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  • ¿Quiénes serán resucitados de entre los muertos?
    La Atalaya 1965 | 1 de agosto
    • 33. (a) ¿Por qué es la clase del “esclavo malo” más culpable que los hipócritas fuera de la casa del Señor? (b) ¿Con qué otras clases representadas en las parábolas de Jesús se identifica a este esclavo?

      33 El Señor Jesucristo sorprende al “esclavo malo” en medio de tal mala conducta. Lo castiga “con la mayor severidad” y lo echa de la casa y lo pone entre los hipócritas religiosos, donde pertenece esta clase del “esclavo malo.” Por haber estado en la casa real del Señor y habérsele confiado sus bienes espirituales valiosos, la clase de cristianos del “esclavo malo” es aun más culpable que los hipócritas fuera de la casa. También son culpables de ser traidores a sus fieles hermanos cristianos, así como Judas Iscariote lo fue para con el Señor Jesucristo. Ellos no tendrán resurrección así como no la tendrá Judas. Idéntico o incluido con la clase del “esclavo malo” se halla el “esclavo inicuo e indolente” con un talento de su Señor, como se representa en la parábola de Jesús en Mateo 25:15, 16, 22-30; también, el “esclavo inicuo” que rehusó negociar con la mina de su Señor, como Jesús lo describe en Lucas 19:13, 20-27. La Santa Biblia no deja ninguna esperanza para la resurrección de éstos a la vida celestial.

  • Parte dos
    La Atalaya 1965 | 1 de agosto
    • Parte dos

      1, 2. (a) ¿Qué cristianos infieles mencionó Pablo en 1 Timoteo 1:18-20? (b) ¿Qué oportunidad habían perdido éstos?

      ALLÁ en los días del apóstol Pablo hubo cristianos dedicados que perdieron toda oportunidad de una resurrección espiritual a la gloria celestial y al poder con el Señor Jesucristo. Pablo indica cómo se efectuó esto cuando escribió a Timoteo:

      2 “Este mandato te encargo, hijo, Timoteo, de acuerdo con las predicciones que condujeron directamente a ti, que por éstas sigas guerreando el guerrear excelente; manteniendo la fe y una buena conciencia, la cual algunos han echado a un lado y han experimentado naufragio respecto a su fe. Himeneo y Alejandro pertenecen a éstos, y los he entregado a Satanás para que se les enseñe por disciplina a no blasfemar.”—1 Tim. 1:18-20, NM; Ro.

      3, 4. (a) ¿Por qué no significa eso que se esperaba que estos dos hombres fueran restablecidos en la congregación? (b) ¿Quiénes, entonces, recibieron la disciplina en conexión con esto?

      3 Esto no quiere decir que Himeneo y Alejandro finalmente aprendieron una lección y dejaron de blasfemar y se les trajo de vuelta a la congregación y se les rescató de las garras de Satanás. Esto no podría ser, puesto que aquellos dos cristianos dedicados y bautizados habían echado a un lado la fe cristiana y una buena conciencia y habían sufrido el naufragio de su fe de modo que ésta se hundió en el mar de la destrucción.

      4 Al ser expulsados de la fiel congregación cristiana estos dos hombres no aprendieron ninguna disciplina correctiva. La amada congregación fiel recibió la disciplina, aprendiendo a evitar a estos dos hombres que habían naufragado espiritualmente y a no tener nada que ver con ellos, dejándolos enteramente a Satanás, al cual Pablo, con autoridad apostólica, los había entregado. Mediante la expulsión necesaria de estos dos hombres que habían perdido la fe y una buena conciencia la congregación leal fue disciplinada a temer el emprender el proceder de Himeneo y Alejandro para que ellos mismos no sufrieran la misma ruina para su vida cristiana y no fueran expulsados, entregados a Satanás.

      5, 6. (a) Según 2 Timoteo 2:16-19, ¿en qué yacía el error de Himeneo? (b) ¿Por qué tuvo que renunciar la congregación a Himeneo y Fileto, y cómo enseñaron estos hombres que la resurrección había pasado?

      5 El apóstol Pablo da información adicional en cuanto a Himeneo y muestra en qué yacía su error cuando más tarde le escribió a Timoteo como sigue: “Evita las vanas palabrerías que violan lo que es santo; porque avanzarán a más y más impiedad, y su palabra se esparcirá como gangrena. Himeneo y Fileto son de ese grupo. Estos mismos se han desviado de la verdad, diciendo que la resurrección ya ha ocurrido; y están subvirtiendo la fe de algunos. Con todo, el fundamento sólido de Dios queda en pie, teniendo este sello: ‘Jehová conoce a los que le pertenecen,’ y: ‘Que renuncie a la injusticia todo el que nombra el nombre de Jehová.’”—2 Tim. 2:16-19.

      6 Himeneo y Fileto ya no pertenecían a Jehová, sino que fueron entregados a Satanás mediante expulsión de la congregación cristiana de Jehová. A los fieles cristianos se les llamaba por el nombre de Jehová como un “pueblo para su nombre” y ellos mencionaban ese nombre divino en sus reuniones de congregación y en la predicación afuera. (Hech. 15:14-18) Por esa razón tuvieron que renunciar a tales cristianos falsos como Himeneo y Fileto, como llenos de injusticia. Aquellos hombres tenían sus propias ideas en cuanto a la resurrección. Enseñaban que “la resurrección ya ha ocurrido” en su día; evidentemente esto fue por su enseñanza de que la resurrección simplemente era espiritual, de una clase simbólica, y que los cristianos dedicados ya habían recibido su resurrección y que esto era todo lo que se incluía en el asunto y que no había más resurrección en el futuro bajo el reino mesiánico de Dios.

      7. ¿Qué se ejecutó sobre ellos al morir, y por qué?

      7 Himeneo y Fileto ya habían subvertido la fe de algunos miembros de la congregación mediante tal enseñanza de la resurrección. Sea que en esa misma conexión estuviesen enseñando la doctrina griega pagana de la inmortalidad del alma humana o no, Pablo no lo dice. Sin embargo, esos subversores desalmados de la fe de los creyentes cristianos estaban pecando voluntariosamente después de haber llegado a un conocimiento exacto de la verdad, aun en asociación con el apóstol Pablo. Por consiguiente cuando murieron se ejecutó sobre ellos el “juicio del Gehena.” No tendrán resurrección.

      8, 9. ¿A qué punto da énfasis Pablo en 1 Timoteo 6:9, 10, 20, 21?

      8 Los cristianos que se permiten ser inducidos a acumular riquezas materiales y a adquirir mucho conocimiento o “ciencia” mundano ponen en peligro su oportunidad de una resurrección y de vida en el justo sistema de cosas por venir. No somos salvos mediante las riquezas y la “ciencia” sino mediante la verdadera fe cristiana.

      9 Dando énfasis a este punto en la conclusión de su primera carta a Timoteo, el apóstol Pablo escribe: “Los que están determinados a ser ricos caen en tentación y en un lazo y en muchos deseos insensatos y dañinos, que precipitan a los hombres en destrucción y ruina. Porque el amor al dinero es raíz de toda suerte de cosas perjudiciales, y haciendo esfuerzos por realizar este amor algunos han sido descarriados de la fe y se han acribillado con muchos dolores. Oh Timoteo, guarda lo que ha sido depositado a tu cuidado, apartándote de las vanas palabrerías [como las de Himeneo y Fileto] que violan lo que es santo y de las contradicciones del falsamente llamado ‘conocimiento.’ Por ostentar tal conocimiento algunos se han desviado de la fe.”—1 Tim. 6:9, 10, 20, 21.

      10. (a) ¿Cómo se perjudican los que ostentan el “falsamente llamado ‘conocimiento’”? (b) Por lo tanto, ¿qué estamos resueltos a hacer?

      10 Los cristianos que desean ser ricos ceden a los deseos que “precipitan a los hombres en destrucción y ruina.” Los cristianos que tratan de obtener el “conocimiento” sin fe de este mundo lo ostentan para recibir gloria o para provecho mundano, pero se desvían de la fe cristiana. Ninguno de éstos deja base alguna para que Dios lo levante de entre los muertos por medio de Jesucristo. Hablando figurativamente, al morir son arrojados al Gehena. (Mar. 9:43-47) Nosotros, sin embargo, estamos resueltos a no imitarlos. Tenemos presentes las palabras de Hebreos 10:38, 39: “‘Pero mi justo vivirá a causa de la fe,’ y, ‘si se retrae, mi alma no se complace en él.’ Ahora bien, nosotros no

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