-
ArabiaPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
-
-
Tribus árabes. Con el tiempo, Arabia llegó a ser el hogar de muchas de las familias que se formaron después del Diluvio mencionadas en el capítulo 10 de Génesis. En la rama semita, Joqtán engendró a los cabezas de unas trece tribus árabes, mientras que parece ser que tres de los descendientes de Aram —Uz, Guéter y Mas— se asentaron en el N. de Arabia y en el desierto de Siria. (Gé 10:23, 26-29.) Los ismaelitas, que habitaban en tiendas, se encontraban desde la península del Sinaí hasta Asiria, pasando por el N. de Arabia. (Gé 25:13-18.) Los madianitas se establecieron principalmente en la parte NO. de Arabia, justo al E. del golfo de ʽAqaba (Gé 25:4), en tanto que los descendientes de Esaú se instalaron en la región montañosa de Edom, al SE. del mar Muerto. (Gé 36:8, 9, 40-43.) De la rama camita, parece ser que varios descendientes de Cus —entre ellos Havilá, Sabtá, Raamá, con sus hijos Seba y Dedán, y Sabtecá— ocuparon sobre todo la parte meridional de la península arábiga. (Gé 10:7.)
También se hace mención de varias tribus de Arabia en antiguas inscripciones asirias y babilonias. Salmanasar III menciona a “Gindibuʼ de Arabia”. En las inscripciones de Tiglat-piléser III aparecen los nombres de Zabibe y Samsi como reinas árabes. Una inscripción del rey Sargón II dice: “Samsi, reina de Arabia (e) Itʼamar la sabea”. Otras inscripciones cuneiformes se refieren a los sabai, los nabaiti, los qidri, los idibaili, los masai y los temai. (Compárese con Gé 25:3, 13-15.)
Referencias bíblicas. Uno de los cuatro reinos antiguos más importantes de Arabia meridional, Hadramaut, suele ser identificado con el Hazarmávet de Génesis 10:26. El centro de aquel reino, cuya capital estaba en Shabwa, fue Wadi Hadramaut, un prolongado valle que discurre paralelo a la costa S. de Arabia. Otros nombres de lugares que el texto bíblico ubica en Arabia son: Dedán, Temá, Dumá y Buz. (Isa 21:11-14; Jer 25:23, 24.)
Al emigrar de Ur de los caldeos a la tierra de Canaán, Abrahán bordeó Arabia. Más tarde, cuando tuvo que bajar a Egipto, es probable que atravesara Arabia —en concreto la parte septentrional de la península del Sinaí—, más bien que seguir la ruta a lo largo de la costa mediterránea, y repitió ese trayecto en el viaje de regreso. (Gé 12:10; 13:1.) Asimismo, el drama del libro de Job tiene lugar en la tierra de Uz, en la Arabia septentrional (Job 1:1), y los merodeadores sabeos que atacaron la propiedad del “más grande de todos los orientales” seguramente formaban parte de una tribu árabe descendiente de Joqtán. (Job 1:3, 15; Gé 10:26-28.) De igual manera, parece que tanto los tres “consoladores” de Job como Elihú fueron desde diferentes regiones de Arabia. (Job 2:11; 32:2.) También Moisés pasó cuarenta años en Arabia, residiendo temporalmente con Jetró el madianita. (Éx 2:15–3:1; Hch 7:29, 30.)
-
-
ArabiaPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
-
-
El reino de Himyer, que controló Arabia meridional alrededor del año 115 a. E.C., tuvo su capital en Zafar (en opinión de algunos, la Sefar mencionada en Génesis 10:30). Al N., los nabateos (posiblemente los descendientes del Nebayot de Génesis 25:13), con su capital en Petra, en las gargantas rocosas de Edom, se hicieron poderosos a partir del siglo IV a. E.C., y con el tiempo extendieron su control por el S. del Négueb y, hacia el N., por Moab y la región del E. del Jordán. Gobernaron sobre Damasco durante algunos años del siglo I a. E.C. y, nuevamente, en el siglo I E.C. A su rey Aretas IV (c. 9 a. E.C.-40 E.C.) se le menciona en 2 Corintios 11:32 en relación con la fuga de Pablo de Damasco, suceso narrado en Hechos 9:23-25. Herodes Antipas se casó con la hija de Aretas IV, pero se divorció de ella para casarse con Herodías. (Mr 6:17; véase ARETAS.)
-
-
ÁrabePerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
-
-
Un número considerable de tribus árabes era de origen semítico, descendientes de Sem por medio de Joqtán; otras procedían del linaje de Cam mediante su hijo Cus. (Gé 10:6, 7, 26-30.) También se establecieron en Arabia algunos de los descendientes de Abrahán por Agar y Queturá, como los hijos de Ismael, quienes “se pusieron a residir desde Havilá cerca de Sur, que está enfrente de Egipto, hasta Asiria”. (Gé 25:1-4, 12-18.) Lo mismo es cierto de la prole de Esaú, que se afincó en la región montañosa de Seír, de modo que quedó comprendida en la amplia clasificación de pueblos árabes. (Gé 36:1-43.)
La mayoría de los árabes llevaban una vida nómada dedicada al pastoreo, y habitaban en tiendas de campaña. (Isa 13:20; Jer 3:2.) Sin embargo, hubo otros que se dedicaron al comercio, y se dice de algunos que fueron mercaderes empleados por Tiro. (Eze 27:21.) Los siervos de Dios tuvieron relación con ellos en numerosas ocasiones. Los mercaderes madianitas que iban camino de Egipto y a quienes se vendió a José eran árabes, al igual que los sabeos provenientes del S. de Arabia que saquearon el ganado y las asnas de Job. (Gé 37:28; Job 1:1, 15.) En el transcurso de sus cuarenta años de vagar por el desierto, los israelitas se relacionaron con los adoradores de Baal, los madianitas, con resultados nefastos para ellos. (Nú 25:6, 14-18.) Ya en el período de los jueces, hordas de árabes montados en camellos hicieron incursiones continuas contra Israel por siete años, hasta que el juez Gedeón les infligió una severa derrota. (Jue 6:1-6; 7:12-25.)
-