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  • ¿Hay un tiempo para juzgar?
    La Atalaya 1975 | 1 de julio
    • ¿sería amoroso el que ellos hablaran contra sus hermanos, que juzgaran sus acciones, motivos y modo de vivir por una norma que no se halla en la Biblia? Ciertamente que no. Más bien, las personas que juzgan así estarían elevándose por encima de la ley del amor que Dios da. (Mat. 22:36-40; Rom. 13:8-10) Estarían ‘juzgando esa ley,’ considerando que no les aplica.

      ¿Qué puede hacer que una persona se halle en la situación de juzgar incorrectamente a sus hermanos? Puede que les imponga su conciencia en asuntos estrictamente personales. Tal vez haga de sus propios gustos y manera de hacer las cosas la base para juzgar el valor y motivos de otros. Así pasa por alto el hecho de que las personas son muy diferentes y tienen diferentes necesidades, gustos y aversiones. Por lo tanto es vital que una persona tenga cuidado de no obtener una opinión ensalzada de sí misma. Ninguna criatura humana imperfecta puede constituirse como norma para juzgar a otros.

      A los cristianos también se les aconseja contra el juzgar a los incrédulos como individuos. El apóstol Pablo recordó a los cristianos de Corinto que “Dios juzga a los de afuera.” (1 Cor. 5:13) El pueblo devoto de Dios no tiene derecho de pronunciar sentencia sobre individuos fuera de la congregación e infligirles castigo. La admonición que aplica a los cristianos es: “No se venguen ustedes mismos, amados, sino cédanle lugar a la ira; porque está escrito: ‘Mía es la venganza; yo pagaré, dice Jehová.’”—Rom. 12:19.

      A este respecto, los cristianos pueden seguir el buen ejemplo del arcángel Miguel. Cuando disputaba con el Diablo acerca del cuerpo de Moisés, Miguel “no se atrevió a traer un juicio contra él en términos injuriosos, sino que dijo: ‘Que Jehová te reprenda.’” (Jud. 9) De este modo Miguel mostró la debida estimación y respeto a la posición de Jehová como Juez Supremo.

      Además, los cristianos no deben juzgar a otros y pensar que son demasiado pecaminosos para merecer el oír las “buenas nuevas” del reino de Dios. Saben que el deseo de Dios es que todos los hombres, si quisieran, lleguen a un conocimiento exacto de la verdad y consigan la salvación. (1 Tim. 2:3, 4) Por lo tanto, deben mostrar su amor a sus congéneres de manera imparcial esforzándose por alcanzar a todos con el mensaje confortante que contiene la Biblia.

      Así se ve claramente que los cristianos pueden hacer juicios o avalúos serios con referencia a personas solo cuando lo hacen sobre la base de la Biblia. El que ellos confiaran en opinión o preferencia personal podría resultar en que fueran juzgados adversamente por el Juez Supremo, Jehová Dios.

  • Preguntas de los lectores
    La Atalaya 1975 | 1 de julio
    • Preguntas de los lectores

      ● ¿Qué quiso decir el apóstol Pablo cuando dijo: “Cuando llegue lo que es completo, lo que es parcial será eliminado”?

      Estas palabras aparecen en un marco que pone de relieve el sobresaliente camino del amor. Leemos: “El amor nunca falla. Mas sea que haya dones de profetizar, serán eliminados; sea que haya lenguas, cesarán; sea que haya conocimiento, será eliminado. Porque tenemos conocimiento parcial y profetizamos parcialmente; pero cuando llegue lo que es completo, lo que es parcial será eliminado. Cuando yo era pequeñuelo, hablaba como pequeñuelo, pensaba como pequeñuelo, razonaba como pequeñuelo; mas ahora que he llegado a ser hombre, he eliminado las cosas características de pequeñuelo. Porque al presente lo que vemos son los contornos nebulosos por medio de un espejo de metal, pero entonces será cara a cara. Al presente conozco parcialmente, pero entonces conoceré con exactitud así como soy conocido con exactitud.”—1 Cor. 13:8-12.

      Así Pablo mostró que los dones milagrosos de profetizar, conocimiento y hablar en lenguas no eran permanentes. Habrían de cesar. Y cesaron. Evidentemente estos dones solo eran impartidos en la presencia de uno o más de los apóstoles que fueron escogidos directamente por Jesucristo. (Hech. 2:1, 4, 14; 8:9-20; 10:44-46; 19:6) De modo que con la muerte de estos apóstoles, pasó el impartir dones milagrosos.

      En vista de la naturaleza temporera de los dones milagrosos, Pablo estimuló a los cristianos en Corinto a seguir tras el camino permanente y sobresaliente del amor y a no considerar esos dones milagrosos como el mayor logro del cristiano.

      Aunque Pablo mismo estuvo dotado de dones milagrosos a un grado superior, reconoció que su conocimiento solo era parcial. (1 Cor. 13:1, 2; 14:18) Tendría que aguardar hasta la llegada de “lo que es completo” a fin de entender plenamente las cosas espirituales. En su propio caso esto no iba a suceder durante su vida en la Tierra. Sin embargo, al alcanzar su galardón celestial con el tiempo vería el cumplimiento de toda la profecía bíblica y llegaría a un conocimiento completo de la voluntad y propósito de Jehová revelados en la Biblia. De consiguiente, las palabras “cuando llegue lo que es completo” han de relacionarse con el tiempo en que las profecías de la Biblia así como la voluntad y propósito de Dios se entiendan plenamente.

      La llegada de “lo que es completo” no es sinónimo de ganar el galardón celestial. No hay nada en la Escritura que indique que Jesucristo revela todo a los miembros de su novia inmediatamente al entrar ellos en el cielo. Jesús mismo tuvo que esperar que su Padre diera a saber ciertos aspectos de Su propósito. Cuando estuvo en la Tierra, Jesús dijo del día y la hora para la ejecución de la venganza divina: “Respecto a aquel día o la hora, nadie sabe, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.” (Mar. 13:32) De modo similar, los que llegan a ser criaturas espíritus inmortales en los cielos no obtienen conocimiento completo hasta el tiempo debido de Dios para revelar el alcance pleno de su propósito. Esto también aplica a los siervos devotos de Dios en la Tierra.

      Hoy vivimos en el tiempo en que “lo que es completo” debe llegar. Los hechos físicos en cumplimiento de la profecía bíblica confirman que Jesucristo recibió autoridad real sobre el mundo de la humanidad en 1914 E.C. (Rev. 6:1-8) Con ese acontecimiento el “secreto sagrado” o “misterio” de Dios “quedó terminado,” en el sentido de que este acontecimiento quitó el aspecto ‘misterioso’ acerca de este reino. (Rev. 10:7; compare con Mateo 13:11; Lucas 8:10; Efesios 3:3-9; Colosenses 1:26, 27; 2:2; 4:3; 1 Timoteo 3:16.) Desde ese tiempo en adelante el pueblo de Dios ha estado recibiendo cada vez más conocimiento espiritual y entendimiento de las profecías. Esto está en armonía con Daniel 12:4: “En cuanto a ti, oh Daniel, haz secretas las palabras y sella el libro, hasta el tiempo del fin. Muchos discurrirán [en el libro], y el verdadero conocimiento se hará abundante.” De consiguiente, “lo que es completo” se refiere al entendimiento pleno del propósito de Dios que se revela en la Biblia. Siendo éste un tiempo para tal entendimiento aumentado de la Palabra de Dios y el cumplimiento de sus profecías, lo “que es completo” ha de estar cerca.

      ● ¿Qué quiso decir el apóstol Pablo cuando, al considerar el matrimonio, habló de haber “pasado la flor de la juventud”?

      Básicamente se refirió a haber pasado el tiempo en que el deseo sexual de uno ha florecido o se ha hecho fuerte por primera vez.

      En 1 Corintios 7:36 leemos: “Pero si alguno piensa que se está portando impropiamente para con su virginidad, si ésta ha pasado la flor de la juventud,a y ésta es la manera en que debe efectuarse, que haga lo que quiera; no peca. Que se casen.” Este consejo se puede apreciar mejor a la luz del contexto.

      Pablo acababa de señalar que el cristiano no casado está libre de las inquietudes concomitantes al estado casado. Así el cristiano que es soltero o soltera puede dar atención “al Señor sin distracción.” (1 Cor. 7:32-35) Sin embargo, en lo que toca a algunas personas solteras su deseo pasional pudiera ponerlas bajo tensiones y tentaciones peligrosas. Para el individuo en esa situación sería “mejor . . . casarse que estar encendido con pasión.” (1 Cor. 7:9) Pero Pablo indicó que había un factor que considerar antes de decidir que ésta era la situación de uno y que debería casarse.

      Quizás el deseo de uno sea simplemente el primer oleaje o florecimiento de pasión sexual, que uno pudiera controlar y permanecer soltero sin ‘arder’ o “estar encendido” de pasión. Pablo entendía que a medida que un muchacho o una muchacha pasa la pubertad un deseo sexual natural comienza a crecer. A medida que uno llega a ser adulto este deseo puede parecer bastante apremiante. Se necesita gobierno de uno mismo. Sin embargo, en vez de que el individuo concluya rápidamente que el tener un impulso sexual significa que definitivamente estaría en mejores circunstancias casado, el tiempo podría mostrar que le es posible al cristiano permanecer soltero con buen éxito sin estar atormentado por deseo.

      De modo que Pablo estaba aconsejando que uno considerara su situación y circunstancias. Si uno hubiese pasado el oleaje inicial del deseo

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