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¿Cómo ve usted la autoridad?La Atalaya 1972 | 15 de septiembre
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Dios hace esto es por medio del principio de la jefatura.
18. ¿Cómo ha arreglado Jehová el ejercicio de la autoridad? ¿Qué muestra esto acerca de Jehová?
18 El principio de la jefatura se ilustra en 1 Corintios 11:3: “Quiero que sepan que la cabeza de todo varón es el Cristo; a su vez la cabeza de la mujer es el varón; a su vez la cabeza del Cristo es Dios.” Cuando se ensancha para incluir a todas las criaturas inteligentes y sus actividades, este principio está difundido en el arreglo de Jehová para gobernar el universo, incluso nosotros aquí en la Tierra. Su arreglo demuestra un interés afectuoso de parte de él en Sus criaturas, no indiferencia ni frialdad. Es el interés de un padre amoroso para sus hijos. El apóstol Pablo escribió: “Dios está tratando con ustedes como con hijos. . . . porque a quien Jehová ama él disciplina.” (Heb. 12:6, 7) El ejercicio de autoridad por Jehová puede asumir la forma de disciplina o consejo que se necesita, como en el caso de un padre humano que administra éstos a sus hijos. Pero esto muestra que a él le importa, que está interesado y quiere lo mejor para aquel que recibe su dirección. Y contribuye a relaciones pacíficas con Dios y con el prójimo, como el apóstol, continuando, dice: “Después, a los que han sido entrenados por ella [la disciplina], da fruto pacífico, a saber, justicia.”—Heb. 12:11.
NECESIDAD DE AUTORIDAD CIVIL
19. (a) ¿Qué propósito sirven las autoridades civiles? (b) ¿Qué cosas recibimos de las autoridades civiles, y qué damos en pago?
19 Aunque el pleno beneficio del arreglo de Jehová para gobernar ha sido interrumpido temporalmente tocante a gobierno terrestre, él reconoce que tiene que existir alguna forma de autoridad hasta que su gobierno se restaure plenamente aquí. Por lo tanto, hallamos que a los cristianos se les dice que “estén en sujeción y sean obedientes a los gobiernos y a las autoridades [civiles existentes] como gobernantes” más bien que rebelarse contra ellos porque tienen imperfecciones. (Tito 3:1) Estas “autoridades” ayudan a mantener un grado de orden en la sociedad, sin el cual reinaría caos procedente de anarquía. En esto las autoridades reflejan los restos de la conciencia que Dios le dio al hombre. (Rom. 2:14, 15) Tienen la autoridad necesaria para sostener algún grado de orden en puntos como servicios públicos (saneamiento, abastecimiento de agua, correo, construcción de carreteras, educación); protección contra el crimen y fuego y protección judicial; medidas de socorro gubernamentales y legislación sobre seguridad (construcción, prevención de incendios, saneamiento, contaminación, alimentos, drogas, tráfico). En reconocimiento de estos beneficios, el cristiano da a las autoridades seglares sujeción relativa e impuestos. (Rom. 13:6, 7; Mar. 12:17) Como resultado, él puede, en su mayor parte, seguir “llevando una vida tranquila y quieta con plena devoción piadosa y seriedad” bajo hombres “que están en alto puesto,” las autoridades gubernamentales.—1 Tim. 2:2.
20. ¿Cómo ve el cristiano maduro la autoridad?
20 Por eso, ¿de qué modo ve el cristiano maduro la autoridad? Primero, comprende que se necesita para todo aspecto de su existencia. Ve en el ejercicio de ella por el Creador un interés amoroso en el bienestar de Sus criaturas. Reconoce ahora que las autoridades seglares sirven en el propósito general del Creador y que “están colocadas por Dios en sus posiciones relativas.” (Rom. 13:1, 2; Juan 19:11) Se da cuenta de que es preciso rendir sujeción relativa a la autoridad que ejercen los que están en varias fases de la vida seglar... el maestro, el patrono, el policía, el juez y el recaudador de impuestos. Continúa manteniendo este punto de vista piadoso a pesar de los evidentes abusos o faltas de parte de las autoridades presentes, pues comprende que “uno que es más alto que el alto está vigilando, y hay quiénes están muy por encima de ellos.” (Ecl. 5:8; Pro. 15:3) Permanece firme en la confianza de que la voluntad de Jehová es ejercer su autoridad amorosa por medio de “una administración al límite cabal de los tiempos señalados.” (Efe. 1:10) Espera el tiempo en que “toda autoridad . . . en el cielo y sobre la tierra” sea administrada por Jesús por medio de siervos cristianos fieles como los que actualmente están trabajando duro entre él y sus hermanos cristianos.—Mat. 28:18.
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Cómo su modo de ver la autoridad afecta su vidaLa Atalaya 1972 | 15 de septiembre
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Cómo su modo de ver la autoridad afecta su vida
1. ¿A qué grado afecta la vida de usted su modo de ver la autoridad, y cómo puede usted justipreciar cuál es su punto de vista?
LA MAYORÍA de sus relaciones con otras personas y la felicidad que usted obtiene de ellas son afectadas por la manera en que usted ve la autoridad. Esto afecta a las asociaciones familiares, religiosas y seglares que abarcan casi toda hora de cada día. Lo importante que debe recordarse en estas relaciones no es simplemente el hecho de que usted reconoce la autoridad, sino la manera en que usted ve esa autoridad. ¿La ve como necesaria y en muchos casos como una provisión amorosa para el bien de usted? O, ¿la considera como algo que ha de ser evitado si llega a ser inconveniente o contrario a lo que a usted le gustaría? Usted puede obtener un justiprecio claro de su modo de ver la autoridad repasando brevemente las partes de su vida que son afectadas, considerando situaciones que pueden surgir como resultado de la manera en que usted la vea. Se pueden dividir estas relaciones de modo general en dos grupos, las de afuera de la congregación cristiana y las de adentro. Las repasaremos por su turno.
AUTORIDAD GUBERNAMENTAL
2. (a) ¿Cómo se demuestra el punto de vista que uno tiene de la autoridad gubernamental? (b) ¿Cuál es el modo correcto de ver estas autoridades?
2 El punto de vista que uno tiene de la autoridad gubernamental por lo general se demuestra por el modo en que ve a los representantes del gobierno bajo el cual vive. Quizás tenga que tratar con representantes tales como policías, jueces, funcionarios gubernamentales, recaudadores de impuestos o maestros. Al tratar con dichas autoridades fuera de la congregación cristiana, se refleja el punto de vista correcto por medio de reconocer y aceptar el principio de la sujeción relativa. Hay una tendencia común de ver a las autoridades como si fueran inherentemente malas y por eso faltarles al respeto. A menudo esta falta de respeto se deja ver al no obedecer uno lo que parecen ser leyes innecesarias o injustas, como ciertas disposiciones reglamentarias del tráfico, o al participar en “pequeñas” improbidades en relación con los derechos aduanales y los impuestos. O puede asumir la forma de usar nombres vulgares derogatorios para policías y otros representantes del gobierno. Tocante a esta última práctica,
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