Beneficiándose personalmente de las leyes y principios de la Biblia
“También, tu propio siervo ha sido advertido por ellas; en guardarlas hay grande galardón.”—Sal. 19:11.
1. ¿Bajo qué ley viven hoy los cristianos, y por qué hay muchas semejanzas en la Ley dada a Israel?
HOY los seguidores de Jesucristo viven bajo la ley del sistema de cosas cristiano. Jesucristo administra la ley, no bajo el antiguo pacto de la ley de Israel, sino bajo el nuevo pacto que puso en operación la sangre derramada de Cristo. En los estatutos bajo el pacto de la ley mosaica hay muchas semejanzas con los del sistema de cosas cristiano. Esto ha de esperarse porque ‘la Ley era santa, y el mandamiento santo y justo y bueno.’ Era “espiritual.” (Rom. 7:12, 14) Y al tener una sombra de las cosas buenas por venir, la Ley Mosaica nos muestra el modo de pensar de Dios y su manera de tratar a su pueblo.—Heb. 10:1.
2. ¿Por qué necesitaban ayuda los judíos bajo la Ley, y qué ayuda proveyó Jehová?
2 Pero la Ley condenaba a la nación de Israel porque ésta violaba el pacto de Dios. Se dijo que estaban bajo una maldición por ella. (Gál. 3:10) Por esta mismísima razón Jesucristo murió en un madero de tormento. Por su muerte podía redimir a los judíos de la pecaminosidad que habían heredado de su antepasado Adán. Además, por la manera en que murió podía remover la maldición adicional que la Ley les imponía a los judíos por haberla violado. El apóstol Pablo, siendo él mismo judío, explica esto cuando dice: “Cristo por compra nos libró de la maldición de la Ley llegando a ser una maldición en lugar de nosotros, porque está escrito: ‘Maldito es todo aquel que es colgado en un madero.’” (Gál. 3:13; Deu. 21:23) Los sacrificios del día de expiación que se hacían cada año, dice el apóstol, santificaban al grado de la limpieza de la carne, pero no podían impartir a los judíos limpieza de conciencia.—Heb. 9:9, 13, 14.
LA LEY DEL SISTEMA CRISTIANO
3. ¿Son condenados los cristianos por la ley del sistema cristiano, o es más fácil guardarla? Explique.
3 ¿Son condenados de manera semejante los cristianos por la ley del sistema de cosas cristiano? ¿O es más fácil la ley cristiana, para que puedan vivir en conformidad con ella? ¡Ni una cosa ni la otra! La ley del sistema de cosas cristiano es de una norma aun más elevada, pues en Romanos 3:31 el apóstol Pablo escribe acerca de la fe cristiana y dice: “¿Abolimos ley, pues, por medio de nuestra fe? ¡Jamás suceda eso! Al contrario, establecemos ley.” Por medio de Cristo Jesús, Jehová restaura todas las cosas como se las propuso al principio, cuando consumó el matrimonio de Adán y Eva. Por ejemplo, bajo la ley judía se practicaba la poligamia, y se permitía el divorcio por otras razones además del adulterio. No era el tiempo de Dios para restaurar el matrimonio a su estado original. Jesucristo explicó que la Ley simplemente hizo una concesión a los judíos debido a la dureza de su corazón.—Mat. 19:7, 8.
4. ¿Qué promesa hizo hace mucho tiempo Jehová respecto a sus leyes?
4 Dios había prometido que con el tiempo haría posible que su pueblo guardara completamente sus leyes: “Ciertamente les daré un corazón nuevo, y un espíritu nuevo pondré dentro de ustedes, y ciertamente quitaré el corazón de piedra de su carne y les daré un corazón de carne. Y mi espíritu pondré dentro de ustedes, y ciertamente actuaré de modo que en mis disposiciones reglamentarias anden, y mis decisiones judiciales observen y realmente efectúen.”—Eze. 36:26, 27; Heb. 9:10.
NO CONDENACIÓN, SINO VIDA
5. ¿Cuál es la diferencia entre la situación de los cristianos y la de Israel de la antigüedad en cuanto a la ley de Dios?
5 ¿Cuál, entonces, es la diferencia entre la situación de los cristianos y la de los israelitas que estuvieron bajo la Ley Mosaica y fueron condenados por ella? Esta: estaríamos incapacitados desesperadamente en cuanto a guardar la ley de Cristo (que es la ley de Dios para los cristianos) si no fuese por el hecho de que él suministró para nosotros un mejor sacrificio que aquel para el cual se hicieron arreglos bajo la Ley Mosaica. (Heb. 9:23; 10:8-10) Mientras que, hasta el tiempo del Pentecostés, en 33 E.C., toda la humanidad estaba bajo el régimen de los ‘reyes’ pecado y muerte, ahora la bondad inmerecida de Dios rige como rey. (Rom. 5:14, 21) El sacrificio de Cristo suministra perdón de pecado para todos los que cifran fe en él, pues leemos en 1 Juan 2:2: “Él es un sacrificio propiciatorio por nuestros pecados, empero, no solo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.”
6. ¿Por qué no podía nadie guardar la Ley, pero cómo pueden guardar la ley de Cristo los cristianos?
6 Ahora bien, ningún hombre imperfecto bajo la ley perfecta que se manifestó por medio de Moisés podía guardarla. Como ilustración: quizás no cometiera asesinato o adulterio; quizás no fuese ladrón; pero el décimo mandamiento lo condenaría, porque prohibía el deseo incorrecto. El individuo jamás podría vencer la carne pecaminosa mediante sus propios esfuerzos. Bajo el pacto de la Ley, el espíritu de Dios funcionaba como ayuda a los hombres fieles en serle agradables a Él y en hacer la obra que les daba. Pero bajo la ley de Cristo se introduce la bondad inmerecida de Dios por medio del sacrificio de Cristo. Por medio de Cristo el cristiano realmente puede llegar a conocer a Dios y acercarse a él. (1 Juan 2:3, 4, 14; 4:8) El perdón de pecados le da una conciencia limpia. (Heb. 9:14; 1 Ped. 3:21) Realmente está en el camino a la vida. (Juan 17:3; 2 Tim. 1:10) El espíritu de Dios funciona de una manera que le ayuda a cambiar progresivamente su personalidad para acercarse más a la imagen de Dios.—Efe. 4:22-24; Col. 3:10.
7. ¿Qué ayuda proporciona hoy Jehová para que podamos guardar sus leyes?
7 Aunque no hay regla para toda acción suya, el cristiano tiene la ley de Dios escrita en su corazón y el espíritu de Dios mora en él a todo tiempo, ayudándole a discernir la manera correcta de proceder. El espíritu santo capacita al individuo a vencer los deseos de la carne. Cuando, debido a su pecaminosidad heredada, viola la ley de Dios, la bondad inmerecida y la misericordia entran en escena para perdonarlo por medio del sacrificio de Cristo. Así él mantiene una reputación limpia a todo tiempo delante de Dios. El cristiano sería condenado solo si llegase a ser un quebrantador deliberado, rebelde, de la ley de Dios. (Rom. 8:1-4) Por eso leemos lo siguiente en Hebreos 10:26-29: “Si practicamos el pecado voluntariosamente después de haber recibido el conocimiento exacto de la verdad, no queda ya sacrificio alguno por los pecados, sino que hay cierta horrenda expectativa de juicio y hay celo ardiente que va a consumir a los que se oponen. Cualquiera que ha desatendido la ley de Moisés muere sin compasión, por el testimonio de dos o tres. ¿De cuánto más severo castigo piensan ustedes que será considerado digno el que ha pisoteado al Hijo de Dios y que ha estimado como de valor ordinario la sangre del pacto por la cual fue santificado, y que ha ultrajado con desdén el espíritu de bondad inmerecida?”
LEYES Y PRINCIPIOS
8. Cuando se trata de obediencia a las instrucciones de Dios, ¿por qué no podemos establecer una distinción entre “principio” y “ley”?
8 Un principio se define como una verdad general o fundamental; una ley, doctrina o suposición comprensiva o fundamental sobre la cual se basan otras o de la cual se derivan otras; una ley de conducta que gobierna. Cuando se trata de obediencia a las instrucciones de Dios, no podemos establecer una distinción entre principios y leyes. Toda declaración de Dios que gobierna a su pueblo y toda decisión judicial de Dios es una ley para ellos.
9. Aunque ninguna agencia humana podría imponer la vigencia de los dos mandamientos más grandes de la Ley, ¿pueden llamarse “leyes”?
9 Jesús dijo que el mayor mandamiento de la Ley Mosaica era amar a Dios con todo el corazón, alma, mente y fuerzas de uno, y que el segundo era amar uno a su prójimo como a sí mismo. (Mar. 12:29-33) Ahora bien, ni la Ley dada a Israel ni la ley de Cristo declaran ningún castigo específico que los agentes humanos debieran aplicar al israelita que no mostrara amor, a menos que el no mostrarlo se manifieste en alguna acción incorrecta patente, como el hurtar, asesinar, etc. No obstante, aunque no se decretaba ningún castigo porque uno no amara a Dios ni al prójimo, el escritor cristiano Santiago llama al mandato de amar uno a su prójimo una LEY, la “ley real.”—Sant. 2:8.
DIVERSAS AUTORIDADES
10, 11. (a) Mencione varias autoridades que pueden sostener la vigencia de leyes en los cristianos. (b) ¿Es posible evitar las consecuencias de violar una ley de Dios cuya vigencia las agencias humanas no pueden sostener?
10 Al considerar este asunto, es bueno tener presente que hay diferentes grados de autoridad bajo la autoridad suprema de Jehová Dios. Por ejemplo, si violamos la ley que gobierna las cosas naturales, encontramos que la vigencia de ésta se impone simplemente por medio de procesos que Jehová ha colocado en estas cosas mismas y en la manera en que están relacionadas unas con otras. También hay la ley del esposo sobre la esposa, que confiere autoridad relativa, teniendo sus límites circunscriptivos. (Efe. 5:22-24) Hay la ley de las “autoridades superiores,” a quienes Dios no dio autoridad, pero a quienes permite ejercer autoridad en el campo gubernativo. Él manda al cristiano que obedezca a esta autoridad, pero ésta también es una autoridad relativa, inferior a la de Dios. En armonía con ello leemos, en Romanos 13:1-4: “Toda alma esté en sujeción a las autoridades superiores, porque no hay autoridad a no ser por Dios; las autoridades que existen están colocadas por Dios en sus posiciones relativas. Por lo tanto el que se opone a la autoridad se ha puesto en contra del arreglo de Dios; los que se han puesto en su contra recibirán juicio para sí mismos. Porque los que gobiernan no son objeto de temor para el hecho bueno, sino para el malo. ¿Quieres, pues, no temer a la autoridad? Sigue haciendo el bien, y tendrás alabanza de ella; porque es ministro de Dios para ti para bien tuyo. Pero si estás haciendo lo que es malo, teme: porque no es sin propósito que lleva la espada; porque es ministro de Dios, vengador para expresar ira sobre el que practica lo que es malo.”
11 Otra autoridad que se ejerce es la autoridad de la congregación sobre sus miembros. Es relativa, pues la congregación le responde a Dios y a Cristo. En el arreglo cristiano existen leyes cuya vigencia solo Dios puede sostener y hacer cumplir, como el que uno ame a sus hermanos cristianos, el honrar y respetar a otros y sus derechos y el evitar el deseo incorrecto y la codicia. Y él sostendrá su vigencia con sanciones. No podemos evitar las consecuencias de obrar mal. Dios claramente nos dice: “Cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará.”—Gál. 6:7.
ÁNGELES SOSTIENEN VIGENCIA
12. ¿Quiénes pueden sostener la vigencia de la ley de Dios en asuntos en los cuales la congregación no tiene el poder?
12 Es bueno tener presente que los ángeles están en actividad ‘recogiendo del reino de Dios a todos los que cometen desafuero.’ (Mat. 13:41) Quizás esos individuos no cometan ningún mal por el cual la congregación pueda obrar para expulsarlos. No obstante, no obedecen la ley de Dios mediante Cristo, y por esa razón los ángeles sostienen la vigencia de la ley echándolos fuera.
13. (a) ¿Por qué se dice que la dedicación del cristiano le obliga a obedecer toda palabra de Jehová? (b) En este sentido, ¿cuál es el contraste entre el espíritu del mundo y la actitud del cristiano?
13 Los cristianos tienen que comprender estos hechos. Su dedicación no es a una organización ni a un trabajo. Tampoco es a un humano ni a un gobierno; solo es al Creador mismo, a Jehová Dios, por medio de Jesucristo. Por lo tanto, todo mandato de su boca es ley para ellos y ellos saben que tienen que vivir en armonía con ellos tal como Jesús le dijo al Diablo: “No de pan solamente debe vivir el hombre, sino de toda expresión que sale de la boca de Jehová.” (Mat. 4:4) Si no viven en armonía con ello, su vigencia se sostendrá con sanción contra ellos. El espíritu de Dios los impele a amarlo y a no pensar que pueden escoger cuáles de sus leyes obedecerán y cuáles desobedecerán o pasarán por alto. El espíritu del mundo es tratar de “salirse con la suya” en cuanto a cometer la maldad. El espíritu del mundo sostiene que, si a uno no se le aprehende, realmente ha evadido la pena de la ley. Como hizo notar un comentarista, muchas personas viven en armonía con un undécimo mandamiento: “No debes ser aprehendido.”
TODAS LAS LEYES DE DIOS SOSTENIDAS CON SANCIÓN
14. (a) ¿Salen impunes los que pecan y evitan que se les descubra? (b) ¿Qué regla declaró el apóstol Pablo acerca de esto?
14 Es verdad que a menudo un individuo viola alguna ley del país y nunca se descubre el crimen. Por lo tanto, esa persona no sufre el castigo que impone la ley del país. Quizás algunos cometan adulterio y jamás se les descubra. Por consiguiente, creen que han evadido los castigos de la ley de la familia y la ley del país. Quizás en algunos casos hasta eviten que se descubra en la congregación cristiana, por lo menos por algún tiempo. Como resultado, creen que pueden continuar pecando impunemente. Como leemos, en Eclesiastés 8:11: “Por cuanto la sentencia contra una obra mala no se ha ejecutado velozmente, es por eso que el corazón de los hijos de los hombres ha quedado plenamente resuelto en ellos a hacer lo malo.” Pero, ¿realmente evitan estas personas las consecuencias de sus actos? ¡No! Por cuanto la vigencia de todas las leyes y principios de Dios ciertamente será sostenida por sanciones, ya sea por medio de procesos naturales, por una agencia de Dios o por Dios mismo. El apóstol Pablo expresa la regla que gobierna en estos asuntos: “Los pecados de algunos hombres son públicamente manifiestos, conduciendo directamente al juicio, mas en cuanto a otros hombres sus pecados también se hacen manifiestos más tarde.”—1 Tim. 5:24.
PROPÓSITO DE LA ACCIÓN DE CONGREGACIÓN
15. (a) ¿Cuál es el propósito principal de la acción de congregación contra un violador de la ley de Dios? (b) ¿Cuándo entra en escena la acción disciplinaria y hacia quién?
15 En la congregación cristiana hay leyes definidas contra el adulterio, el incesto, la homosexualidad, la bestialidad, el asesinato, el hurto y otras cosas, cualquiera de las cuales, al ser cometida por un cristiano, resultaría en vituperio de parte del mundo a la congregación. La Biblia ha puesto estas cosas bajo la autoridad de la congregación, es decir, se requiere que ella emprenda alguna acción. (1 Cor. 5:1-5, 13) Esta acción no es el castigo que requiere la ley, por lo menos de ninguna manera es el castigo pleno por el hecho. La congregación obra, no principalmente para castigar a la persona, sino para limpiarse de vituperio, inmundicia y contaminación cortando (expulsando) a tal persona como miembro de la congregación. Si el individuo está arrepentido, la congregación puede tomar medidas disciplinarias e imponerle ciertas restricciones. Si es expulsado, no es para disciplinarlo, sino para echarlo de la organización limpia de Dios. La acción también sirve de ejemplo que obra para disciplinar a la congregación. Así es como hemos de entender 1 Timoteo 1:20; 5:20, donde leemos: “Himeneo y Alejandro pertenecen a éstos, y los he entregado a Satanás para que se les enseñe por disciplina a no blasfemar.” “Censura delante de todos los presentes a las personas que practican el pecado, para que los demás también tengan temor.”
16. ¿Por qué podemos decir que la acción apropiada que la congregación toma contra un malhechor es una expresión de la voluntad de Dios?
16 La congregación obra en armonía con la autoridad que Dios le ha dado para mantener la buena posición de la congregación delante de Dios y vindicar la justicia de Dios delante del mundo. Dios mismo ha expresado en 1 Corintios 6:9, 10 que el practicar esas cosas impide el que se entre en el Reino. En este caso aplican estas palabras de Jesús: “Cualesquier cosas que aten [los representantes terrestres de Dios] sobre la tierra serán cosas atadas en el cielo.” (Mat. 18:18) Dios ya ha aclarado cuál es su voluntad en el asunto. La congregación cristiana la lleva a cabo expulsando al ofensor.
AMOR AL PRÓJIMO
17. ¿De qué manera es más extensiva la ley de amar uno a su prójimo que lo que fue la Ley dada a Israel?
17 Por otra parte, en el sistema de cosas cristiano también hay leyes como el amar a Dios y amar uno a su semejante; de hecho, la ley cristiana en este asunto es más extensiva que la ley de Moisés. ¿Por qué? Esta última ley mencionada decía: “Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo.” (Lev. 19:18) Pero Jesús dijo a sus apóstoles: “Este es mi mandamiento: que ustedes se amen unos a otros así como yo los he amado a ustedes.” Prosiguió y definió ese amor, diciendo: “Nadie tiene mayor amor que éste: que alguien entregue su alma a favor de sus amigos.” (Juan 15:12, 13) Esto es una LEY. En lugares como Rusia, los testigos de Jehová están haciendo exactamente esto. Aman a los que aman a Dios y su ley, y a gran peligro de su libertad y hasta de su vida salen para llevar a estas personas las buenas nuevas del Reino. Es corolario la ley de que no debemos amar al mundo ni ser sus amigos. En 1 Juan 2:15 está escrito: “No estén amando ni al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.” También, en Santiago 4:4: “Adúlteras, ¿no saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Cualquiera, por lo tanto, que quiere ser amigo del mundo está constituyéndose enemigo de Dios.”
ASISTIR A LAS REUNIONES
18, 19. ¿Por qué es la ley de asistir a las reuniones cristianas una ley que el cristiano debe considerar tan seriamente como otras leyes del arreglo cristiano?
18 Entonces, hay una ley de que debemos asistir a las reuniones de estudio bíblico del pueblo de Dios, según se manifiesta en Hebreos 10:24, 25, que dice: “Considerémonos unos a otros para incitarnos al amor y a las obras excelentes, no abandonando, el reunirnos, como algunos tienen por costumbre, sino animándonos unos a otros, y tanto más al contemplar ustedes que el día va acercándose.” Se nos manda que ni siquiera tengamos los deseos y anhelos vehementes de este mundo por cosas materiales y sus anhelos de satisfacción sensual. (1 Juan 2:15, 16) Sobre estas cosas ciertamente hay una sanción o se exige una pena aunque la aplicación de la sanción no está dentro de la autoridad de la congregación; Dios mismo habrá de aplicarla. Por lo tanto, el que obedece o desobedece una de estas leyes ciertamente habrá de recibir el pago correspondiente. En cuanto a eso, ¿puede decirse que a la persona que viola la ley sobre el adulterio y es expulsada la congregación le aplica el castigo completo? No, porque si no se arrepiente, con el tiempo recibirá castigo completo, la muerte, no de la congregación, sino a manos de Dios.—Heb. 10:26-31.
19 Digamos, con propósitos de ilustración, que un individuo persistentemente deja de asistir a las reuniones. Llega al punto en que está desasociado completamente de la congregación, sin importarle en absoluto los arreglos de Jehová para que Su pueblo se reúna. La congregación no emprende acción alguna contra él; ella ha reconocido el proceder incorrecto de él y ha tratado de ayudarlo; pero por su propia cuenta él se ha ido alejando y se ha desasociado. Ahora bien, si permanece en este estado, ¿está, sin embargo, sin peligro? Está en peligro grande, porque en la venidera “tribulación grande” será destruido tan ciertamente como el individuo que ha emprendido un derrotero obviamente incorrecto.—Mat. 24:21, 22.
ASOCIACIONES
20. ¿Cómo se sostendrá contra el violador la vigencia de la ley sobre las malas asociaciones?
20 Otro ejemplo es la ley contra las malas asociaciones. Jehová mandó a los israelitas que no deberían practicar unión de fes ni hacer alianzas matrimoniales con las naciones paganas, porque esto resultaría en apartar a sus hijos de seguir a su Dios. (Deu. 7:2-4) Hoy le dice a su pueblo que no sea parte del mundo y, además, que ni siquiera se asocie en relación estrecha con los del mundo. El apóstol Pablo señala la razón: “Las malas asociaciones echan a perder los hábitos útiles.” (1 Cor. 15:33) La congregación no emprende acción adversa contra un individuo simplemente porque pase por alto esta ley. Pero él está en posición desfavorable delante de Dios. Además, con el tiempo las malas asociaciones ciertamente lo llevarán a cometer transgresiones, como borrachera, hurto o quizás aun peor, incurrir en alguna forma de culpa por homicidio debido a manejar temerariamente, quizás homicidio accidental o intencional.
HÁBITOS CORRECTOS
21. ¿Cómo debemos considerar el consejo respecto a peculiaridades, apariencia y cosas semejantes, y qué pudiéramos ganar o perder por obedecerlo o rechazarlo?
21 También a veces se nos exhorta o se nos advierte, quizás con la Biblia, por medio de La Atalaya o por una persona responsable de la congregación, tocante a ciertas peculiaridades malas, o modo de vestir incorrecto; o quizás estemos observando costumbres que no sean compatibles con el comportamiento cristiano. Quizás nuestras acciones estén haciendo que otros se ofendan o tropiecen. Pueden causar una impresión incorrecta de nuestro ministerio en los de afuera. No debemos pasar por alto esa advertencia simplemente porque no haya castigo que la congregación pueda aplicar. Más bien, debemos prestar atención y rehacer nuestra personalidad, no dejarnos gobernar por los deseos engañosos de la vieja personalidad, sino ser hechos nuevos en la fuerza que impulsa nuestra mente. (Efe. 4:22-24) No debemos resistir, con la actitud de que no queremos dejar que ninguna otra persona nos diga qué cosa es la que más nos conviene. Realmente Jehová es quien nos lo está diciendo, para que podamos conseguir la vida. En el nuevo orden de Dios tendremos que progresar espiritualmente primero a fin de alcanzar curación y perfección físicas. Si no hacemos este esfuerzo ahora, ¿seremos la clase de personas que Jehová querrá tener en su nueva tierra?
PREDICANDO Y ENSEÑANDO
22. ¿Cómo es la obediencia a la ley de predicar un asunto de vida o muerte para nosotros?
22 Entonces hay esta ley que Jesús declaró: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” (Mat. 24:14; 2 Tim. 4:2) Puesto que estamos dedicados a Jehová Dios y puesto que Cristo Jesús es el Agente Principal de Dios, por cuya sangre Dios nos compró, sus palabras son un mandato, una ley para nosotros. (Hech. 3:23; 20:28; 1 Cor. 6:20) De nuevo, en Mateo 28:19, 20, dice Jesús: “Por lo tanto vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado.” ¿Se ejecuta un castigo inmediato si uno no predica? No. Sin embargo, el rehusar predicar las buenas nuevas del Reino puede impedir que uno entre en el reino de Dios, tal como el adulterio, la homosexualidad y el asesinato pueden impedirlo. En Romanos 10:10 leemos: “Con el corazón se ejerce fe para justicia, pero con la boca se hace declaración pública para salvación.” Jesús expresó el parecer de Dios sobre esas cosas cuando, hablando acerca de la Ley Mosaica, dijo: “Cualquiera, pues, que quiebre uno de estos mandamientos más pequeños y enseñe así a la humanidad, será llamado ‘más pequeño’ con relación al reino de los cielos,” que significa que no estará allí en absoluto.—Mat. 5:19.
GUARDE SU CORAZÓN
23. ¿Qué hay, que es malo, en la persona que cuidadosamente obedece solo las leyes cuya vigencia sabe que los hombres pueden sostener con sanciones?
23 Así pues, quizás una persona obedezca algunas de las leyes de Dios porque son asuntos en los cuales la congregación puede tomar medidas disciplinarias o de expulsión. Pero quizás pase por alto otras leyes de Dios cuya vigencia la autoridad humana no puede sostener. Esta persona no tiene la actitud mental correcta. Está pensando como el inicuo que dice: “Jah no ve.” (Sal. 94:7) Su espíritu es malo y su actitud es carnal, no espiritual. Es preciso que rehaga su mente y obtenga la “mente de Cristo.” (1 Cor. 2:14-16) La persona que procede así no le tiene amor en su corazón a Dios ni a su prójimo. Solo está pensando en sí misma y no reconoce que Jehová Dios requiere fidelidad en lo más mínimo y que exige que sus siervos le rindan cuentas de todas las cosas.—Luc. 16:10; Rom. 14:12; Heb. 4:13.
24. ¿Qué ejemplo tenemos de la importancia de guardar el corazón?
24 El cristiano tiene que estar seguro de que su corazón está bien, de que éste lo está impeliendo en la dirección correcta. Si no es así, debe dar atención a su corazón y comenzar a servir a Dios porque lo ama y ama su ley. Si una persona no ama a Jehová con todo el corazón resultará ser como los que mencionó el apóstol Juan que salieron de la congregación cristiana en la apostasía. Juan dijo: “Niñitos, es la última hora [antes de que se manifieste plenamente la gran apostasía (después que los apóstoles pasaran de la escena)], y, así como han oído que el anticristo viene, aun ahora han llegado a haber muchos anticristos; del cual hecho adquirimos el conocimiento de que es la última hora. Ellos salieron de entre nosotros, pero no eran de nuestra clase; porque si hubieran sido de nuestra clase, habrían permanecido con nosotros. Pero salieron para que se mostrase a las claras que no todos son de nuestra clase.” (1 Juan 2:18, 19) Estas personas no eran de la clase leal, que pensara correctamente. No habían usado su corazón y mente invocando a Dios, estudiando la ley del Cristo y luego aplicando estos principios en su vida.
EL CRISTIANO PUEDE TENER ÉXITO
25. ¿Pueden obedecer con buen éxito la ley de Cristo los cristianos? ¿Qué les hace posible lograr eso?
25 Felizmente, los cristianos pueden obedecer la ley de Cristo y tener la aprobación de Dios. Esto es posible por medio de la bondad inmerecida de Dios que se ejerce hacia nosotros sobre la base del sacrificio de Cristo. No es la letra de la ley, sino el espíritu de Dios lo que nos dirige al éxito. (2 Cor. 3:6) Si nos dirige el espíritu, entonces no practicaremos ninguna maldad. Si andamos de acuerdo con el espíritu, haremos las obras del espíritu y no las de la carne. De hecho, aunque no estamos bajo la Ley Mosaica, ¡hasta podemos guardar el requisito justo de esa ley al andar de acuerdo con el espíritu! (Rom. 8:4, 5) Si, debido a nuestras debilidades carnales, inadvertidamente quebrantamos la ley de Dios dada por medio de Cristo, lo reconoceremos. Lo sentiremos, nos arrepentiremos, nos volveremos y cambiaremos nuestro derrotero e invocaremos a Dios por medio de Cristo Jesús para que nos perdone. Además, acudiremos a su organización por ayuda, y tendremos buen éxito. Esto se nos hace posible porque Cristo es nuestro gran Sumo Sacerdote, que ofreció su vida como rescate. Jehová suministrará bondad inmerecida y ayudará en tiempo de necesidad. En armonía con ello, leemos en Hebreos 4:16: “Acerquémonos, por lo tanto, con franqueza de expresión al trono de bondad inmerecida, para que obtengamos misericordia y hallemos bondad inmerecida para ayuda al tiempo oportuno.”
26. ¿Cómo podemos sacar provecho en nuestro derrotero cristiano por medio de considerar a los hombres fieles de tiempos antiguos?
26 Cuando reflexionamos en los ejemplos que Dios ha puesto ante nosotros en el pasado, encontramos que todos los de fe ‘anduvieron con Dios.’ Lo hicieron de corazón. Siguieron el camino de la verdad. No fue preciso que tuvieran una regla escrita que los guiara en todo paso que daban; antes bien, su amor a Dios fue recompensado con su favor y él los guió en el camino en que anduvieron de modo que no tropezaran en una caída completa. Si nos acercamos a Jehová, él se acercará a nosotros. (Sant. 4:8) Tenemos que estudiar su Palabra a fin de hacer esto. Es un almacén de sabiduría. De hecho, el escritor de Proverbios personifica la sabiduría y se le representa diciendo: “A los que me aman yo mismo los amo, y los que me buscan son los que me hallan. Riquezas y gloria están conmigo, valores hereditarios y justicia. Mi fruto es mejor que oro, aun que oro refinado, y mi producto que plata escogida. En el camino de la justicia ando yo, en medio de las veredas del juicio, para hacer que los que me aman tomen posesión de sustancia; y sus almacenes yo mantengo llenos.”—Pro. 8:17-21.
27. ¿Cómo nos muestra el Salmo 19:9 que las leyes de Jehová son correctas desde los puntos de vista espiritual, moral y físico?
27 Sí, las leyes de Jehová pueden guiarnos a la vida y son correctas desde todo punto de vista, espiritual, moral y físico. Él dice: “El temor de Jehová es puro, subsiste para siempre. Las decisiones judiciales de Jehová son verídicas; han resultado del todo justas.”—Sal. 19:9.
[Ilustración de la página 692]
Todo mandato de Dios es ley para los cristianos, sea que alguna agencia humana sostenga su vigencia o no
[Ilustración de la página 694]
La ley de Dios nos manda reunirnos para adorar. Si persistentemente la pasamos por alto, ¿nos preservará él a través de la “tribulación grande”?
[Ilustración de la página 695]
¿Respondemos favorablemente al consejo de la Palabra de Dios sobre la necesidad de vestir modestamente?
[Ilustración de la página 696]
¿Es verdaderamente amor a Jehová y a su ley lo que le impele a usted a predicar acerca de su reino? Eso es lo que le agrada a Dios