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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1964 | 15 de julio
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Preguntas de los lectores
● ¿Sería una violación de las Escrituras el que un cristiano permitiera que un veterinario le administrara transfusiones de sangre a un animal doméstico? Y ¿qué hay de alimento para los animales? ¿Se puede usar si hay alguna razón para creer que contiene sangre? También, ¿se permite usar abono que contenga sangre?
El salmista declaró en Salmo 119:97: “¡Cómo amo tu ley, sí! Durante todo el día es mi interés.” Tal amor para la ley de Dios y un interés en ella seguramente hará que un siervo dedicado de Dios evite cualquier y toda violación de la ley de Dios. La ley de Dios sobre la sangre es muy clara. La sangre no se debe usar como alimento y, cuando se extrae del cuerpo, debe ser derramada sobre la tierra. (Gén. 9:3, 4; Lev. 3:17; Deu. 12:16, 23, 24; Hech. 15:20, 28, 29) Los cristianos ciertamente no querrán hacer nada que sea una violación de la ley de Jehová sobre la sangre. El amor a Dios y a las leyes y principios justos de su Palabra exige en ellos esta respuesta en asuntos concernientes a la sangre.
Puesto que la ley de Dios sobre la sangre no ha sido cambiada a través de los siglos, los cristianos hoy día reconocen que están obligados por ella. Nótese, sin embargo, que no es el temor de alguna represalia lo que les mueve a cumplir con la ley de Jehová sobre la sangre. Ellos no obedecen la ley de Dios simplemente porque la violación pudiera resultar en que la congregación cristiana de la cual ellos son parte les impusiera sanciones. Ellos aman lo que es correcto. Además, por su amor a la ley de Dios no se inventarán razones carentes de verdadero fundamento ni buscarán maneras por las cuales parezca posible circunscribirla con aparente impunidad.
¿Cómo, entonces, tenemos que contestar la pregunta de si sería una violación de las Escrituras el que un cristiano permitiera que un veterinario administrara transfusiones de sangre a un animal doméstico? Positivamente, el hacerlo sería una violación de las Escrituras. El usar sangre para propósitos de transfusión, aun en el caso de un animal, sería incorrecto. La Biblia muestra muy claramente que la sangre no se debe comer. No se debe introducir en el cuerpo, por lo tanto, para edificar las fuerzas vitales del cuerpo, ni en el caso de humanos ni en el caso de un animal doméstico ni ningún animal que estuviera bajo la jurisdicción del cristiano.
En armonía con esto, seguramente un padre cristiano no podría aducir razones falsas al efecto de que el animal pertenece a un niño que es menor y por eso este niño no bautizado pudiera, por cuenta propia, autorizar a un veterinario a administrar la sangre. No. Los padres bautizados llevan la responsabilidad, porque los padres tienen autoridad sobre el niño y sobre el animal y deben controlar todo el asunto. Esa es la obligación de los padres ante Dios.—Ecl. 12:13, 14; Sant. 4:17.
¿Qué hay del alimento para los animales? ¿Se puede usar si hay razón para creer que contenga sangre? En lo que concierne al cristiano, la respuesta es No, según los principios ya mencionados. Por lo tanto, si un cristiano llega a saber que hay componentes de sangre alistados en el rótulo del envase del alimento para perros o de algún otro alimento para animales, él no podrá con buena conciencia dar ese producto a cualquier animal sobre el cual tenga jurisdicción. Él no podría concluir que se le podría excusar por hacer eso, porque esto no sería un caso de un animal que matara a otro y se comiera la sangre de la otra criatura. No, esto sería un acto directo de parte del cristiano, uno que lo haría responsable de alimentar con sangre a un animal doméstico u otro animal que le perteneciera.
Por supuesto, si en el rótulo del envase del alimento para animales no hay indicaciones de que el producto contenga sangre, el cristiano pudiera concluir que puede usarlo. Todavía su conciencia quizás le molestara. En este caso debe aliviar su conciencia por medio de hacer una investigación razonable y actuar según la información que reciba, porque el cristiano seguramente desea tener una buena conciencia ante Dios.—1 Ped. 3:21.
Pero, ¿qué hay del abono que contenga sangre? Uno que desea mostrar respeto a la ley de Dios sobre la sangre no lo usaría. Es verdad que, según la ley de Moisés, cuando la sangre se sacaba del cuerpo tenía que derramarse en tierra y entonces ser tapada con tierra. (Lev. 17:13, 14) El objetivo era, no obstante, que la sangre no debería servir para algún propósito útil al disponerse de ella de esta manera. No se ponía en la tierra con la idea de que sirviera como abono para el campo. Por consiguiente, ningún agricultor cristiano hoy podría apropiadamente derramar sangre sobre sus campos para abonar el terreno, ni usaría abono comercial que contuviera sangre. Tal uso de la sangre sería hacer ganancia comercial con algo que Dios se ha reservado para sí mismo. Sería una violación de la Palabra de Dios.
A los siervos de Jehová se les ha dicho, en las Escrituras, lo que se debe hacer con la sangre. Por lo tanto ellos saben que Jehová los consideraría responsables por cualquier mal uso de sangre sobre la cual tengan dominio. Aun más; debido a que ellos aman a Dios, ellos se sienten impulsados a observar las leyes y principios de su Palabra. Así, ellos se sienten impulsados a guardar la ley de Jehová sobre la sangre aun en aspectos que podrían parecer insignificantes para algunos. Ellos no miran el cumplir con ella como un impedimento, porque ellos recuerdan las palabras de 1 Juan 5:3, donde dice: “Pues esto es lo que el amor de Dios significa: que observemos sus mandamientos; y, sin embargo, sus mandamientos no son gravosos.”
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Textos diarios para agostoLa Atalaya 1964 | 15 de julio
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Textos diarios para agosto
16 Ustedes son la luz del mundo. No se puede esconder una ciudad cuando está situada sobre una montaña.—Mat. 5:14. A 15/2/63 46, 47
17 El quinto derramó su tazón sobre el trono de la bestia salvaje. Y su reino se oscureció, y empezaron a roerse las lenguas de dolor, pero blasfemaron al Dios del cielo por sus dolores y por sus úlceras, y no se arrepintieron.—Rev. 16:10, 11. A 15/5/64 11
18 Paguen de vuelta a César las cosas de César, pero a Dios las cosas de Dios.—Mar. 12:17. A 15/6/63 14a
19 El reino de Dios no significa el comer y el beber, sino justicia y paz y gozo con espíritu santo.—Rom. 14:17. A 15/9/63 11a
20 Con toda forma de oración y ruego . . . [ocúpense] en orar en toda ocasión en espíritu.—Efe. 6:18. A 15/7/63 8-10a
21 Recuerda, ahora, a tu magnífico Creador en los días de tu juventud como hombre, antes que procedan a venir los días calamitosos.—Ecl. 12:1. A 1/11/63 15
22 El amor edifica.—1 Cor. 8:1. A 1/12/63 19a
23 Cante yo a Jehová, . . . Jehová es persona varonil de guerra.—Éxo. 15:1, 3. A 15/3/64 51, 52
24 Exactamente como Nemrod un poderoso cazador en oposición a Jehová.—Gén. 10:9. A 15/2/64 12, 14
25 Amaste la justicia, y odiaste el desafuero. Por eso Dios, tu Dios, te ungió con el aceite de alborozo más que a tus socios.—Heb. 1:9. A 1/9/63 5a
26 Los reunieron en el lugar que en hebreo se llama Har–Magedón.—Rev. 16:16. A 15/5/64 12
27 Tu palabra es una lámpara para mi pie, y una luz para mi calzada.—Sal. 119:105. A 15/7/63 10, 11
28 Tú, sin embargo, continúa en las cosas que aprendiste y fuiste persuadido a creer.—2 Tim. 3:14. A 1/5/64 10, 11
29 Háganse bondadosos los unos con los otros, tiernamente compasivos, libremente perdonándose unos a otros así como Dios también por Cristo libremente los perdonó a ustedes.—Efe. 4:32. A 1/7/63 11-13a
30 Hállense persistiendo en la oración, permaneciendo despiertos en ella con acción de gracias.—Col. 4:2. A 15/7/63 10, 11a
31 Por eso se le dio el nombre de Babel, porque allí Jehová había confundido el lenguaje de toda la tierra, y Jehová los había dispersado desde allí sobre toda la superficie de la tierra.—Gén. 11:9. A 1/6/64 25
Explicación para el encuentro del comentario sobre estos textos: Los números a continuación de la fecha de la Atalaya se refieren a los párrafos en el primer artículo del estudio. Cuando hay una “a” después del número del párrafo, el comentario se hallará en el segundo artículo del estudio; cuando se muestra una “b,” se refiere al tercer artículo del estudio.
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MINISTERIO DEL CAMPO
Todos los testigos de Jehová aprecian la asociación con compañeros cristianos mientras participan en el servicio de Jehová. Es fortalecedor y produce estímulo mutuo. Además de eso, su ministerio es una fuente de estímulo a otros que anhelan conocer la Palabra de Dios. Para ayudar a estas personas, durante julio los testigos de Jehová ofrecerán el libro de 352 páginas “Santificado sea tu nombre,” junto con un folleto para estudiar la Biblia, por una contribución de 50c (moneda de E.U.A.).
TODAVÍA SE PUEDE IR
Para este tiempo las Asambleas “Fruto del espíritu” de los testigos de Jehová son un recuerdo acariciado para miles de personas. Pero para otros miles las perspectivas de las bendiciones espirituales que se han de derramar en estas asambleas todavía son del futuro. Todavía están por celebrarse muchas otras asambleas de esta serie en diferentes y esparcidas ciudades, y usted también puede participar. Pero debe actuar rápidamente, si no ha hecho ya sus planes. Para detalles, escriba a Watchtower Convention, al cuidado de los publicadores de esta revista.
ESTUDIOS DE “LA ATALAYA” PARA LAS SEMANAS
23 de agosto: ¿De qué Dios es testigo usted? Página 424.
30 de agosto: ¿De qué Dios es testigo usted?, Parte dos. Página 431.
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