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Viajando sobre el aire... en aerodeslizador¡Despertad! 1974 | 22 de febrero
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Viajando sobre el aire... en aerodeslizador
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en las Islas Británicas
EL 30 de abril de 1966, dos aerodeslizadores (Hovercraft), cada uno con la capacidad de transportar treinta y ocho personas, establecieron una nueva conexión entre Inglaterra y el continente de Europa. Las embarcaciones ni navegaron a través del estrecho de Dover (parte del canal de la Mancha) como los barcos ni volaron muy por arriba del agua como los aeroplanos. En vez de eso, cada una atravesó los cuarenta y cinco kilómetros deslizándose sobre un colchón de aire.
En la actualidad, en muchos viajes de ida y vuelta durante la temporada atareada, los más recientes aerodeslizadores transportan doscientos ochenta y dos pasajeros y treinta y ocho automóviles por la misma ruta a una velocidad crucero de 96 kilómetros por hora.
Experimento con latas de café
Hace unos veinte años un ingeniero electrónico hizo un tosco modelo experimental con la ayuda de dos latas de café vacías, una un poco más pequeña que la otra, y un pequeño ventilador industrial muy parecido a un secador de cabello casero. El ingeniero, Christopher Cockrell, tomó la lata más grande y le hizo un agujero en su base solo lo suficientemente grande como para insertar la punta del ventilador industrial. A continuación, fijó la lata más pequeña dentro de la lata más grande de manera que quedó un resquicio entre las dos paredes. Ahora, con las bases de las latas frente a frente, cualquier aire que fuera soplado por la punta del ventilador tendría que desviarse hacia abajo por entre el resquicio entre los costados de las latas para emerger como una cortina de aire en forma de anillo, de solo una fracción de un centímetro de espesor.
Se fijó el artificio en un soporte para poder dirigir la cortina de aire a presión hacia uno de los platillos de una balanza doméstica de cocina. Cockrell así tenía un método tosco para medir la presión del aire que salía de las latas. Como había esperado, la presión de aire que salía del ventilador industrial se había más que triplicado durante su paso por el resquicio. De esto, Cockrell llegó a la conclusión de que si una cortina de aire producida de ese modo, era dirigida sobre una base sólida, no solo soportaría el peso de la unidad productora sino también una carga adicional. Lo que es más, si se le pudiera agregar un método de propulsión, la unidad, más una carga, se desplazaría con bastante seguridad en cualquier dirección sobre un colchón de aire controlado. Esto señaló el nacimiento del vehículo de colchón de aire (ACV), de los cuales se originaron los aerodeslizadores, hovercraft, y muchos otros artefactos.
Perfeccionamiento
En 1959 la Corporación para el Desarrollo de la Investigación Nacional (NRDC), un cuerpo patrocinado por el gobierno inglés para llevar a la etapa de fabricación cualquier invento promisorio, mostró interés en el principio del ACV. Pronto la NRDC puso en marcha una compañía para controlar el proyecto y se concedió un contrato de fabricación, lo que resultó en la construcción del primer aerodeslizador del mundo. Esta embarcación fue botada en East Cowes en la isla Wight. Pesaba tres toneladas y media y tenía un motor de 435 caballos de fuerza, que suministraba no solo el colchón de aire sino también los medios de propulsión por medio de propulsores auxiliares ubicados a lo largo de los costados de la nave.
El aerodeslizador inicialmente fue probado sobre tierra, pero dentro de un mes también se llevaron a cabo pruebas marítimas, y los pasajeros en el transbordador Solent que va desde Southampton a la isla de Wight un día quedaron asombrados al ver que un artefacto de extraña apariencia los pasaba a la sorprendente velocidad de 40 k.p.h.
Hubo que hacer modificaciones, pues el artefacto original resultó ser inestable encima de obstáculos (olas e irregularidades del terreno) mayores de cuarenta y cinco centímetros de alto. Con el tiempo, se aseguró alrededor del fondo del artefacto un faldón flexible segmentado para retardar el escape de aire de la propulsión. Esto no solo aumentó la eficacia del sello de aire sino que dio el impulso extra que se necesitaba para salvar obstáculos mayores. De hecho, el faldón llegó a ser uno de los más importantes factores en el perfeccionamiento de los aerodeslizadores, que los transformó de algo más que un juguete elaborado a un provechoso medio de carga capaz de transportar grandes cargas.
Otros usos
Desde su descubrimiento el principio del vehículo sobre el colchón de aire ha sido perfeccionado en muchas direcciones. Por ejemplo, el aerodeslizador transportador de cargas ha hecho posible cargar grandes pesos sobre una plataforma sostenida por un colchón de aire, engancharla a un vehículo remolcador convencional y transportar la carga a otra ubicación. En julio de 1967 dos gigantescos tanques de almacenamiento en un almacén cerca de Manchester, Inglaterra, cada uno con un peso de 70 toneladas y 15 metros de diámetro, fueron trasladados ciento ochenta metros a una nueva ubicación por medio de este método. El aire, que se bombeó a un transportador de carga sostenido por un colchón de aire hasta que la presión llegó a trescientos kilos por metro cuadrado, levantó cada tanque diecisiete centímetros del suelo. La mudanza fue suave a pesar de que el camino fue en zig-zag.
En la actualidad, por medio de este mismo método se trasladan transformadores que pesan doscientas toneladas a lo largo de caminos públicos sin necesidad de que se refuercen los puentes debido a su peso. En una escala menor, las aeroplataformas deslizantes se usan con regularidad para mover cargas pesadas en fábricas y almacenes.
La profesión médica ha adoptado el principio ACV a su propio uso especializado. En junio de 1967 un artículo en el periódico médico británico The Lancet contó de dos pacientes gravemente quemados que fueron tratados con buen éxito sobre una cama de aire, la cual se puede describir mejor como un aerodeslizador puesto boca abajo.
La cama de aire tiene un marco rígido con una bolsa recubierta de nilón suspendida por dentro. La parte superior de la bolsa tiene dos hileras de bolsas parecidas a dedos similar al faldón segmentado del aerodeslizador. El aire caliente esterilizado, que se bombea en la bolsa hasta la presión de 1/24 a 1/16 de kilo por centímetro cuadrado, infla los “dedos,” los cuales forman un sello por medio de encontrarse en el centro del lado superior.
Cuando se pone al paciente sobre la cama su cuerpo pasa a través de los extremos de los dedos inflados. Entonces queda suspendido solo por el colchón de aire debajo, y los “dedos” forman un sello siguiendo automáticamente el contorno de su cuerpo.
Uno de los dos pacientes tenía gravemente quemada más de la tercera parte de su cuerpo, y el otro solo su lado derecho. Al primer paciente se le acostó sobre la cama de aire por quince horas, y al segundo por seis horas. Cada uno tenía extensas zonas que goteaban en su cuerpo, pero en ambos casos las quemaduras se secaron rápidamente. La cama de aire ha sido responsable por el alivio de una gran cantidad de sufrimiento desde su primera aparición.
Bienvenido a bordo
Muchas personas han hecho uso del servicio de pasajeros del aerodeslizador. ¿Lo ha hecho usted? ¿Por qué no nos acompaña en un viaje? Una atenta azafata está a mano para dar atención personal, guiándonos a nuestros asientos, explicando los procedimientos del chaleco salvavida y mostrándonos cómo y dónde poner nuestro equipaje de mano. Ahora ha llegado el momento para el vuelo en sí.
La primera indicación de movimiento viene inmediatamente después que los motores se han calentado. Sentimos un ascenso casi imperceptible cuando la nave se alza sobre su colchón de aire. El aerodeslizador ya no está en contacto con la superficie y permanecerá en suspensión hasta que llegue a su destino. Ahora la nave se mueve hacia adelante tan suavemente que solo una viva espuma de rocío que se escapa de sus costados indica que se ha trasladado desde la tierra al mar.
Puesto que el mar está calmo hoy, el aerodeslizador tomará la ruta directa desde la bahía de Pegwell a Calais, Francia. Esto implica cruzar las Arenas Goodwin, que yacen aproximadamente de norte a sur a lo largo del estrecho de Dover. Traicioneras para las embarcaciones convencionales de superficie, especialmente cuando están sumergidas apenas debajo del agua, no presentan ningún problema a un ACV anfibio. En tiempo malo el aerodeslizador cambia su curso levemente por medio de navegar muy cerca de la costa en las aguas costeras más calmas por tanto como sea posible y entonces haciendo una carrera recta a través del mar en el punto más corto entre las dos costas.
En los cuarenta minutos que lleva cruzar el estrecho de Dover hay tiempo para pensar. ¿Qué pasa si los motores fallan? ¿Se hundirá el aerodeslizador? ¿Chocará a alta velocidad con otras embarcaciones en éstas las más concurridas rutas marinas del mundo? Una mirada al folleto que describe el vuelo es reanimadora. En el caso improbable de que todos los motores fallen simultáneamente, la embarcación está diseñada para flotar sobre sus tanques flotadores. Aun con un solo motor funcionando puede proseguir a tierra a velocidad reducida. Pero, ¿qué hay acerca de todos los otros barcos que viajan a través del camino del aerodeslizador? Se provee al capitán con información constante de la posición de la nave mientras que el segundo oficial hace funcionar dos radares marinos, los cuales revelan la posición de todas las otras embarcaciones en la vecindad, aun con niebla espesa.
Al arribar a Calais, en la costa francesa, el aerodeslizador abandona el agua y se desliza sobre la plataforma de aterrizaje. Sin saltos, ni chirríos de frenos, solo con un suspiro satisfecho, como acomodándose en un cómodo sillón, mientras se dispersa el colchón de aire.
Termina así el vuelo en la más nueva forma de transporte del mundo. Se ha cruzado la tierra y el mar viajando sobre un colchón de aire.
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Visión estereoscópica¡Despertad! 1974 | 22 de febrero
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Visión estereoscópica
● El cerebro puede formar solo una imagen aunque lo que vemos entra a través de los ojos. Esta habilidad para formar una imagen aunque los dos campos de la visión se sobreponen se llama visión binocular o visión estereoscópica. Para demostrar el valor de ésta, cierre ambos ojos y que alguien sostenga una pluma o un lápiz a unos sesenta centímetros de distancia. Entonces extienda el brazo desde su costado señalando con el dedo índice. Ahora, abra un ojo y al primer movimiento trate de tocar la mismísima punta de la pluma o el lápiz. Unas cuantas pruebas demostrarán el valor de la visión estereoscópica, o la habilidad para juzgar la profundidad.
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