-
PactoPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
-
-
Métodos de ratificar un pacto. A menudo se invocaba a Dios como testigo. (Gé 31:50; 1Sa 20:8; Eze 17:13, 19.) Se hacía un juramento. (Gé 31:53; 2Re 11:4; Sl 110:4; Heb 7:21.) Los hombres a veces disponían una señal o testimonio físico, como un regalo (Gé 21:30), una columna o majano (Gé 31:44-54) o el darle nombre a un lugar (Gé 21:31). En una ocasión Jehová se sirvió del arco iris. (Gé 9:12-16.) Un método era matar y cortar en trozos determinados animales, y luego cada uno de los que hacían el pacto pasaba entre los pedazos. Debido a esta costumbre se acuñó la locución hebrea ‘cortar un pacto’. (Gé 15:9-11, 17, 18, nota; Jer 34:18, nota, 19.) A veces una alianza iba acompañada de una fiesta. (Gé 26:28, 30.)
-
-
PactoPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
-
-
Pacto con Noé. Jehová Dios hizo un pacto con Noé —quien representaba a su familia— en relación con el propósito de Jehová de salvaguardar la vida humana y animal y destruir el mundo inicuo de aquel día. (Gé 6:17-21; 2Pe 3:6.) Noé tuvo sus hijos cuando ya era mayor de quinientos años. (Gé 5:32.) Cuando Dios reveló su propósito a Noé, sus hijos eran adultos y se habían casado. Noé, por su parte, tenía que construir el arca e introducir en ella a su esposa, hijos y nueras, así como a los animales y también alimento. De esta forma, Jehová conservaría sobre la tierra alguna carne tanto de hombres como de animales. El que Noé cumpliese obedientemente los términos del pacto resultó en que Jehová conservase la vida humana y animal. El pacto se cumplió por completo en el año 2369 a. E.C., después del Diluvio, cuando tanto el hombre como los animales pudieron vivir otra vez sobre el suelo y reproducir su especie. (Gé 8:15-17.)
Pacto del arco iris. El pacto del arco iris se hizo entre Jehová Dios y toda carne —representada por Noé y su familia, así como por la especie animal— en las montañas de Ararat en 2369 a. E.C. Jehová declaró que nunca más volvería a aniquilar a toda carne por medio de un diluvio. El arco iris se dio entonces como señal del pacto, que durará mientras la humanidad viva sobre la tierra, es decir, eternamente. (Gé 9:8-17; Sl 37:29.)
Pacto con Abrahán. Al parecer, el pacto con Abrahán entró en vigor cuando Abrán (Abrahán) cruzó el Éufrates en camino a la tierra de Canaán. Cuatrocientos treinta años después, se hizo el pacto de la Ley. (Gál 3:17.) Cuando Abrahán vivía en Mesopotamia, en Ur de los caldeos, Jehová le dijo que viajase al país que le había de mostrar. (Hch 7:2, 3; Gé 11:31; 12:1-3.) Éxodo 12:40, 41 (LXX) dice que Israel salió de su esclavitud en Egipto al final de cuatrocientos treinta años de residir en aquel país y en la tierra de Canaán, “en este mismo día”. El día en el que se les liberó fue el 14 de Nisán de 1513 a. E.C., el día de la Pascua. (Éx 12:2, 6, 7.) Este hecho indicaría que Abrahán cruzó el Éufrates en camino a Canaán el 14 de Nisán del año 1943 a. E.C.; entonces empezó a regir el pacto abrahámico. Dios se le apareció de nuevo a Abrahán una vez que este viajó hasta Siquem, en Canaán, y le dio más detalles sobre la promesa, diciendo: “A tu descendencia voy a dar esta tierra”, relacionando, por lo tanto, este pacto con la promesa de Edén, y revelando que la “descendencia” tendría un desarrollo humano, es decir, que vendría a través de una línea de descendencia humana. (Gé 12:4-7.) Como se registra en Génesis 13:14-17; 15:18; 17:2-8, 19; y 22:15-18, Jehová revelaría más tarde detalles adicionales.
Las promesas del pacto pasaron a la estirpe de Abrahán por medio de Isaac (Gé 26:2-4) y de Jacob. (Gé 28:13-15; 35:11, 12.) El apóstol Pablo dice que Cristo (el principal) y aquellos que están en unión con él son la verdadera “descendencia”. (Gál 3:16, 28, 29.)
Dios reveló el propósito y las consecuencias del pacto abrahámico, pues dijo que la descendencia prometida vendría por medio de Abrahán, que esta descendencia poseería la puerta de sus enemigos, que la descendencia de Abrahán por medio de Isaac sería muy numerosa e incontable para el hombre de aquel tiempo, que el nombre de Abrahán sería engrandecido, que la descendencia poseería la Tierra Prometida y que todas las familias de la Tierra se bendecirían por medio de la descendencia. (Véanse los textos de Génesis citados anteriormente.) El cumplimiento literal de estos detalles tipificó el cumplimiento mucho mayor por medio de Cristo. Pablo añade más información en cuanto a la naturaleza simbólica y profética de los términos de este pacto cuando dice que Abrahán, Sara, Isaac, Agar e Ismael representaron un drama simbólico. (Gál 4:21-31.)
El pacto abrahámico es “un pacto hasta tiempo indefinido”. Sus términos exigen que se extienda hasta que se haya consumado la destrucción de todos los enemigos de Dios y la bendición de las familias de la tierra. (Gé 17:7; 1Co 15:23-26.)
Cuando Pablo comentó acerca del pacto abrahámico y el de la Ley, hizo referencia al principio que dice: “No hay mediador cuando se trata de una sola persona”, y añadió que “Dios es uno solo”. (Gál 3:20; véase MEDIADOR.) El pacto que Jehová hizo con Abrahán fue unilateral. Fue más bien una promesa, pues Jehová no le impuso condiciones de cumplimiento obligatorio que él tuviese que satisfacer a cambio de la realización de la promesa. (Gál 3:18.) Por consiguiente, no se requería un mediador. No obstante, el pacto de la Ley fue bilateral. Las partes integrantes fueron Jehová y la nación de Israel, y Moisés intervino como mediador. Los israelitas convinieron en los términos del pacto e hicieron una promesa sagrada de obedecer la Ley. (Éx 24:3-8.) Este pacto no invalidó el pacto abrahámico. (Gál 3:17, 19.)
Pacto de la circuncisión. El pacto de la circuncisión se hizo en el año 1919 a. E.C., cuando Abrahán tenía noventa y nueve años de edad. Jehová lo hizo con Abrahán y su descendencia natural. Todos los varones de la casa, entre ellos los esclavos, tenían la obligación de circuncidarse; todo el que se negara a hacerlo sería cortado de su pueblo. (Gé 17:9-14.) Más tarde, Dios declaró que el residente forastero que deseara comer la Pascua (y de este modo unirse a Israel como adorador de Jehová) debía circuncidar a los varones de su casa. (Éx 12:48, 49.) La circuncisión fue un sello de la justicia que Abrahán tuvo por fe mientras estaba en su estado incircunciso y fue una señal física de la relación de pacto con Jehová de los descendientes de Abrahán a través de Jacob. (Ro 4:11, 12.) Dios reconoció la circuncisión hasta el fin del pacto de la Ley, en el año 33 E.C. (Ro 2:25-28; 1Co 7:19; Hch 15.) Aunque la circuncisión física se realizaba bajo la Ley, Jehová mostró repetidas veces que a él le interesaba más su significado simbólico, pues aconsejó a Israel que ‘circuncidase el prepucio de sus corazones’. (Dt 10:16; Le 26:41; Jer 9:26; Hch 7:51.)
-