Hab 3:17; Snt 3:12.) Aparece al principio del registro bíblico, pues, acabado el Diluvio, una hoja de olivo que llevó una paloma le indicó a Noé que las aguas se habían retirado. (Gé 8:11.)

[Ilustración de la página 547]

Los olivos crecen en suelo rocoso, demasiado seco para muchos otros árboles

El olivo (Olea europaea) abunda en las laderas de las montañas de Galilea y Samaria y en las mesetas centrales, así como en toda la región mediterránea. (Dt 28:40; Jue 15:5.) Crece en suelo rocoso y gredoso, demasiado seco para muchas otras plantas, y puede aguantar frecuentes sequías. Cuando los israelitas salieron de Egipto, se les prometió que la tierra adonde iban era una tierra de “olivas de aceite y miel”, con ‘viñas y olivares que ellos no habían plantado’. (Dt 6:11; 8:8; Jos 24:13.) Como el olivo crece despacio y puede tardar diez años o más en empezar a dar buenas cosechas, el que estos árboles ya estuvieran creciendo en la tierra era una ventaja importante para los israelitas. Este árbol puede alcanzar edades excepcionales y producir fruto durante cientos de años. Se cree que algunos de los olivos de Palestina son milenarios.

Los olivos ofrecen un panorama refrescante por toda Palestina. A menudo crecen en las terrazas de las laderas rocosas y cubren el suelo de los valles. Pueden superar los seis metros de altura. El tronco nudoso, cuya corteza es de color ceniza, tiene un profuso sistema de ramas que produce un follaje espeso de delgadas hojas verde grisáceas. Este árbol de hoja perenne normalmente florece en mayo y se cubre con miles de flores de color amarillo pálido. La Biblia menciona la facilidad con que el viento arrebata estas flores. (Job 15:33.) El fruto o drupa del olivo en un principio es verde, pero cuando madura, se vuelve de un color entre purpúreo oscuro y negro. La cosecha se efectúa en otoño (entre octubre y noviembre), para lo que todavía se utiliza con frecuencia el antiguo método del vareo. (Dt 24:20; Isa 24:13.) En tiempos bíblicos los rebuscadores recogían lo que quedaba del fruto. (Isa 17:6.) Por naturaleza, el árbol produce cosechas alternas, es decir, a una buena cosecha le sigue al año siguiente otra baja. El fruto fresco contiene una sustancia amarga que se elimina al remojarlo en salmuera, después de lo cual se pueden comer las aceitunas sin más tratamiento o adobadas. Sin embargo, su principal valor está en el aceite, que compone hasta el 30% o más (del peso) del fruto fresco. Un buen árbol puede producir entre 38 y 57 l. de aceite al año. La madera del árbol es muy dura y debe secarse por años para usarla en ebanistería.

El olivo no solo vive centenares de años, sino que, si se corta, de sus raíces brotan hasta seis nuevos retoños, que se desarrollan en nuevos troncos; los árboles viejos suelen perpetuarse de esta manera. Para plantar árboles nuevos suelen utilizarse a menudo plantones cortados de un olivo adulto. Por lo tanto, es muy apropiada la ilustración del salmista que asemeja a los hijos de un hombre bendecido con “plantones de olivos todo en derredor de tu mesa”. (Sl 128:3.)

El injerto. A los acebuches u olivos silvestres que crecían en las laderas de las colinas se les injertaban esquejes de los olivos cultivados con el fin de que produjeran buen fruto. Injertar ramas de acebuche en un olivo parecería algo poco común, o incluso antinatural; no obstante, eso era lo que algunos agricultores hacían en el siglo primero. Pablo hizo referencia a este procedimiento poco común en la ilustración que se encuentra en Romanos 11:17-24, en la que asemejó a los cristianos gentiles que llegaron a ser parte de la “descendencia de Abrahán” a ramas de acebuche injertadas en un olivo para reemplazar las ramas infructíferas que habían sido desgajadas, y que representaban a los miembros judíos naturales rechazados, quitados del árbol simbólico por su falta de fe. (Gál 3:28, 29.) Este acto, “contrario a la naturaleza”, enfatiza la bondad inmerecida de Dios hacia tales creyentes gentiles, subraya los beneficios que obtienen como ramas de “acebuche” al recibir la “grosura” de las raíces del olivo de huerto y, por lo tanto, elimina cualquier razón para que estos cristianos gentiles se jacten. (Compárese con Mt 3:10; Jn 15:1-10; véase INJERTO.)

Olivares y prensas. Siempre que era posible, los pueblos de Palestina tenían su olivar. Si no daba fruto, como cuando lo dañaba la oruga, el pueblo sufría. (Am 4:9.) El rey David tenía olivares valiosos en la región de la Sefelá. (1Cr 27:28.) En los días del rey David, el monte que había al E. de Jerusalén, a la distancia del “camino de un sábado”, se distinguía por sus olivos, y en el tiempo de Zacarías aún se le llamaba “la montaña de los olivos”. (2Sa 15:30; Zac 14:4; Lu 19:29; 22:39; Hch 1:12.) La gran cantidad de prensas de aceite de piedra encontradas por toda Palestina demuestran que este árbol se cultivó extensamente en tiempos antiguos. Los “jardines” de aquel entonces solían ser huertos y normalmente tenían su prensa de aceite. El jardín llamado Getsemaní, donde Jesús se retiró después de la última cena con sus discípulos, derivó su nombre de un término arameo, gath schema·néh, que significa “prensa de aceite”. En ocasiones las aceitunas también se pisaban en lagares. (Miq 6:15.)

Uso figurado. El olivo se usa de manera figurada en la Biblia como símbolo de productividad, belleza y dignidad. (Sl 52:8; Jer 11:16; Oseas 14:6.) Sus ramas estaban entre las que se usaban en la fiesta de las cabañas. (Ne 8:15; Le 23:40.) En Zacarías 4:3, 11-14 y Revelación 11:3, 4, también se usan olivos para simbolizar a los “ungidos” y “testigos” de Dios.

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir